También se añade que el comprador “es una o más entidades vinculadas” al filántropo estadounidense y cofundador de Microsoft, Bill Gates. Gates ha pagado 14,86 euros por cada acción de FCC, precio al que cerraron las acciones de la constructora española el pasado viernes. Añadir que además de Esther Koplowitz y Bill Gates, otros accionistas relevantes de FCC son el banco suizo Credit Suisse, que posee el 3,88% de los títulos, y el banco británico The Royal Bank of Scotland, con el 3,4%.
Recordemos que Bill Gates anunció su retirada en 2006 y finalmente abandonó su puesto de presidente ejecutivo de Microsoft en 2008, para pasar las riendas a Steve Ballmer. Curiosamente este año será el último con Steve Ballmer a la cabeza de Microsoft, ya que los de Redmond esperan tener nuevo CEO para la compañía antes de que acabe el año.
Gates también ha sido noticia hace unas semanas cuando desde la agencia Reuters apuntaban a un grupo de tres inversores que actualmente poseen el 5% de las acciones de Microsoft, los cuales estarían considerando la posibilidad de prescindir de Bill Gates. Al parecer le achacan a Gates una excesiva supervisión de todo lo que rodea a la compañía, interfiriendo e interviniendo en la evolución de la propia empresa.
Estos tres inversores habrían hecho una petición formal al mismo comité especial que está trabajando en encontrar nuevo CEO para Microsoft. Un comité especial presidido por John Thompson, director independiente de la junta de Microsoft, asesorado por la consultora Heidrick & Struggles International y del que forma parte el mismo Bill Gates.
Aunque Bill Gates dejó su puesto de productor ejecutivo de la compañía, actualmente el 4,5% de las acciones de Microsoft le pertenecen. Una cantidad que se reduce paulatinamente año a año con la venta de 80 millones de acciones en un plan marcado por él mismo que le dejaría sin participación alguna de la multinacional en el año 2018.
El incontables veces elegido hombre más rico del mundo, da ahora un paso más en la gestión de su monstruoso capital amasado por la implantación mundial de sus sistemas operativos Windows, así como del software ofimático Microsoft Office entre otros productos. Sólo esperamos que el defenestrado sector de la construcción en España (al que pertenece FCC) pueda sacar algo positivo de esta operación.
