Según afirma el diario económico, Ive, que participaría en el proyecto a través de su estudio LoveFrom, está negociando con Softbank una inversión de más de 1.000 millones de dólares para desarrollar el que sería el primer dispositivo de consumo de OpenAI, cuya meta última sería brindar una experiencia de uso radicalmente diferente, "más natural e intuitiva", y que reduciría de forma notable la importancia de la propia pantalla.
Por supuesto, muchos fabricantes han querido poner patas arriba la industria con propuestas totalmente diferentes o cuanto menos originales, pero lo cierto es que casi todos los cambios experimentados desde la introducción de las primeras pantallas táctiles modernas han sido muy graduales, sino básicamente iterativos. Ive y Altman tienen algo a su favor, no obstante, y es que Masayoshi Son, CEO de Softbank, estaría dispuesto a hacer que ARM participara en el diseño del dispositivo, lo que permitiría reducir los recursos dedicados al hardware para centrarse en la experiencia de uso.
No es necesario decir que cualquier información sobre las capacidades del teléfono o el alcance de su propuesta será estrictamente especulativa como mínimo hasta que medie un anuncio oficial. Por lo poco que ha trascendido, el proyecto aún se encuentra en una etapa embrionaria y se están planteando varias ideas, lo que hace pensar que cualquier concepto general que pueda haber en la mente de Ive aún está muy lejos de ser industrializado.