Dotado con una generosa pantalla de 5,5 pulgadas y 1080 x 1920 puntos de resolución, este terminal de gama media cuenta con una carcasa metálica que hace gala del nuevo diseño que exhibirán los futuros terminales de Moto, con bordes biselados y una cámara de notable protagonismo visual que se acompaña por un lector de huellas dactilares recolocado en la parte posterior del dispositivo.
La ficha técnica del Moto M es peculiar. Aunque su procesador Helio P15 de 2,2 GHz y ocho núcleos no es para tirar cohetes, el dispositivo integra la todavía poco habitual cantidad de 4 GB de RAM, cuando el Moto G de cuarta generación comercializada en España posee 2 GB. Algo parecido sucede con el almacenamiento interno, que asciende a 32 GB ampliables mediante tarjeta microSD. Otras prestaciones interesantes son el uso de una batería de 3.050 mAh recargable mediante un puerto USB-C y la presencia de un sensor de 16 megapíxeles con enfoque por detección de fase.
Además, el dispositivo cuenta con una cierta resistencia a las salpicaduras, aunque dista de ser sumergible como algunos modelos anteriores de Motorola.
Todavía no está claro cuándo o si el Moto M terminará llegando a Europa, si bien se rumorea una eventual versión internacional equipada con un procesador Snapdragon 625. El precio de venta al público en China será equivalente a unos 270 euros.