No sin cierto retraso con respecto a lo esperado inicialmente, Samsung ha dado a conocer los resultados de su investigación para hallar las causas de los incendios de las baterías del Galaxy Note 7; una gravísima y potencialmente peligrosa deficiencia que terminó desatando una de las mayores campañas de servicio técnico en la industria de la electrónica.
Aunque lanzadas por Samsung, las pesquisas han sido llevadas a cabo en colaboración con organizaciones independientes para asegurar su fiabilidad.
Las conclusiones reflejadas en el informe de Samsung señalan la presencia de defectos importantes tanto en las baterías de las primeras unidades del Galaxy Note 7 como en las utilizadas en las unidades de sustitución que fueron distribuidas para sustituir los terminales retirados. Los ecos de esa cascada de errores todavía resuenan.
En el caso de los primeros teléfonos, señala la investigación, las baterías de Samsung fueron fabricadas con unos electrodos negativos que se doblaban en la curva de la batería. Con el paso del tiempo y el uso de los dispositivos, esto terminó deviniendo en el sobrecalentamiento e incendio de las baterías.
Tan pronto como Samsung tuvo conocimiento de la situación puso en marcha una campaña de servicio técnico para sustituir las unidades defectuosas por otras nuevas. Desafortunadamente, las prisas introdujeron otros defectos letales para los dispositivos de remplazo. A pesar de que las nuevas baterías no tenían el defecto de diseño de los Galaxy Note 7 originales, la investigación descubrió que estos teléfonos podían venir con deficiencias en las soldaduras de las baterías. Además, en algunos casos no se llegó a instalar una lámina aislante en el interior de las mismas.
Ante esta situación, Samsung terminó por cancelar la producción del Galaxy Note 7 y retirar como pudo todos los dispositivos distribuidos.
El Samsung Galaxy S8 no estará en Barcelona
El análisis de la situación pone en evidencia que la agresividad con la que Samsung trató de reducir el tamaño de las baterías (y por ende sus dispositivos) terminó por introducir defectos sumamente graves en su construcción. Samsung SDI, la filial del gigante coreano dedicada a la producción de baterías, es posiblemente la compañía más afectada por un desastre que ha terminado por retrasar el debut del Galaxy S8, el futuro buque insignia de Samsung.
Según ha señalado a Reuters el máximo responsable de la división telefónica de Samsung, el sucesor del actual Galaxy S7 todavía no tiene prevista una fecha para su presentación. Todo lo que se sabe es que no estará presente en el Mobile World Congress como hasta ahora dictaba la tradición, posiblemente como resultado de los revisados estándares de seguridad de la compañía o por los efectos de una investigación que habría llegado a retrasar de forma significativa el desarrollo inicial del dispositivo. Sin duda, LG y otros fabricantes rivales recibirán la noticia con una sonrisa.
Aunque lanzadas por Samsung, las pesquisas han sido llevadas a cabo en colaboración con organizaciones independientes para asegurar su fiabilidad.
Las conclusiones reflejadas en el informe de Samsung señalan la presencia de defectos importantes tanto en las baterías de las primeras unidades del Galaxy Note 7 como en las utilizadas en las unidades de sustitución que fueron distribuidas para sustituir los terminales retirados. Los ecos de esa cascada de errores todavía resuenan.
En el caso de los primeros teléfonos, señala la investigación, las baterías de Samsung fueron fabricadas con unos electrodos negativos que se doblaban en la curva de la batería. Con el paso del tiempo y el uso de los dispositivos, esto terminó deviniendo en el sobrecalentamiento e incendio de las baterías.
Tan pronto como Samsung tuvo conocimiento de la situación puso en marcha una campaña de servicio técnico para sustituir las unidades defectuosas por otras nuevas. Desafortunadamente, las prisas introdujeron otros defectos letales para los dispositivos de remplazo. A pesar de que las nuevas baterías no tenían el defecto de diseño de los Galaxy Note 7 originales, la investigación descubrió que estos teléfonos podían venir con deficiencias en las soldaduras de las baterías. Además, en algunos casos no se llegó a instalar una lámina aislante en el interior de las mismas.
Ante esta situación, Samsung terminó por cancelar la producción del Galaxy Note 7 y retirar como pudo todos los dispositivos distribuidos.
El Samsung Galaxy S8 no estará en Barcelona
El análisis de la situación pone en evidencia que la agresividad con la que Samsung trató de reducir el tamaño de las baterías (y por ende sus dispositivos) terminó por introducir defectos sumamente graves en su construcción. Samsung SDI, la filial del gigante coreano dedicada a la producción de baterías, es posiblemente la compañía más afectada por un desastre que ha terminado por retrasar el debut del Galaxy S8, el futuro buque insignia de Samsung.
Según ha señalado a Reuters el máximo responsable de la división telefónica de Samsung, el sucesor del actual Galaxy S7 todavía no tiene prevista una fecha para su presentación. Todo lo que se sabe es que no estará presente en el Mobile World Congress como hasta ahora dictaba la tradición, posiblemente como resultado de los revisados estándares de seguridad de la compañía o por los efectos de una investigación que habría llegado a retrasar de forma significativa el desarrollo inicial del dispositivo. Sin duda, LG y otros fabricantes rivales recibirán la noticia con una sonrisa.
En última instancia el responsable es Samsung, ahí tienes la respuesta. Además si haces un recall y encima la vuelves a pifiar pues aún más.
Más vale perder tiempo (y dinero) en pruebas, que luego tener que gastarse mucho más en reparaciones o cambios, además de la mala imagen que generas.
En este caso Samsung asumió su culpa y eso les honra.
Las baretias extraibles no volverán, son cosa del pasado
Los dos, pero en última instancia Samsung. Cambiaron de proveedor pero con las prisas simplemente supusieron que seríá difícil que las nuevas baterías también tuvieran problemas y no se realizaron las suficientes pruebas para asegurarse. Supongo que también presionarían bastante al proveedor para que les suministrara las baterías cuanto antes... y así salió la cosa.
Pues eso, que les valga de lección para la próxima.
Diras que asi se aseguran mas facilmente la obsolescencia programada
¿Podrías negar semejante error?
Como que no tenían más cojones :)