Los problemas del lanzamiento de Battlefield 4, son conocidos en todo el mundo independientemente de la plataforma en la que esté disponible y prueba de ello, es que el juego no está en buen estado desde finales de octubre. A pesar de las reclamaciones de la comunidad, los jugadores siguen experimentando bloqueos, fallos de conexión, perdida de progresos y otras cuestiones relacionadas con el multijugador.
Definitivamente ha quedado demostrado que algo va mal internamente y cada pequeño paso adelante trae consigo grandes pasos hacia atrás. El traspiés más reciente, viene con el productor de Battlefield 4 (Daniel Matros) donde ayer pidió a los jugadores su opinión sobre el estado actual del juego tras no haberlo tocado desde el mes de noviembre. Las respuestas fueron (como era de esperar) muy agresivas junto con varias acusaciones.
Nadie puede impedir el derecho de un empleado a sus respectivas vacaciones pero demostrar abiertamente el desprecio a los aficionados con una clara falta de conocimiento sobre el estado del juego, es un tema serio.
EA/DICE no solo han lanzado un juego roto, sino que han dañado seriamente la marca con una brecha importante entre ellos y la base leal de los fans. Sin embargo, es una práctica común en la industria de los videojuegos que los productores y los altos cargos, reciban vacaciones pagadas pero en el caso de un shooter, las compañías deberían obligar a los productores como Matros a esperar a ver cómo va el lanzamiento de un juego antes de emprender un largo periodo de vacaciones.
En su lugar, DICE decidido lanzar un juego a sabiendas de su estrepitoso control de calidad, mientras que los responsables de no haber terminado ese trabajo correctamente, empezaron a quemar dinero con una buenas vacaciones lejos del correo electrónico y todos los problemas que han creado.