Lee Jae-yong, vicepresidente, presumible heredero y máximo responsable de facto de Samsung Electronics, ha salido a la calle tras una inesperada sentencia emitida por el tribunal de apelaciones de Seúl. El ejecutivo permanecía en prisión desde que el pasado 16 de febrero la fiscalía surcoreana lo acusara de soborno, desfalco, perjurio y ocultación de bienes en el contexto de uno de los mayores escándalos políticos y económicos en la historia reciente del país.
Lee Jae-yong había sido condenado por estos delitos a un total de cinco años. Según la acusación, el máximo responsable de Samsung habría tenido un papel instrumental en el pago de millones de euros a organizaciones y fundaciones relacionadas con Choi Soon-sil, una oscura figura de la política nacional conocida en los medios como la Rasputina surcoreana y que habría utilizado su influencia tanto en la presidenta del país como en miembros del gobierno para facilitar la fusión de las filiales Samsung C&T y Cheil Industries, lo que a su vez reforzó el dominio de la familia Lee sobre Samsung Electronics.
En su fallo, el tribunal de apelaciones de Seúl señala que no se ha podido probar que Lee facilitara dichos fondos con la intención expresa de ganarse el favor y la influencia de Choi. Asimismo, estima que Lee no ocultó dichos fondos de forma deliberada y anula el cargo por perjurio al proporcionar falso testimonio durante una audiencia realizada el año pasado en la Asamblea Nacional.
Desestimados estos cargos, el tribunal de apelaciones ha condenado a Jae-yong a una pena conmutada de dos años y seis meses con una condicional de cuatro años, lo que en la práctica supone que ya es un hombre libre.
Una historia familiar
La liberación de Lee Jae-yong es solo un capítulo más en la tradición familiar de Samsung y de la complicada relación entre la justicia, el gobierno y la industria de Corea del Sur, dominada por grandes conglomerados industriales o chaebol. En este sentido cabe recordar que Lee Kun-hee, padre de Jae-yong y a su vez hijo del fundador de Samsung, ya fue indultado por el gobierno surcoreano tras haber sido condenado a varios años de prisión por su implicación en una trama para sobornar a fiscales, jueces y políticos del país.
Actualmente Lee Kun-hee sigue siendo el presidente de Samsung, aunque su cargo es puramente honorífico debido a problemas de salud. Lee Jae-yong, vicepresidente y presumible heredero del imperio Samsung, ha sido formado durante años para tomar sus riendas, por lo que su encarcelamiento supuso un enorme mazazo para la empresa. Más en cuestión de imagen que en términos económicos, puesto que la compañía no ha dejado de incrementar sus beneficios durante su ausencia.
"De nuevo, quisiera disculparme a todo el mundo por no mostrar mi mejor faceta. Este año ha sido un tiempo inestimable para reflexionar", ha declarado Lee Jae-yong al abandonar la prisión. Por el momento se desconoce cuándo se reincorporará a la empresa.
Lee Jae-yong había sido condenado por estos delitos a un total de cinco años. Según la acusación, el máximo responsable de Samsung habría tenido un papel instrumental en el pago de millones de euros a organizaciones y fundaciones relacionadas con Choi Soon-sil, una oscura figura de la política nacional conocida en los medios como la Rasputina surcoreana y que habría utilizado su influencia tanto en la presidenta del país como en miembros del gobierno para facilitar la fusión de las filiales Samsung C&T y Cheil Industries, lo que a su vez reforzó el dominio de la familia Lee sobre Samsung Electronics.
En su fallo, el tribunal de apelaciones de Seúl señala que no se ha podido probar que Lee facilitara dichos fondos con la intención expresa de ganarse el favor y la influencia de Choi. Asimismo, estima que Lee no ocultó dichos fondos de forma deliberada y anula el cargo por perjurio al proporcionar falso testimonio durante una audiencia realizada el año pasado en la Asamblea Nacional.
Desestimados estos cargos, el tribunal de apelaciones ha condenado a Jae-yong a una pena conmutada de dos años y seis meses con una condicional de cuatro años, lo que en la práctica supone que ya es un hombre libre.
Una historia familiar
La liberación de Lee Jae-yong es solo un capítulo más en la tradición familiar de Samsung y de la complicada relación entre la justicia, el gobierno y la industria de Corea del Sur, dominada por grandes conglomerados industriales o chaebol. En este sentido cabe recordar que Lee Kun-hee, padre de Jae-yong y a su vez hijo del fundador de Samsung, ya fue indultado por el gobierno surcoreano tras haber sido condenado a varios años de prisión por su implicación en una trama para sobornar a fiscales, jueces y políticos del país.
Actualmente Lee Kun-hee sigue siendo el presidente de Samsung, aunque su cargo es puramente honorífico debido a problemas de salud. Lee Jae-yong, vicepresidente y presumible heredero del imperio Samsung, ha sido formado durante años para tomar sus riendas, por lo que su encarcelamiento supuso un enorme mazazo para la empresa. Más en cuestión de imagen que en términos económicos, puesto que la compañía no ha dejado de incrementar sus beneficios durante su ausencia.
"De nuevo, quisiera disculparme a todo el mundo por no mostrar mi mejor faceta. Este año ha sido un tiempo inestimable para reflexionar", ha declarado Lee Jae-yong al abandonar la prisión. Por el momento se desconoce cuándo se reincorporará a la empresa.
Saludos
Ya no queda ni un solo país serio [toctoc]
Que la justicia de España sea equiparable a la de países como Corea del Sur creo que lo dice todo. Claro que es para sacar la pandereta.
Corea es otro universo dentro de las democracias desarrolladas. Los trapicheos de Florentino Pérez (por poner un caso de "señor al que todo le sale bien") serían allí de auténtico muerto de hambre. Con Hyundai pasó lo mismo hace unos años. Los chaebol operan al nivel que los keiretsu japoneses soñaban que tendrían en los 70 y los 80.
Que lo mismo el tribunal de apelaciones ha hecho su trabajo como se esperaba y es una sentencia justa legal y éticamente, pero cuando el presidente del gobierno tiene que decir públicamente que va a romper el ciclo de indultos a los jefes de los chaebol, igual hay un problema serio por ahí.
Ya solo falta el K-Drama oficial con un Jae-yong con pelazo y mirada picarona.
Hombre, es que considerar Corea del Sur un país serio tampoco es justo. Pero sí, que los corruptos salgan de la cárcel tan alegremente es algo que por desgracia ocurre en todas partes. Toda la razón. Los ricos y sus cosillas, ya sabes. Aunque allí al menos llegan a entrar. Samsung es un gigante de los gigantes de la economía surcoreana (y del mundo). ¿Nos imaginamos en nuestro país de pandereta a Patricia Botín, a Amancio Ortega o a Florentino Pérez entrando un año en prisión? Pobre del juez que se atreva a imputarlos siquiera. Acordémonos de Elpidio Silva, que metió a un sinvergüenza como Blesa UN DÍA en la cárcel por el tema de Bankia y le costó 17 años de inhabilitación por prevaricación. Aquí al talego van sólo los más pringaos de los más cleptómanos. Es que ya ni disimulan.
Eso sí en cualquier noticia de corrupción de cualquier país sale España en los comentarios lo cual me alegra por el inconformismo y me disgusta cuando la comparación no es justa.