Según declaró ayer Craig Federighi, líder de ingeniería de software de Apple, "Hoy tenemos un nivel de malware en Mac que no encontramos aceptable". En su testimonio Federighi aseguró que la firma de Cupertino identifica dos ejemplares de malware por semana, ya sea por sus propios medios o recurriendo a terceros, para a continuación usar las medidas de protección integradas en los sistemas operativos y eliminarlos.
Este proceso (detección->despliegue de medidas->mitigación) no es instantáneo, como es lógico. Para cuando Apple logra actualizar las protecciones de sus ordenadores y dispositivos móviles el malware ya ha podido hacer efecto o extenderse a otros equipos, y Federighi señaló que, de los 130 malwaresdetectados durante el último año, uno en concreto logró infectar a 300.000 equipos.
De acuerdo con el testimonio de Federighi, los equipos Mac siguen siendo más seguros que aquellos equipados con Windows, pero se enfrentan a "un problema de malware significativamente mayor" que los dispositivos móviles de la casa.
La admisión de que Apple tiene un problema de malware entre manos puede resultar sorprendente después de décadas asegurando que sus equipos eran virtualmente inmunes a los virus (algo que llegó a comunicar con profusión en sus anuncios), pero las tornas han cambiado. También las circunstancias.
Al margen de que la mayor popularidad de los equipos Mac les ha puesto una diana más grande, Apple defiende en su litigio con Epic que solo a través de su estrategia de jardín cerrado puede proteger a los usuarios de iOS, por lo que abrir su plataforma a tiendas externas incrementa el riesgo de infección y fraudes.