El nudo en el estómago es importante. Me ducho y me voy al hospital. Con una hora de retraso, sale alguien vestido de pijama azul y me pide que le acompañe.
Tras ponerme la típica bata abierta que te deja el culo al aire, calzas de plástico y un gorro de quirófano, voy con la enfermera hasta el quirófano. Me pegan algo frio en la pierna y me ponen el dedal-pulsómetro en la mano. Momento en el que mis pulsaciones aparecen desbocadas en el monitor de sonido. PIP PIP PIP PIP PIP, en el umbral en el que el PIP cambia de tono para hacerse más agudo y más fuerte. Acojonado es poco, y la puñetera máquina lo refleja a todo el personal. Comentan que parezca que haya venido corriendo.
Me dan unas brebísimas explicaciones. Tumbado en la camilla, frente a mí veo unos brazos metálicos con potentes luces en forma de extraña espiral que iluminan sobre el área de trabajo.
Se presenta una pareja de cirujanas y casi inmediatamente se ponen al lio.
Como ya han descrito aquí, efectivamente un simil es como ir al dentista. Los pinchazos, la tensión... el puñetero PIP desbocado por momentos.
No sé que hacen, el caso es que las cirujanas están muy aplicadas. No ha habido conversación, ellas se han puesto manos a la obra y yo voy rezando y hablando con la enfermera que me da conversación para intentar distraerme.
En una de esas una columna de humillo blanco alcanzo a ver que se eleva sobre las potentes espirales de luz.
Pues así 40 minutos, hasta que cuando estan a punto de terminar, aparece un imbécil haciéndose el gracioso (supongo que sería algún jefe de algo). Cuando me incorporo se ha ido todo cristo menos las enfermeras
.
Las enfermeras del quirófano realmente tampoco me revelan ningún cuidado en particular. No sé cuantos días dura la tremendísima inflamación, me dicen que me de betadine en los puntos y que si algo no va bien que vaya a urgencias. Me visto casi sin mirar el tremendo bulto en el que se ha convertido mi pene. Ni siquiera sé de que puntos habla, no veo ninguno. En casa ya, voy a tomar un ibuprofeno y descubro con horror que estan caducados hace 3 años. Paso una noche bastante regular por las molestias y logro dormir un par de horas.
Al dia siguiente descubro el pastel. El horror, el horror.... me mareo y me tengo que sentar. Una blasfemia, una criatura del infierno abortada. La minga de Frankenstein... atropellada, inflada, cosida por dentro. La virgen que horror.
Los puntos han quedado tapados por la piel. Intento estirar hacia abajo la tremenda inflamación y es imposible. Me voy derecho al centro de salud a preguntar a alguna enfermera si es normal no poder acceder los puntos y que la inflamación esté tan tirante. Parece que sí. Me recetan ibuprofeno y paciencia. Y que si no va bien, a urgencias.
Así paso otro día más, tumbado casi todo el día, con el pene mirando al ombligo.
Esta mañana me ha sacado del duerme-vela el amago de una erección. Es el dia 3. La inflamación sigue siendo inmensa, la piel no baja lo suficiente como para poder descubir los puntos, así que he puesto una gota de betadine en el anillo del glande y he dejado que escurriera por sí sola hacia los laterales. No me atrevo a forzar. Cada 6-7 horas me tomo un ibuprofeno.