La Dirección General de Competencia, Asuntos del Consumidor y Control del Fraude se encargará de las pesquisas.
Desde HOP se asegura que "Apple ha puesto en marcha una estrategia global de obsolescencia programada para aumentar las ventas", exigiendo la plena cooperación de la compañía para esclarecer su papel y compensar los daños sufridos por los consumidores. De acuerdo con HOP, más de 2600 personas han apoyado la demanda colectiva, que actualmente se está organizando con una recogida de datos a través del sitio oficial de la organización.
La ley francesa es pionera en el castigo de la obsolescencia programada, contemplando penas de dos años de prisión para los ejecutivos implicados y multas de hasta el 5% de la facturación anual a las empresas que toman parte en este tipo de prácticas contrarias a los intereses de los consumidores.
Se da la circunstancia de que Apple no es la única firma tecnológica que está siendo investigada en Francia por poner fecha de caducidad a sus dispositivos o hacer que su calidad de la experiencia de uso se degrade de forma artificial. Las autoridades galas también investiga a Epson, HP, Canon y Brother por reducir la vida de sus consumibles. De forma más concreta, HOP las acusa de marcar como vacíos cartuchos en los que todavía queda tinta almacenada, engañando así al consumidor para cambiarlos sin que exista necesidad.