En SonyStation han puesto un avance de Plants vs Zombies Garden Warfare, que llega a finales del próximo mes a Xbox One y 360.
Lo he copiado y pegado, para ahorrar la poco edificante sensación de tener que entrar en tan himparsial web para leerlo...:
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El jardín como campo de batalla extremo para el regreso de los Lanzaguisantes, las Coltapultas y Girasoles productores. Plants vs. Zombies: Garden Warfare cambia el sistema estratégico en casillas por el shooter encarnizado, ante oleadas de todo tipo más rápidas y agresivas que nunca. Electronic Arts y Pop Cap Games nos dejan probar en profundidad este gracioso multijugador y el desenfreno que llegará el 27 de febrero a las plataformas de Microsoft a precio reducido.
El éxito de Plants vs. Zombies en dispositivos móviles es arrollador. Tras un más que brillante y gratuito It's About Time, el desternillante enfrentamiento entre plantas de todo tipo, sus nutrientes para reforzarlas y soles para cultivarlas contra amenazantes zombis que paso a paso van acercándose a la casa a proteger y sus máquinas cortacésped llega a las consolas este 27 de febrero, una vez más bajo el sello de Electronic Arts. Concretamente siembra sus encantos sobre las plataformas de Microsoft, Xbox One y Xbox 360, además de en ordenadores, con una vuelta de tuerca a su mecánica de producción de recursos y protección armada estática contra oleadas. Plants vs. Zombis: Garden Warfare vuelve a estar a cargo de Pop Cap Games, siendo el primer título de la desarrolladora para sistemas de sobremesa.
Una gran puesta de largo para el estreno de la serie en televisores que además tendrá precios reducidos, 39,90 € en Xbox One, 29,90 € en Xbox 360 y 34,90 € en PC. Ya nos lo ha demostrado a fondo con esta última toma de contacto con el exclusivo de One modo cooperativo a pantalla partida que pone a dos usuarios contra oleadas zombi de todo tipo en entornos de lo más variopintos y en una misma consola. El juego soporta multijugador competitivo de 12 contra 12, ésta será su base, pero sin lugar a dudas este añadido para la nueva máquina será el más jugado en muchas casas, pues su ritmo, desafío y necesidad del juego en equipo no tiene altibajos.
La chistosa referencia fonética a Modern Warfare de Call of Duty y Activision es indudable, precisamente porque lo que antes consistía en organizar una estrategia de defensa sobre un tablero cuadriculado acumulando recursos y lógica sinérgica ahora pasa a ser un acelerado third person shooter en toda regla donde valen más la puntería y los reflejos que la táctica, aunque ésta también juega en nuestro favor, claro. Las plantas más alocadas hacen del jardín su particular terreno de batalla, con guisantes, nueces, pipas, maíz y semillas volando en todas direcciones para no dejar ni un muerto viviente con cabeza. Los zombis, el habitual gran enemigo a batir con nuestro arsenal botánico, también regresan con unidades ya míticas y nuevas temibles transformaciones, especialidades y protecciones únicas dedicadas a cada escenario. Otros conocidos como el Yetti o los gigantes atemorizarán a las flores en determinadas rondas.
Variedad de modos de juego y hasta 24 jugadores enfrentados online o en pantalla partida para hasta dos en este modo de XBO que hemos visto hoy, y cooperando para ver qué bando, si el de las semillas o el de los infectados, acaba por hacerse con el control zonal, con todas las unidades rivales, con la palmera a proteger que actúa de casa, etc. Sentido del humor característico y desparrame jugable acompañados de un apartado gráfico que no desluce en absoluto, mucho menos en Xbox One donde hemos podido echar estas partidas a una versión prácticamente final del interesante arcade de tiros, colocación y gran galería de plantas, refuerzos, ataques, habilidades... En Pop Cap Games saben que el principal atractivo de este llamativo producto -uno de los que curiosamente más sonó el pasado E3 2013 cuando se anunció- va a volver a ser la enormidad de posibilidades. Y confirmamos ya que tan amplio abanico de plantas, zombis y formatos de partida existe.
