Digital Foundry ha podido confirmar, por declaraciones del ingeniero Andrew Goossen, que Microsoft tiene la intención de liberar en un futuro el 10% de los recursos gráficos que Xbox One se reserva para Kinect y la funcionalidad de las aplicaciones.
Según comenta Goossen, esta reserva permite que el sistema siempre esté aislado del juego y funcione sin problemas independientemente del título que se esté ejecutando, cosa que simplifica el desarrollo de juegos. El plan de Microsoft es liberar este 10% de potencia reservada para que los desarrolladores puedan hacer uso de ella, pero sin que esto comprometa la estabilidad de la consola y su sistema operativo.
No está claro cómo proporcionará Microsoft ese 10% de potencia gráfica a los desarrolladores sin comprometer el rendimiento del juego ni el del sistema operativo, pero es probable que en juegos donde Kinect no realiza ninguna función se pueda aprovechar ese potencial extra, que de otra forma se estaría desperdiciando.
