El álter ego de Gandalf, Sir Ian McKellen, ha revelado que lloró de frustración en el rodaje de "El Hobbit: Un viaje inesperado". Y es que, debido a la exagerada estatura de su personaje, no podía compartir plano con trece enanos.
Una croma verde al que recurrió Peter Jackson resolvió el entuerto. "Fingir que estás con otras 13 personas, cuando en realidad estás solo, extiende tus habilidades técnicas hasta límites insospechados. Y lloré, en realidad lloré. Entonces dije en voz alta: Esto no es por lo que me convertí en actor. Por desgracia el micrófono estaba encendido y lo escuchó todo el mundo"
Jo, que pena, pobre hombre, y todo por unos miseros millones de dolares...
Anda que se vaya a cagar...