El Exynos 1080 toma en un principio el testigo del Exynos 980 usando un nuevo proceso litográfico de 5 nm desarrollado internamente por Samsung. El fabricante surcoreano quiere apuntalar así sus capacidades como fabricante de chipsets avanzados, compitiendo de esta forma con las fundiciones de TSMC.
El diseño en sí mismo es un big.LITTLE heterogéneo, con un total de ocho núcleos repartidos entre un único A78 a 2,8 GHz para labores de alto rendimiento, tres A78 a 2,2 GHz y finalmente cuatro A55 a 2,0 GHz. La GPU es una Mali-G78. Es una combinación interesante y que debería deparar una autonomía portentosa gracias a su capacidad para derivar la carga de trabajo a los núcleos más adecuados en cada momento.
En lo que respecta a la potencia, los datos son un tanto confusos. Fuentes surcoreanas aseguran que el rendimiento multinúcleo se ha duplicado con respecto al modelo anterior y lo mismo sucedería con los gráficos Mali-G78. Estos datos no se corresponden en absoluto con el salto de entre el 15 % y el 20 % que cabría esperar en un salto generacional, pero también es cierto que el 980 se orientaba a la gama media, y el nuevo 1080, sin al parecer querer desviarse de ahí, llega con prestaciones asimilables a las de un tope de gama de nueva generación. Habrá que estar atentos a los benchmarks.
Por lo demás, el Exynos 1080 presenta algunas prestaciones interesantes. Además de contar con un módem 5G Sub-6 GHz y mmWave para redes chinas (lo que ya da pistas sobre los fabricantes que podrían integrarlo), el nuevo chipset de Samsung soportará memorias LPDDR4X y LPDDR5, cámaras de un solo sensor con hasta 200 MP o 32 + 32 MP y pantallas a 90 Hz (WQHD+) o 144 Hz (FHD+). También hay Bluetooth 5.2, 802.11ax y radio FM.
Según ha señalado Samsung, los primeros teléfonos con Exynos 1080 llegarán a comienzos de 2021, y Vivo será la primera marca en estrenarlo.