La Supreme Court de Canadá ha
puesto fin a la disputa judicial que enfrentaba a la Canadian Private Copying Collective (algo así como la SGAE canadiense) y a los fabricantes de de reproductores de MP3 por el canon cobrado sobre éstos. La máxima autoridad judicial canadiense ha confirmado la ilegalidad de este canon, ordenando a devolver todo lo recaudado hasta 2004, pero se ha negado a revisar la constitucionalidad del canon sobre los CD-R.
Por otro lado la industria discográfica se ha apresurado a
celebrar el fallo, con un extraño razonamiento:
si el canon sobre reproductores mp3 es ilegal, el intercambio de archivos mp3 en Internet se excluye del ámbito de la copia privada y por tanto es también ilegal. Podéis leer también un resumen de todo lo ocurrido en
news.com.