Hasta hace poco los jugadores en busca de un nuevo teclado sólo tenían que fijarse en el color de los interruptores mecánicos, al menos si es que no se atrevían a decantarse por alguno de los modelos fabricados con la tecnología de membrana. Pero el dominio de los teclados mecánicos en la parte alta del mercado podría estar a punto de llegar a su fin de la mano de productos como el Aorus K9, un modelo que aboga por un diseño híbrido de teclas mecánicas con interruptor óptico de infrarrojos.
La filial gaming de Gigabyte presume de que su K9 no depende de la activación física de un interruptor para registrar el accionamiento de una tecla, empleando en su lugar un sensor óptico. La idea es básica es que cada vez que una tecla es oprimida esta corta un haz infrarrojo, enviando en ese momento la señal correspondiente.
El uso de interruptores optoelectrónicos implica una serie de mejoras con respecto a los teclados mecánicos habituales, tal es la ausencia de efecto rebote (que puede generar repeticiones accidentales), un tiempo de regreso de 0,03 milisegundos (600 veces más rápido que un interruptor tradicional según Aorus) y una durabilidad muy superior, con una vida útil de 100 millones de pulsaciones por tecla de acuerdo con los cálculos oficiales.
En puridad, el de Aorus no es el primer teclado con este tipo de interruptores, conocidos por el nombre comercial Flaretech y creados por la firma taiwanesa Adomax. Wooting One, un teclado para juegos financiado a través de Kickstarter, fue el encargado de estrenar la tecnología, y Zowie (BenQ) también comercializa un teclado Flaretech llamado Celeritas II.
El interés de la industria en los interruptores ópticos parece evidente, hasta el punto de que Razer también está desarrollando sus propios switches optoelectrónicos bajo la denominación Purple. Una de las grandes ventajas de la tecnología óptica es que puede utilizarse para crear teclados analógicos, capaces de registrar la presión ejercida en las teclas en lugar de una simple señal de activación.
Regresando al Aorus K9, este periférico no tiene teclas mecánicas al uso, pero busca ofrecer el mismo feedback al utilizar muelles de distinta dureza. Habrá una versión azul y otra roja, supuestamente similares a en tacto sus contrapartes Cherry MX (con un clic más apreciable o de recorrido linear, respectivamente). El usuario podrá cambiar las teclas de forma sencilla para configurar el teclado a su gusto. Asimismo, el teclado está protegido contra derrames y cuenta con iluminación RGB.
Aorus no ha señalado el precio de lanzamiento del K9, pero su comercialización debería ser inminente.
La filial gaming de Gigabyte presume de que su K9 no depende de la activación física de un interruptor para registrar el accionamiento de una tecla, empleando en su lugar un sensor óptico. La idea es básica es que cada vez que una tecla es oprimida esta corta un haz infrarrojo, enviando en ese momento la señal correspondiente.
El uso de interruptores optoelectrónicos implica una serie de mejoras con respecto a los teclados mecánicos habituales, tal es la ausencia de efecto rebote (que puede generar repeticiones accidentales), un tiempo de regreso de 0,03 milisegundos (600 veces más rápido que un interruptor tradicional según Aorus) y una durabilidad muy superior, con una vida útil de 100 millones de pulsaciones por tecla de acuerdo con los cálculos oficiales.
En puridad, el de Aorus no es el primer teclado con este tipo de interruptores, conocidos por el nombre comercial Flaretech y creados por la firma taiwanesa Adomax. Wooting One, un teclado para juegos financiado a través de Kickstarter, fue el encargado de estrenar la tecnología, y Zowie (BenQ) también comercializa un teclado Flaretech llamado Celeritas II.
El interés de la industria en los interruptores ópticos parece evidente, hasta el punto de que Razer también está desarrollando sus propios switches optoelectrónicos bajo la denominación Purple. Una de las grandes ventajas de la tecnología óptica es que puede utilizarse para crear teclados analógicos, capaces de registrar la presión ejercida en las teclas en lugar de una simple señal de activación.
Regresando al Aorus K9, este periférico no tiene teclas mecánicas al uso, pero busca ofrecer el mismo feedback al utilizar muelles de distinta dureza. Habrá una versión azul y otra roja, supuestamente similares a en tacto sus contrapartes Cherry MX (con un clic más apreciable o de recorrido linear, respectivamente). El usuario podrá cambiar las teclas de forma sencilla para configurar el teclado a su gusto. Asimismo, el teclado está protegido contra derrames y cuenta con iluminación RGB.
Aorus no ha señalado el precio de lanzamiento del K9, pero su comercialización debería ser inminente.
Lo que digo es que se han dado cuenta de que los teclados mecánicos duran demasiado tiempo sin mapenas mantenimiento, por lo que cuando venden uno se pueden tirar 10 o 20 sños sin vender otro teclado al mismo usuario. Y por eso se han sacado esta tecnología con partes que se desgastan constantemente para hacernos pasar por caja más amenudo
Mira que eres retorcido eh? [tadoramo]
Creo que es imposible hacer un teclado con teclas hotswappable y mantenerlo waterproof.
Las fugas de luz entre las teclas acaba deslumbrando.
Y casi nunca me falla. XD
Yo controlo la estrella de la muerte desde mi cabina espacial, digo desde mi pc.
Tengo un pinball del 94 con varios optos de infrarojos. Casi 24 años y no fallan.
Casualmente se me jodio la placa controladora de los optos, un integrado de 14 patilllas, dijo basta. Pero los optos todos perfectos.
Tambien estoy de acuerdo, que querran vendernos teclados cada 3-4 años.