Al igual que las jerarquías de Diablo II, las temporadas permitirán a los jugadores empezar de cero periódicamente, con todos sus personajes y artesanos al nivel 1. Las temporadas incluyen recompensas exclusivas y legendarios únicos, además de poder de escalar en clasificaciones completando conquistas (logros especiales exclusivos de las temporadas). Aquellos que no quieran participar en las temporadas encontrarán los nuevos legendarios en la reserva de botín del modo de juego normal una vez que hayan terminado.
Las fallas superiores son unas fallas especiales que han sido diseñadas para dar a los jugadores una buena manera de medir su eficiencia y progreso de equipo. Para acceder a una de estas fallas habrá que derrotar al Guardián en una falla nephalem normal y tener la suerte de que en su botín se encuentre una llave de falla superior. Las fallas superiores son a contrarreloj y la mayoría de monstruos no sueltan botín, todo (incluyendo las nuevas gemas legendarias) queda reservado para el Guardián.
Las clasificaciones tienen como objetivo ofrecer a los jugadores una forma de medir sus progresos de forma fácil y rápida. Bajo esta nueva característica se recogerá el progreso de las fallas superiores, las conquistas y los puntos de logros de las temporadas. Esto permitirá comparar el progreso del jugador con otros de la misma región, amigos y miembros del clan.
Entre los cambios menores, encontramos los habituales ajustes en las clases, modificación en algunos objetos legendarios, nuevos objetos y una nueva zona, la Cámara. Si logran adentrarse en ella los jugadores descubrirán qué se esconde detrás de los velos dorados por los que se escapan los escurridizos goblins del tesoro, un reino de riquezas donde la baronesa Codicia se consume por el pecado capital que le da el nombre.
Por el momento se desconoce cuándo llegará el parche a la versión de Diablo III: Reaper of Souls para la nueva generación, pero el compromiso de Blizzard es el de llegar a lanzar de forma simultánea los parches en PC y consolas.
