La densidad de Tears of The Kingdom me hace apreciar mejor la simpleza de Breath of the Wild.
He puesto unos quince minutos el cartucho de BOTW y me pareció increíble, es la síntesis perfecta.
Ya llevo 80 hs en el nuevo juego, realmente es impresionante el juego, no voy a ahondar en todas sus virtudes (no terminaría jamás). Pero creo que ciertas decisiones no fueron para mejor:
Las islas del Cielo empiezan a tornarse repetitivas, con la manivela gigante y el santuario de turno.
El subsuelo sufre de lo mismo, es un mapeado inmenso que si no fuese por los tesoros no tocaría ni un minuto (no hay mucho de interés ahí debajo a excepción de cierta misión).
Hubiera preferido que no haya islas celestes ni subsuelo y hubiesen metido más énfasis en los templos.
Templos:
Las cuevas son increíbles y muy variadas, realmente hicieron un trabajo impresionante.
Las misiones son un poco mejores que en BOTW pero no llegan al nivel de Majora's Mask ni por asomo, es decir, siguen virando a lo genérico pero con alguna que otra vuelta de tuerca.
Es un juegazo, quizás en el balance final es MÁS que BOTW porque mejora mucho de este perdiendo esa sensación de soledad tan única del primer juego. Pero lo siento con menos identidad que el juego anterior.
Espero que no sea una trilogía y el próximo Zelda sea algo completamente nuevo y con un mapa no tan gigante. Desearía más madurez y cuidado en las quests principales y secundarias.