Mientras en Suecia continúa el juicio contra The Pirate Bay, la industria discográfica no quiere esperar al resultado y exige a lo largo y ancho de Europa que esta y otras webs de enlaces P2P sean filtradas. Ya lo intentó en Italia, Dinamarca y Noruega, y ahora también lo ha conseguido parcialmente en Irlanda.
Su táctica consiste en amenazar a un proveedor de Internet con demandarle por violación de copyright si no cumple con las condiciones (filtrar una serie de páginas webs que presuntamente facilitan el intercambio de archivos protegidos). Si este accede, como ha sido el caso del proveedor irlandés Eircom (que también se comprometió recientemente a implantar la respuesta gradual), se utiliza su caso para seguir chantajeando al resto de proveedores.