Lejos de limitarse a subir la resolución de entrada, que tendría escaso interés, el ISOCELL HP1 destaca por estrenar una nueva tecnología de pixel binning llamada ChameleonCell. En esencia, esto permite agrupar hasta 16 píxeles (cada uno de ellos de 0,64 micrómetros) para formar un solo píxel de gran tamaño (2,56 micrómetros) para capturar una mayor cantidad de luz.
En la práctica, este modo de alta luminosidad implica que la resolución de salida del sensor se reduce a 12,5 megapíxeles, aunque también es posible usar un pixel binning tradicional en matriz de 2x2 (cuatro píxeles para generar uno) con una resolución final de 50 megapíxeles (con la capacidad de grabar vídeo en formato 8K -7680 x 4320- a 30 FPS) o utilizar todos los píxeles individuales para fotografiar escenas con 200 megapíxeles reales.
Gracias a este sensor, los próximos teléfonos de gama alta de Samsung (y socios como Xiaomi, que adoptó casi como propio el ISOCELL Bright HMX de 108 megapíxeles) podrán capturar imágenes de mayor calidad independientemente de la iluminación ambiental, con un modo de 12,5 megapíxeles para escenarios nocturnos, 50 megapíxeles en situaciones intermedias y 200 megapíxeles cuando haya una buena cantidad de luz (al coste obvio de sacrificar una cantidad de almacenamiento nada despreciable).
Al margen del ISOCELL HP1, Samsung también ha dado a conocer el nuevo ISOCELL GN5, un sensor de 50 megapíxeles con las tecnologías Dual Pixel Pro y Front Deep Trench Isolation (FDTI), que permite que los fotodiodos absorban una mayor cantidad de luz y al mismo aislarla con mayor efectividad en sus subestructuras internas para mejorar la calidad de imagen.
Samsung indica en su nota de prensa que ambos sensores ya se encuentran disponibles en fase de sampling, lo que da a entender que los primeros teléfonos podrían aparecer como pronto durante el primer trimestre de 2022.