A diferencia de los motores de búsqueda tradicionales que devuelven respuestas en forma de enlaces, ChatGPT (y el resto de su clase) procesan las preguntas en lenguaje natural y generan una réplica en base a la información seleccionada que encuentran por Internet. Por ejemplo, le podemos pedir al buscador ayuda para hacer una ruta por la costa Amalfitana (Italia), y después hacer preguntas de seguimiento para obtener más información sobre cualquier aspecto como el transporte, los restaurantes, el tiempo o el alojamiento. La búsqueda web de ChatGPT es conversacional, selecciona la información y considera el contexto.
Toda la información que ofrece ChatGPT está sacada de Internet, así que también tiene la labor de encontrar fuentes de calidad. Este podría ser el paso más complicado si tenemos en cuenta el estado actual de internet y la lucha por el SEO. En este sentido, OpenAI se ha asociado con algunos proveedores de noticias y datos para añadir información actualizada. Todas las respuestas cuentan con un enlace a la fuente, y el usuario tiene la posibilidad de desplegar una barra lateral para observar con más detalle las webs que el chatbot considera relevantes.
Una consulta al buscador de ChatGPT y la barra lateral con las fuentes.En lugar de lanzarlo como un producto independiente, OpenAI ha integrado la búsqueda web en la interfaz existente de ChatGPT. El sistema determina, en función de la consulta, cuándo acceder a los resultados de internet en tiempo real, pero el usuario siempre tiene la opción de activar la búsqueda manual. Antes de esta actualización el conocimiento de ChatGPT estaba limitado en el tiempo y no tenía acceso a la información más reciente. Ahora a su capacidad para generar respuestas en base a su entrenamiento hay que sumarle datos en tiempo real.
Está por ver cómo OpenAI piensa financiar el uso que le dan los usuarios gratuitos a las funciones de ChatGPT. Estos servicios de inteligencia artificial son muy costosos y las búsquedas impulsadas por la IA lo son mucho más que las tradicionales. El pasado trimestre los ingresos por búsquedas de Google ascendieron a 49.400 millones de dólares, mientras que OpenAI dice no tener planes de introducir anuncios o promocionar búsquedas. Por ahora la compañía cobra suscripciones y dice que impondrá algunos límites a la frecuencia en la que los usuarios gratuitos pueden usar sus últimos modelos de búsqueda.
