Con una resolución 16 veces superior a la típica pantalla Full HD y cuatro veces más que las actuales UHD, esta unidad presume de ofrecer el negro más absoluto gracias a la capacidad de los paneles OLED para desactivar la iluminación de cada uno de sus píxeles de forma selectiva. Esto es así dado que la tecnología OLED es inherentemente emisiva y no requiere de un sistema de iluminación independiente como sí sucede con el LCD.
Hasta ahora la pantalla OLED más grande jamás fabricada tenía un tamaño de 77 pulgadas y una resolución de 4K. El nuevo modelo, por tanto, supone un nuevo récord para LG y para la propia industria, puesto que la firma surcoreana es la única capaz de producir paneles orgánicos de grandes dimensiones. Actualmente firmas como Sony, Panasonic y Loewe utilizan sus pantallas, proporcionando cada una de ellas sus propios sistemas de procesamiento de imagen a sus respectivos televisores de gama alta.
LG no ha señalado por ahora las especificaciones técnicas de esta nueva pantalla más allá de su tamaño y resolución. De entrada, y puesto que la firma no utiliza en ningún momento la palabra "televisor" en su nota de prensa, cabe imaginar que es solo una unidad de demostración con la que dejar constancia de los últimos avances de la división LG Display. Sea como fuere, la compañía ha señalado que durante el CES 2018 dará a conocer nuevos televisores OLED de consumo entre una larga lista de novedades que también incluirá monitores gaming y altavoces inteligentes.