El fabricante de componentes y periféricos ha lanzado oficialmente el MK850, un teclado para juegos que combina interruptores mecánicos Cherry MX Red con un sistema Aimpad por infrarrojos que detecta la posición de las teclas durante su recorrido (4 milímetros) para ajustar la respuesta. Dicho de otra forma, tiene un funcionamiento híbrido entre digital y analógico, aportando teóricamente la respuesta táctil de los primeros con la precisión de los segundos.
Este sistema, presente en apenas un puñado de teclados como el Wooting One y el Razer Huntsman, permite incorporar en un teclado convencional prestaciones propias de un gamepad. Por ejemplo, es posible ajustar la velocidad del personaje pulsando las teclas con más o menos suavidad.
Como detalle curioso (y sin duda es una limitación de la tecnología), el sistema por infrarrojos de Aimpad debe ser calibrado cada vez que se activa o desactiva desde el botón que tiene el teclado para tal efecto, dándole además un mínimo de cinco minutos de calentamiento para que los LED se "calienten".
Según los análisis publicados con motivo del lanzamiento, el MK850 no requiere de controladores especiales, puesto que "engaña" a los juegos haciéndoles pensar que los controles están alternando entre un teclado y un gamepad. Para ello es necesario mapear cada una de las teclas como si fuera una dirección de un joypad (ya sea manualmente o dejando que el juego use la configuración por defecto). No todos los juegos ofrecen soporte simultaneo para controles analógicos y ratón, por lo que es recomendable echar un vistazo a la lista de Aimpad.
Por lo demás, el MK850 ofrece opciones más habituales como iluminación RGB, controles de audio independientes y una construcción en aluminio, así como un reposamuñecas de acople magnético y un conector USB-C (también hay dos puertos USB 3.0 con alimentación libres para otros periféricos). El precio de venta al público es de 199 euros.