Bueno, pues ya llevo 26 horas redondas desde que lo recibí el viernes por la tarde. He jugado a casi todos los Zelda, pero con ninguno he tenido las sensaciones que estoy experimentando con éste, si acaso el de Snes me transmitió algo muy grande también. Por ahora, he descubierto (que no investigado en profundidad) cinco regiones y dominado a dos bestias. No considero tan negativo el hecho de que al gamepad no se le haya dado uso; si me resulta algo más molesta la escasa durabilidad de las armas, que ralentiza un poco la jugabilidad. Los puzzles que he ido superando han sido fáciles pero muy originales; la música tampoco considero que sea mala, de hecho, las pequeñas piezas de piano solo son una auténtica delicia, que dan gran madurez al conjunto.
Respecto al tema más candente de esta obra maestra, es decir, el framerate, hasta que llegué a la región del sur donde existe un pueblecito de pescadores y una zona de cataratas con frecuentes tormentas, no había experimentado grandes ralentizaciones. En estas zonas, al tener grandes cursos de agua, como cascadas, lagos y el propio mar, además de lluvia y tormentas, si que se resiente un poco más la experiencia jugable, pero nada que no haya vivido previamente en otros juegos de mundo abierto, como todas las obras de Bethesda, de las cuales soy un gran enamorado, y que considero peor optimizadas que éste.