"Ejem, ejem" - aclaraba su garganta Elek mientras lucía su nuevo pin de alcalde - "Ahora que soy vuestro alcalde, como primera ordenanza del día me gustaría comentar que el pan de masa madre se hace mejor si lo dejas reposar unas horas antes de amasar. Hay que mantenerse bien nutridos para trabajar y pensar adecuadamente. *guiño guiño*"
El borde y avispado Danaang le respondió: "A nosotros qué demonios nos importa tu puto estómago. Te hemos elegido por una amenaza inminente, no te vayas por las ramas y al tajo. Politicuchos..."
Ante la leve subida de testosterona ocurrida en la plaza, se escuchó de entre la gente un "¡¡GUAU GUAU!!" acompañado de un "Wowww".
"Jé, tampoco ha sido para tanto mi querido pueblo, se dar cortes mejores
" - dijo el ahora ingenuo Danaang, cuando se dió cuenta que no hablaban de él sino del
perro de la Pastora. Ahí en terrenos tan salvajes el pobre respondió rápidamente a esa subida de testosterona, avalanzándose sobre Luna, echándola al suelo. Acto seguido comenzó a olisquearle la entrepierna a la vez que se contoneaba.
"Maldito perro. Es un hacha guiando al ganado pero está desesperadico perdío' el pobre. Lo lamento Luna."- dijo la Pastora.
Un poco sonrosada, Luna se incorporó mientras la Pastora sujetaba al perro, de adecentó la ropa y le mencionó que no importaba, añadiendo: "Cosas de la naturaleza."
Fueron a dormir todos, pero en el recuento matinal que impuso Ozono la noche anterior se echaba a falta a un aldeano. El nuevo alcalde y alguno que otro se acercaron a casa del aldeano perdido, encontrando una nota clavada en su puerta:
"Desde que te sientan bien las rayas ya no eres el mismo. Tamamos mucho."Extrañados, ojearon por la ventana sin cortinas de su casa y encontraron lo "impensable". Danaang el aldeano borde, pero honesto, se encontraba sobre un charco de sangre en su comedor.
Al comentar lo sucedido en la plaza central Ozono les guió: "Alea Acta Est. Llegados a este punto puedo verificar que tenéis a un grupo de conspiradores que quiere derrocar esta villa para regenerarla. Os sugiero que cada día queméis a uno de vuestros miembros por votación popular, para así dar con ellos.
"Y así se hará." comandó el nuevo alcalde.