Así lo revela XDA Developers, que el pasado mes de marzo ya dio un tirón de orejas a OnePlus y Meizu por utilizar este tipo de tácticas en los 3T y Pro 6 para plasmar un rendimiento superior al disponible durante el uso habitual del dispositivo.
El OnePlus 3T estaba programado para detectar el lanzamiento de varios benchmarks y acelerar el chipset para incrementar las puntuaciones de forma espuria, conteniendo en la propia ROM los nombres de las aplicaciones que deberían activar este comportamiento. El OnePlus 5 utiliza otro método, pero el resultado es el mismo. Más aún, las aplicaciones afectadas son exactamente las mismas que con el OnePlus 3T.
Detectar las trampas realizadas por el OnePlus 5 ha sido relativamente fácil. XDA Developers cuenta con una build secreta de GeekBench que no es detectada como tal por el teléfono, lo que permite apreciar las diferencias de rendimiento obtenidas al cruzar resultados con los registros de la versión disponible públicamente. El resultado es que el OnePlus 5 obtiene una puntuación de 6.500 utilizando el benchmark de uso interno y de 6.700 puntos cuando se lanza GeekBench 4.
La diferencia no es monumental (en parte porque el propio sistema tiene sus límites), pero basta para poner al OnePlus 5 por encima de otros dispositivos equipados con el mismo chipset. Y para un teléfono que defiende en cada lanzamiento su reputación de matagigantes, la más pequeña de las ventajas puede ser crítica a efectos de imagen. La mejora introducida por esta práctica alcanza el 6,5% con respecto a las medidas con el benchmark "invisible", con un incremento medio del 5%.
Las trampas de OnePlus son especialmente evidentes cuando se monitoriza el funcionamiento de los núcleos "pequeños" del chipset. La build secreta de GeekBench muestra que la máxima velocidad de funcionamiento solo se registró en el 24,4% de las ocasiones utilizando un muestreo de 100 ms. Cuando se lanza la versión pública de la aplicación, sin embargo, en el 95% de las muestras los núcleos pequeños funcionan a la máxima velocidad posible. La gráfica habla por sí sola.
El hecho de que tanto el OnePlus 3T como el nuevo OnePlus 5 busquen la activación de los mismos benchmarks para obtener la máxima puntuación posible muestra un patrón claramente definido.
La respuesta oficial del fabricante es que solo quiere "mostrar el rendimiento potencial del OnePlus 5" y que los benchmarks se ejecutan "en un estado similar al uso diario, incluyendo la ejecución de aplicaciones y juegos con un consumo de recursos intensivo". Lo cual es muy discutible, puesto que las pruebas muestran que el OnePlus 5 se comporta de forma distinta a lo habitual cuando detecta un benchmark. Esta situación es además contraria a la promesa que hizo OnePlus de no detectar la activación de benchmarks para modificar el rendimiento del teléfono.
Como señala XDA Developers, el uso de este tipo de prácticas es problemático porque impide conocer el rendimiento real de un teléfono. La mayoría de los benchmarks no buscan determinar el máximo potencial del sistema como sucede en el overclocking competitivo, sino el rendimiento general de un dispositivo.
Si OnePlus quisiera mostrar todo su potencial podría hacerlo de forma transparente mediante una opción que permitiera activar voluntariamente este modo de alto rendimiento que solo aparece al ejecutar un benchmark, pero por ahora la compañía no ha implementado esta característica a pesar de XDA Developers así se lo sugirió con el OnePlus 3T.