El gran giro de gameplay de este Plants vs. Zombies recae en la posibilidad total de movimiento por el mapa y encarnación de una única planta en vez del granjero que las controla, escenarios bastante grandes por lo que hemos visto en este hands-on. Cambiar de una unidad a otra entre partidas y manejarla y disparar con ella o emplear su ataque y habilidades especiales es la clave del juego, pero también lo es saber gestionar todo el terreno y el resto de la contienda y adquirir unidades aliadas. La integración total con Xbox SmartGlass se encargará perfectamente de esto. Con un smartphone o tablet con la App descargada podremos tener una perspectiva total del plano del escenario, mandar nuevas unidades a ayudar en las zonas calientes, recoger soles para poder regenerar la vida de más plantas, activar mecanismos que nos den ciertas ventajas momentáneas, etc.
Los tiempos de recarga, de aparición, de preparación y demás esperas siguen siendo determinantes en esta jugabilidad, que aunque es rápida y de shooter arcade en grandes escenarios, también exige gestionar cuándo y dónde plantamos, en qué macetas poner cada unidad para amortizar su especialidad o forma de ataque, por dónde moverse y a qué altura, etc. El diseño abierto y por terrazas de los escenarios permite al cactus francotirador escoger posiciones elevadas o los Lanzaguisantes más de asalto y potentes en cada disparo estar en el meollo del enfrentamiento. Es vital además del tipo de planta y su arma, jugar cerca de los Girasoles, por ejemplo, que tienen habilidad para regenerar nuestra vida o las plantas carnívoras capaces de devorar directamente a cualquier unidad rival.
El gameplay es tan rápido y frenético como el de otros tantos third person shooters con modo de oleadas, solo que adaptado al universo Plants vs. Zombies. Esta opción a pantalla partida nos ha dejado visitar mapas que también estarán en el competitivo de hasta 24 jugadores, mapas amplios y con multitud de caminos para llegar a una misma plaza donde se guardará la palmera a destrozar por el equipo de infectados. Y sobre éstos, hay muchísimas variantes nuevas y armamento variado para ellos, ametralladoras, escopetas, rifles de francotirador, bombas, rayos... Cada planta y zombi tiene un estilo de juego y destrezas únicas, como el cactus capaz de sembrar barreras de calabaza o la capacidad de meterse bajo tierra para dar ataques sorpresa de la flor carnívora.
Plants vs. Zombies: Garden Warfare es también un interesante shooter progresivo con edición plena de cada personaje. Diversos tatuajes y pegatinas harán a nuestras unidades más hábiles y con diversas mejoras, mezclas o cambios dentro de la partida. Obtener puntos y diversos premios ayuda al desbloqueo de todo este material extra, pero también habrá opción de adquisición directa mediante micropagos. Desde EA recalcan que serán totalmente opcionales e innecesarios para un jugador medio. Desde luego, parece que el modelo de negocio se va imponiendo hasta el productos completos, un riesgo, como también lo es que el título no disponga de modalidad Historia singleplayer. Es solo multijugador, algo que ha restado interés a otros como Titanfall y que quiere jugar en una nueva forma de concebir este tipo de experiencias.
Ahora bien, parece que Pop Cap Games está esforzándose al máximo en tareas como equilibrar bien las partidas, que no haya ventajas desmesuradas por pagar o, lo que más nos ha sorprendido, el aspecto gráfico del título pese a mover decenas de unidades disparándose y con un despilfarro de efectos lumínicos espectacular. El tratamiento de la luz, los perfectos y redondeados diseños tridimensionales de las plantas y los zombis o la distancia de dibujado en los escenarios y fondos lo hacen bastante sólido en materia técnica. También en el sonido, respetuoso con el estilo de la serie, la música, las voces y gemidos de los zombis, los disparos e impactos o el atronador grito desgarrado del Yetti cuando hace aparición. Y sobre esto, destaca una ligera campanada cuando hagamos un headshoot, un impulso a la satisfacción.
Parece ser que Plants vs. Zombies: Garden Warfare va a llevar los shooters competitivos a todo el mundo así como llevó Plants vs. Zombies de móviles los juegos de gestión de recursos a una masa que nunca habría jugado con estas mecánicas estratégicas. Su gran baza en su estilo desenfadado y cómo hace divertido y profundo lo que a priori parece sencillo. Su gran cantidad de unidades distintas de ambos bandos, el gameplay frenético que logra poner en pantalla, la propulsión del juego en equipo, los diseños de los mapas, el sistema de progresión y hasta la cierta aparición de factores azarosos -como una ruleta de tragaperras para elegir qué jefe final nos va a tocar- hacen de él una apuesta que puede dar una grata sorpresa en las plataformas donde sale. Desde luego aparenta ser un juego ideal para disfrutar con niños, y eso le asegura una rápida llamada de atención masiva.