Fabricado como tantos otros en torno al conocido Snapdragon 8 Gen1, el Redmagic 7 Pro tiene la peculiar distinción de contar con un coprocesador especial que en teoría ayuda a desahogar un poco el chipset y arañar unos pocos FPS más que sus rivales. Recibe el nombre Red Core 1, y gestiona aspectos como el procesamiento del sonido, la iluminación RGB (un clásico en los teléfonos gaming) y las vibraciones hápticas (el teléfono cuenta con un motor que permite incrementos muy graduales).
Dimensiones y peso: 166,27 x 77,1 x 9,98 mm y 235 gramos
Otros: RedMagic OS 5.0 (Android 12), 5G, 802.11a/b/g/n/ac/ax, Bluetooth 5.2, NFC, USB-C, lector dactilar, minijack de 3,5 mm
Su otra singularidad es menos evidente. Se trata de la cámara frontal, que se integra debajo del panel OLED para no estorbar ni restar espacio de juego como sucede con otros diseños. Queda por ver la calidad proporcionada y lo realmente invisible que es, puesto que intentos anteriores han dado unos resultados bastante mejorables. Hablando de la pantalla, sus prestaciones son interesantes, con un digitalizador a 960 Hz y una tasa de refresco de 120 Hz.
Otros detalles destacables del Redmagic 7 Pro son el uso de botones táctiles para imitar a unos gatillos, con una velocidad de actualización de 500 Hz, un potente sistema de refrigeración que combina una cámara de vapor de alto rendimiento con un ventilador de uso opcional que alcanza las 20.000 RPM (complementable con un ventilador externo de mayor tamaño) y un modo especial para jugar en el PC usando teclado y ratón.
Ya disponible, el Redmagic 7 Pro se puede encontrar con 256 y 512 GB de almacenamiento por 799 y 899 euros, respectivamente.