Aunque muchos juegos (entre ellos algunos superventas) persisten en la durabilidad de sus entornos, cada vez son más los casos de desarrolladores que dejan atrás este estigma, y en el caso que nos ocupa, el futuro juego de rol y acción ambientado en el universo Warhammer 40,000 Inquisitor - Martyr, el estudio encargado hace particular hincapié en esta característica como decisiva para su jugabilidad.
El motor 3D empleado para W40K:I-M emplea unos modelos poligonales especialmente detallados (al menos para los objetos que no forman parte de los límites del nivel), que en base al motor de físicas responden de forma consistente a la interacción de las muchas formas de destrucción que emplean nuestro personaje y sus enemigos. El efecto es diferente en función del tipo de arma (diferenciando por ejemplo los proyectiles de las cargas de energía) y reciben consideración especial algunos objetos inherentemente explosivos que extienden su influencia en una esfera de un cierto radio.
El valor práctico de esta característica técnica viene dado por la mecánica de disparar desde detrás de barreras y otros objetos, cuya capacidad para mantenernos a salvo podremos evaluar en función de sus materiales o disposición. A lo largo del enfrentamiento, deberemos considerar el momento correcto para abandonar nuestra posición por otra intacta y en todo momento buscar las posibilidades de aprovechar la fragilidad del entorno para dañar o directamente enterrar a nuestros enemigos.
Warhammer 40,000: Inquisitor - Martyr fue anunciado el año pasado entre toda una plétora de nuevos títulos basados en la popular franquicia (y precisamente hace dos días hablábamos del reaparecido Dawn of War 3) y todavía no cuenta con una fecha de lanzamiento más concreta que el presente año. Sí conocemos las plataformas para las que estará disponible, que serán las consolas Xbox One y PlayStation 4 y los ordenadores con Windows, y el estudio que lo desarrolla, Neocore Games (responsable recientemente de la saga de arpg Van Helsing).