Anunciada hace algo menos de un año como parte de la gama de altas prestaciones Core X, la gama Kaby Lake-X estaba formada por los procesadores Core i5-7640X y Core i7-7740X. Su posicionamiento era un tanto extraño por más de un motivo. Para empezar, hacían compañía a una gama mucho más extensa y sensiblemente más potente basada en la microarquitectura Skylake X, haciendo su encaje algo incómodo en una gama diseñada para tomar al asalto la parte más alta del mercado.
El Core i7-7740X viene a ser algo así como un Core i7-7700K basado en el chipset X299. Posee como el Core i5-7640X un TDP de 112 vatios y compatibilidad con memoria DDR4-2666 de doble canal. La cantidad de caché L3 era de 8 y 6 MB, respectivamente. En cuanto a la velocidad de reloj, el Core i7-7700K alcanza unos elevados 4,5 GHz en modo boost sobre una velocidad base de 4,3 GHz.
Clasificación de la familia Core-X, con los modelos Kaby Lake-X en los peldaños inferiores.
La retirada de la familia Kaby Lake-X estaba prácticamente cantada. De hecho, se puede decir que nació muerta. Lanzar procesadores "de acceso" a la gama alta con solo cuatro núcleos era una estrategia con un desenlace complicado (o muy sencillo) cuando solo cuatro meses después la compañía ya estaba ofreciendo chips Core i3 con el mismo número de núcleos. El empuje de Ryzen en la parte media-alta de la escala de prestaciones tampoco le hizo ningún favor.
Ya cancelados, la gama de productos de gama alta de Intel se simplificará ligeramente. Algo necesario si se considera la continua incorporación de nuevos modelos Core de octava generación y el lanzamiento de Cannon Lake en algún momento del año que viene, inaugurando la era Core a 10 nm.