Teselia escribió:Yo de momento estoy solo quejándome a Canela sobre 2 vecinas a ver si me dicen algún día que se van. Al principio me daba pena, porque en una web leí que si te quejabas mucho mucho, Canela directamente te proponía de expulsar a ese vecino. La verdad es que no me lo terminé de creer porque lo veo muy radical, pero sencillamente me dio lástima de imaginarlo xDDD entonces ahora solo me quejo un par de veces a Canela y a ver si se van por sí mismas...
Pensaba obviar el tema de las quejas y esperar a que se fuesen los vecinos automáticamente por su propio pie, porque en New Leaf cada 2 o 3 días se me quería ir alguno. Pero antes me dio por buscar en Twitter el hashtag de #acnh más el hashtag del nombre de algún vecino mio del New Leaf, y dije VALE, QUE SE VAYAN TODOS jajajaja. Me dio tal "envidia" de verles tan lozanos en el New Horizons que ahora no me sabría mal que se fuesen mis vecinos actuales para que me vengan mis vecinos antiguos. A cruzar los dedos!
Sí que se puede, pero quizá no te guste el método que emplee.
Mi trágica historia (xD) comenzó al hacer dos parcelas en el mismo día, bajo encargo de Tom Nook, por 10.000 bayas de coste.
A una de ellas se me mudó la ardilla Belinda (parece ser popular entre la comunidad de AC), a quien invité al encontrarnos en una isla aleatoria.
Pero en ese mismo día, cuando fui a por un segundo vecino a otra isla, ya no me salieron más. Probé otro par de veces malgastado millas, pero nada, imposible, uno por día para mudarse a parcelas parace ser la norma.
A la mañana siguiente me encuentro a Belinda instalándose, pero ¡oh sorpresa! la otra parcela está vendida. Busco en Internet su identidad a partir de su nombre: parece ser una feísima mujer cabra (con barba) y de personalidad presumida de cuyo nombre prefiero no acordarme, que nadie invitó a mi isla.
Cuando se instala al día siguiente dejo atrás todos mis principios éticos y empiezo mi método infalible: no hablarle, darle golpes cargados con la red hasta que se enfade, y pedir sistemáticamente a Canela que se marche, todos los días, ya sea varias veces seguidas o saliendo y entrando de la oficina, etc. Parace no servir de nada, por tanto (y aquí viene mi mayor bajeza) recurro por primera vez a cambiar de día de forma manual.
Repito la estrategia hasta que en unos pocos días aparece un visitante de acampada, en este caso, un elefante vestido de superheroe verde (desde que había instalado la zona de acampada no me había vuelto a aparecer nadie por allí). Como no me gusta, no le invito, y sigo mi estrategia un par de días más.
Poco a poco se acerca peligrosamente el evento de Pascua del día 12 del calendario (spoiler: ya lo completé, tenía todos los huevos y recetas creados de antes de hacer los viajes temporales) y cuando es el día 10 por fin aparece la nueva visitante, Feli, una gata monísima con un jersey gris de estampado invernal. Cuando le invito a venirse a mi isla, lo echa a suertes entre cartas rojas o negras. Escojo negras y salen rojas. Mi gozo en un pozo, dice que no se viene y cambia de conversación. Me pillo un rebote del quince, por más que insisto para que me vuelva a salir el diálogo, solo apuesta objetos a suerte, no vuelve a mencionar mudarse.
Salgo cabreado dispuesto a agredir a mi cabra, y armado con el hacha para hacer trizas a la inútil de Canela, vuelvo al ayuntamiento. Nada, imposible. Me salgo del juego pero como buen cabezón, negándome a aceptar la triste realidad, vuelvo a visistar la tienda de acampada un par de veces hasta que, casualidad o no, la gata vuelve a proponer venirse a mi isla. Esta vez le digo que sí y no pone objeción, más allá de la falta de espacio. Que quizá si alguien quisiese marcharse ella podría... Sin terminar de leer salgo corriendo a ver a Canela, le digo que Feli quiere mudarse a nuestra isla, y me comenta (gracias a Dios) que hay un vecino interesado en marcharse... ***** (como se llame la cabra esa). Me pregunta si estoy seguro, digo que sí.
Y paso al día siguiente, con miedo a que por la cercanía del evento de los huevos, la gata decida no venirse. Mientras tanto, la cabra está empaquetando sus cosas.
Como toda historia tiene un final, este sucede mientras resuelvo el evento de pascua. Pero lo hago ya tranquilo, porque Feli está desempaquetando sus cosas en su nueva casa.
Ahora tengo tres vecinas normales y ninguna presumida, y esa casa sigue estando ubicada en la playa, esperando ser ocupada por la pulpa Marina algún día, como era el plan inicial, pero con tesón y esfuerzo me libre de la cabra de Satán xDDD
PD: Por suerte el resto de mis vecinos me gustan bastante (hasta al tonto del cocodrilo deportista que lleva conmigo desde el inicio le he cogido cariño) y a no ser que acampe alguno que me encante, dudo que los cambie a propósito, porque tampoco sé quién me propondrían para marcharse, ya que trato bien a todos, pero mi recomendación para ahorraros esta agonía: estad seguros de a quién invitáis desde las islas aleatorias, y si ponéis en venta parcelas que sea SOLO una por día, y eligiendo en ese mismo dia al vecino en una de las islas aleatorias (preparad bastantes millas para poder repetir el viaje unas cuantas veces), porque de otro modo se mudará uno al azar (a mi ya me pasó antes con un pingüino gruñón de ojos rojos, que a pesar de todo me mola). Es mil veces más cómodo elegir vecinos allí que tener que estar haciendo el vacío a un vecino durante una semana o más tiempo, para que pueda ser sustituido por un vecino al azar que acampe y de la casualidad que os guste.