Matt Hancock, ministro de Cultura y Agenda Digital del Reino Unido, ha reconocido que la implantación de controles de edad será una cuestión compleja y que todavía ha de ser debidamente elaborada de cara a su activación en abril de 2018. Ni siquiera está claro que organismo se encargará de velar por el cumplimiento de esta regulación, aunque es ampliamente asumido que será una competencia más del Consejo Británico de Clasificación de Películas (BBFC por sus siglas en inglés), la entidad responsable de la clasificación por edades y censura de películas, series y videojuegos.
Además de obligar a los internautas a demostrar su mayoría de edad mediante algunos de los métodos designados por el gobierno, la medida introduce penalizaciones económicas para las empresas que no respeten la ley. De esta forma los proveedores de pornografía que no realicen las debidas comprobaciones podrán ser multados con hasta 250.000 libras o un máximo del 5% de la facturación correspondiente a su último periodo fiscal. Aparentemente la medida no afectará a redes sociales (de lo contrario Twitter tendría aquí un problema bastante serio), limitando su alcance a los sitios de contenidos para adultos.
Como era de esperar, este nuevo requerimiento ha dado pie a opiniones para todos los gustos. Algunas organizaciones relacionadas con la infancia han recibido la medida de forma positiva, mientras que otras dedicadas a velar por la privacidad de los usuarios se muestran alarmadas ante la posibilidad de que se puedan crear bases de datos con los hábitos de consumo de los internautas que podrían ser de gran interés para cibercriminales.
La necesidad de demostrar la mayoría de edad para acceder a contenidos pornográficos es solo la última en una serie de medidas restrictivas que han generado polémica en el Reino Unido. Cabe recordar que hace apenas unos meses el Parlamento aprobó una de las leyes de vigilancia electrónica más intrusivas del mundo, solo para quedar poco después en entredicho por una sentencia del Tribunal de Justicia de la Unión Europea.