ha realizado un estudio en el que concluye que a los jóvenes y niños que juegan a diario con videojuegos el cerebro se les vuelve "un cerebro de videojuego". El doctor nipón tiene algunas perlas como esta: "...muestran extrema irritabilidad, ausencia de capacidad de concentración, imposibilidad de cultivar amistades y tener relaciones normales con los demás. Si fuera por mí, tiraría todos estos endiablados juegos electrónicos...". Próximamente en sus teledirarios.