Aragami: Shadow Edition
Me lancé a la piscina con este juego, a pesar de que no tuvo una acogida ni mucho menos boyante; en parte por el hambre de sigilo en una época nada generosa con los stealth games, en parte porque me sedujo su propuesta de ser un ninja sombrío y luchar contra la luz, algo que no suele ser habitual.
Lo que me he encontrado ha superado todas mis expectativas. Me ha retrotraído a los mejores juegos de PS2, y no lo digo porque es mejorable con la tecnología actual en cuanto a elementos como la IA o el rendimiento, sino porque con todos sus defectos demuestra un ejercicio de solidez en su jugabilidad digno del género al que pertenece.
Es como volver a Tenchu, con un cell shading, de tan vistoso, elegante; pero con sus propias mecánicas. Voy por la misión VI y reiterando que hay que perdonarle ciertas carencias, lo que uno encuentra es un juego pasmosamente divertido en su núcleo.
Grata sorpresa. Parece que el panorama indie solo puede brillar en juegos 2D pero Aragami demuestra que en las tres dimensiones también hay mucho que decir.