Te espero en el infierno.
Lucha por tú patria, por tú país… Ignorante quién lo dice y no lo vive, porque te puedo asegurar que no hay nada más triste que matar por tú patria a un hombre que defiende la suya. Llevo luchando tantos años por mí país que ya no recuerdo sus ojos, pero si sus lágrimas. Porque la guerra es un camino sin retorno, quizás no mueras, pero el hombre que volverá no serás tú si no el monstruo que llevas dentro, y te digo una cosa soldado, vas a llevar todas esas muertes en tú conciencia hasta el día de tu muerte. Llevo tanto peso sobre mis hombros que no siento más que nada, pero una cosa sí he aprendido, la guerra no soluciona nada.
Todos los seres humanos tenemos un instinto de supervivencia muy fuerte, da igual lo bueno que seas, da igual lo listo que seas, da igual quién seas. Si la muerte está cerca este va a coger el control y te hará hacer cosas terribles por sobrevivir, quizás por eso estamos aquí y quizás por eso dejemos de estarlo. He visto hombres buenos hacer cosas malas por su vida. Pero acaso existe la moral en la guerra. La moral en la guerra solo existe para aquellos que no participan en ella, porque un territorio sin ley es el mismísimo infierno, no hay jueces en el infierno y los ángeles no duran mucho tiempo.
Así que me dirijo a ti y te doy un único consejo. Tu patria es tu familia, tus amigos, tus seres queridos… Pero no cometas el error de creer que tú país es tu patria porque no lo es, no luches por hombres que no van a vivir lo que tú nunca porque no hay hombre suficiente para soportarlo y no lo habrá. Así que recuerda, si decides hacerlo debes saber que no vas a ser tu él que esté luchando, si no ese monstruo que nunca querrás ver, pero que llevas dentro, llamado instinto.
Si aún así decide hacerlo, le espero en el infierno soldado.
Soldado anónimo – Combatiente de la I Guerra Mundial