Sé que de corto no tiene una mierda, pero bueno, tenia que ponerlo, es lo mas malo que he leido jamas:
EDITO!!!!
Seguramente a nadie le hara gracia, por lo que si quereis reir pasad de largo, pero en el caso que querais leer la cosa mas mala que alguien ha escrito, aqui sus lo dejo
------------------------------------------------------------------------------------------------
Era el momento. Andrónico Giordano se había tomado 19 primaveras para reflexionar su decisión. Al fin, se lo diría a su difunto padre, pero tenía problemas de audición. El jardinero del camposanto hizo una colecta en la carnicería para conseguir unos audífonos, pero Federico Giordano no quería gastar en pilas.
Acabó por contárselo a su madre. De todos modos, Ubalinda se lo esperaba.
- Mamá, me voy a hacer un tatuaje
Ubalinda bajó la visión. Sabía que algún día llegaría el día. Al fin y al cabo era un maldito tatuaje. Todos los críos de su edad se hacían uno, sin embargo, Andrónico quería uno peculiar.
Desde niño Andrónico nunca se conformó con lo que tenía. Cuando iba a la guardería discutió con sus padres: quería ir a la universidad y no estar rodeado de niños mocosos.
Más tarde se negó a chupar de la teta de su madre y reclamaba chuletones y solomillos de alta calidad. Una vez le dieron uno pero como no tenia dientes tuvieron que meterle la batidora en la boca para que lo deglutiese bien. El paladar quedó algo afectado, pero le gustó. Le bajo dos tonos la voz y así pudo entrar en la orquesta municipal.
Andrónico se dirigió al local que regentaba Guillermo Sontano. Era un experto en perforación de pieles, colocación de piercings y tatuajes, dinamitero, relojero, y fabricante de rodillas protésicas. También hacía un te excelente que servía a sus clientes. Pero inexplicablemente, todos morían despues de probarlo. Aún así, su negocio gozaba de un gran prestigio y reputación.
Sontano recibió a Andrónico con expectación. Todo el mundo del pueblo sabía que era especial, que no se conformaría con algo normal. El típico diablo, o letra china que todo hijo de vecino se hacía.
- Verá, señor Sontano. Quiero algo especial
Sontano no esperaba otras palabras.
- Quiero que me haga un tatuaje de mi mismo.
- ¿Cómo dice?.
- Como ha oído. Quiero que me haga un tatuaje de mi mismo.
- Pero eso es imposible. ¡Nunca antes se había probado en un hombre!.
- Debo de correr ese riesgo.
Guillermo preparó la maquinaria para acometer algo que nunca antes la ciencia tatuajística habia hecho. Una vez se tatuó a si mismo un colchón pikolín con sabor a fresa, pero eso es otra historia.
Andrónico entró en la cocina y se encontró a su madre como siempre, abriendo la puerta del congelador y preguntando por Amancio. Pero amancio nunca respondía. Debía de haberse ido de vacaciones.
-Mamá, te presento a Giorgio, mi tatuaje
Giorgio saludó a Ubalinda con una reverencia propia de los altos protocolos reales. La mujer se quedo estupefacta de que un tatuaje pudiese ser tan bello y educado. Se sentó a su lado y la invitó a cenar en Staccato's, el restaurante swahiliano más exclusivo y caro de toda la ciudad.
Horas mas tarde, Andrónico despidió a Giorgio y a su madre con una extraña sensación.
No podia explicarlo con palabras, puesto que Palabras hacía tiempo que se habia enfadado con él y no se hablaban, por culpa de una disputa por el control de los acidos estomacales de rin tin tin. Pero el caso es que Andronico sabía que algo raro iba a pasar. Se imaginaba el qué: Giorgio no tardaría en comprender que no era más que un simple tatuaje fruto de un borrachin de infusión asesina, y que cualquiera podría borrarle y destruirle. Dado que Andrónico le conocia mejor que nadie, supuso que el siguiente paso sería hacerse con el control del mundo. Y ello requeria inexorablemente el control de su madre, Ubalinda, famosa por sus sopas de lágrimas de cocodrilo.
Cuando su tatuaje y su madre regresaron de Staccatos, Andronico no notó nada raro en su madre, salvo que venia con la cabeza debajo del brazo y no le dio las buenas noches, pero supuso que era debido al cansancio de un duro dia. Cuando realmente empezo a preocuparse fue cuando al dia siguiente, Andronico desperto con un pie menos, sí , ya se que uno va perdiendo los pies como quien compra gamusinos, pero esta vez Andronico supo que Giorgio le habia robado el pie, encima su favorito, como si vendieran los pies a sacas. Bajó a desayunar, donde encontró a su madre con unos borbotones de sangre por cabeza , y de nuevo esta se negó a decir palabra.
Andronico se acerco a su tatuaje , que estaba cocinando unas liendres de campo aderezadas con salsa mortadela y le espetó:
- Oye, tio, de que vas? por qué me has robado un pie?
- Um, no sé nada de eso
- Ya, y con que estás removiendo la sopa de liendres?
- Con tu pie.
- Ah vale, perdona, pensaba que era mi pie, entonces no sé donde lo habré podido perder.
Andronico comenzaba a estar bastante mosqueado, asi que llamó a Tifano , su mejor amigo, y le comentó la situacion. Tifano no podía dar credito a lo que oia, asi que le dijo que si queria guasa, que llamara a su padre. Él le respondió que como su tatuaje se estaba beneficiando a su madre, técnicamente ,su padre era Giorgio. Un sonido de cuelgue se apoderó del auricular telefonico de Andronico por respuesta.
Solo y sin credito, andronico se enfrentó a la verdad, cogió su vieja escopeta de calibre McArio y se acerco a su tatuaje, que estaba husmeando en las heces del gato, en busca de un mondadientes. Le encañonó con la escopeta y disparó.
- Ay tio, mira a ver si tienes más cuidado.
- Descuida tio, lo tendré en cuenta para la proxima vez.
Acto seguido el tatuaje cayo fulminado al suelo y se convirtio en un portarretratos con fotos de sadomasoquismo, que Andronico nunca consiguio despegar.
----------------------------------------------------------------------------------------------------
Cuando lo ley yo me quede
asi que si os pasa lo mismo tranquilos, es normal.