En un estado como Argentina donde la crisis, la corrupción, y la inflación son endémicas, no está mal que un economista se postule a ponerse al frente del gobierno. Y tal vez un poco de liberalismo no les venga nada mal, por que mal, lo que se dice mal, lo llevan pasando no desde hace años, sino desde hace décadas, por tanto en ese aspecto no me voy a rasgar las vestiduras.
Si acercamos un poco la lupa a este señor de estética a lo Boris Johnson, vocinglero como un hincha de Boca Juniors, y como muchos políticos de allá, y con un programa que a bote pronto se antoja un popurrí de parches, mas que un verdadero plan maestro, las sospechas aumentan, así habrá que estar expectantes a ver que pasa, por que un país tan necesitado de algún tipo de remedio contra su dependencia del fentanilo-FMI, de un adelgazamiento extremo de su Estado hipercorrupto e hiper bananero, de algún tipo de catarsis política, y de una buena criba en su sistema judicial, hay que desearles que al menos alguna vez les salgan las cosas medio bien, por que bien bien está claro que no les van a salir nunca. Y eso, independientemente de que quien gane sea Milei, o quien sea.