El caso de los ERES es el sustituto “milenial” de Paracuellos en los hilos de corrupción del PP, recurso de corta y pega cuando no hay manera racional de defender la nueva tropelía. Es leerlo y, como si fuera acto de sinestesia, poder paladear la incapacidad del que lo expone para asimilar el hecho.
Para mí el caso de Cifuentes no es ninguna sorpresa, no por su protagonista, porque es solo un ejemplo más de que la corrupción con su comportamiento cuasi vírico es capaz de infectarlo todo. En este caso pone en evidencia esos supuestos méritos a los que algunos recurren cuando se señala la inutilidad del cargo público correspondiente, todos hemos oído recurrir a la frasecita “pues tiene tales estudios... algo sabrá...”.
PD. Por si hay dudas lo del PSO andaluz roza la infamia, me refiero exclusivamente a su uso casi risible como argumento talismán en los temas de corrupción del PP. Cada tema debería tener su tiempo y espacio y lo digo sobre todo para aquellos que entienden la política como si fuera fútbol.