Bautizada y diseñada a imagen y semejanza de la Kodak Ektra de 1941 (dato que sin duda no habrá escapado a los amantes de la fotografía), este teléfono móvil quiere dejar atrás el amargo regusto del nada impresionante Kodak IM5 con una estética mucho más cuidada y un rendimiento superior.
Su cuerpo, acabado con materiales plásticos que buscan imitar el aspecto del cuero y el metal, integra una pantalla Full HD de 5 pulgadas y una gran batería de 3.000 mAh, que debería proporcionar energía sobrada para mover un procesador Helio X20 firmado por MediaTek y acompañado por 3 GB de RAM. La capacidad de almacenamiento es de 32 GB y el teléfono ejecuta Android 6.0 de serie.
La ficha técnica del Ektra no es particularmente sorprendente, lo que limita su gancho a una imagen cuidada y una cámara dotada con un sensor Sony de 21 megapíxeles aparentemente superior al de smartphones comparables. Además de estar montado sobre un sistema de estabilización óptico para evitar los efectos causados por una muñeca temblorosa (o los saltos en un concierto), incorpora enfoque por detección de fase y es compatible con grabaciones en formato 4K. El flash, por desgracia, no es de xenón sino LED.
Curiosamente el apartado de los selfies no ha sido descuidado (algo típico en esta clase de dispositivos), haciendo gala de un sensor de 13 megapíxeles en la cámara frontal. Como punto interesante (y muy agradecido por los aficionados a la fotografía móvil), Bullitt ha ido contra corriente al montar un botón de disparo dedicado en el Ektra.
El Kodak Ektra estará acompañado por varios accesorios que tratarán de acentuar su carácter fotográfico, destacando unas fundas realizadas en cuero auténtico (a diferencia del plástico utilizado en el teléfono).
Con un aspecto elegante (o al menos diferente) y unas prestaciones competitivas sin llegar a tocar la gama alta, el Kodak Ektra saldrá a la venta en Europa hacia el mes de diciembre. Su precio rondará los 500 euros.