Milei lleva poco mas de dos meses en el gobierno.
Las recetas de Milei pueden entenderse o no, pero no es ningún tonto. No se ha ido a lamer la mano de Estados Unidos por casualidad, Estados Unidos es el principal patrocinador de las intervenciones y golpes de estado en suramérica. Los coqueteos con los BRICS se han acabado de golpe, Argentina no tiene entidad suficiente hoy por hoy ni siquiera para poder elegir, y eso no es algo achacable a Milei, sino a sus predecesores.
El problema no es que "no hay plata", el problema es que "se debe mucha plata".
El camino tortuoso hacia el premio de estado fallido es largo, y distinto en cada caso, pero hay actores que siempre aparecen, como los políticos acomodaticios, corruptos, y de baja talla moral. Los últimos que aparecen, los militares con gafas de aviador que aplican las mismas recetas de los de siempre, pero con tanques por las calles, y con programas de limpieza de opositores.
Se podría debatir mucho acerca de si Argentina merece políticas sociales mejores, si Milei es ultraliberal, si está en manos de lobby judío, o si es un simple becario de Biden. Pero eso sería una pérdida de tiempo equiparable a que un mileurista haga cálculos para ver si es mejor comprarse una mansión en Aspen, Colorado, o un piso en Billionaire Row en Nueva York. No hay dinero, ni lo va a haber en mucho tiempo.
Lo que nunca entenderé, ni por parte de un político ni por parte de quien no lo sea, es la apología del endeudamiento. Compra lo que desees y págalo después. ¿Cuando? Cuanto mas lejos en el tiempo mejor, menos importe de las cuotas. Da miedo apretarse el cinturón, asi que endeudate hasta el infinito, y a ver a que generación le toca la china en forma de bomba de relojería. El endeudamiento, para pagar lo que no tienes, para pagar gastos corrientes, para todo. El desconocimiento de la economía no esá reñido con la sensatez. Estados Unidos tienen una deuda enorme, pero la economía de Estados Unidos es una máquinaria industrial, financiera, y militar, engrasada a lo largo de un siglo, y que de momento, sigue funcionando, pero no es el caso de la economía de Argentina, que hace aguas por todas partes.