Yo llevo dos meses de escuela de verano (4 escuelas en total más un campamento rural) y no hemos tenido contagios. Estuvimos cerca de tener un positivo en un adulto por razones externas, pero afortunadamente no llegó a contagiarse.
Se sabe que no hay posibilidad de que sea 100% seguro por más medidas que pongas, pero bueno, al menos intentas garantizar la seguridad lo máximo posible.
Así a grandes rasgos:
- Coordinador COVID: Se encarga de vigilar que se cumplan las normas de seguridad así como la distancia de seguridad. Limpia materiales, aseos y vestuarios.
- Grupos burbuja de 10 alumnos máximo. Nunca hay cambios de grupo, siempre con el mismo monitor o monitora y siempre los mismos niños y niñas.
- Nunca hay cruces de grupos ni comparten espacios.
- Comedor: Cada espacio de comedor para un grupo. En cada una de las mesas se sientan 2 niños. Uno en cada extremo para poder garantizar la separación. El uso de la mascarilla es obligatorio hasta que empiezan a comer y una vez que acaban tienen que ponérsela de nuevo. Se lleva un carrito y el monitor es el encargado de repartir la comida, sin que se puedan compartir platos. Tras su uso, se desinfectan mesas y sillas.
- Lavado de manos: Mínimo una vez cada hora, aunque esto lo hacíamos con mucha más frecuencia. Son niños, todo lo que tienen a su alcance lo tocan. El gel hidro alcohólico con olor a limón me ha provocado adicción al olor
- Toma de temperatura: Al llegar se les toma la temperatura con un termómetro sin contacto. Si dan 37,5º o más pues esperamos 15 minutos y se toma de nuevo. Si vuelve a dar fiebre, ese día para su casa de vuelta. Esto solo nos pasó una vez (no hay que olvidar que son niños... pueden tener fiebre por mil razones y no ser COVID). También se toma la temperatura a la persona que los acompaña.
- Mascarillas: Obligatorias para todos los niños a partir de 6 años. Todo el tiempo. Hay que extremar la vigilancia para que no la usen incorrectamente, la tentación que tienen de bajarla es constante (y los entiendo). Con todo y con eso, en espacios al aire libre y con separación de más de 2,5 metros entre ellos, les dejábamos unos minutos de descanso de cuando en cuando (son niños y realmente lo necesitan). Siempre es bueno tener mascarillas de repuesto a mano (las quirúrgicas al más mínimo tirón rompen).
Claro está que somos conscientes de que el riesgo sigue siendo elevado a pesar de las medidas tomadas y que las actividades que hacen los niños con sus familias o en el propio barrio los ponen en riesgo de contagio pero al final había que ofrecer el servicio por múltiples razones.
Ha sido un verano extraño, muchas de las cosas cotidianas que se hacían no se han podido hacer y en ocasiones daba la sensación de que los niños no podían ser niños. Pero ha salido bien. Y empiezan mis vacaciones
.
En lo personal, he usado una mascarilla reutilizable con filtros. Tras el dolor de orejas de la primera semana usándola a ritmo de 8 horas diarias... compré el plástico este en el carrefour para enganchar las gomas y fue mucho más llevadero.