No sabía si serían exageraciones de la prensa (ya que los porteros suelen ser el blanco fácil y se les atiza más que a un delantero que las falla de todos los colores), pero después de ver el resumen... Sí, en efecto, Rulli está muy desafortunado, pudiendo decirse sin exagerar un ápice, que fue el culpable del pase al Liverpool.
Quizá yo estoy muy chapado a la antigua en conceptos de cancerberos, pero precisamente este partido es un perfecto ejemplo de mi postura. En los últimos tiempos se prodiga mucho que los metas tengan las piernas bastante abiertas para sí facilitar una mayor movilidad. Parece que es un mantra que se enseña desde la base y perdura hasta etapas profesionales.
¿Qué pasa cuando abres tanto las piernas? Pues que dejas un túnel. Se cuenta con que normalmente el atacante no se la va a jugar tirándola entre las piernas, primero porque debe ser muy preciso (un centímetro que se desvié el esférico y tocará en el tacón de la bota, desviando la trayectoria) y segundo, porque existe la opción de que el portero reaccione a tiempo para desviarla con el pie (dependiendo de sus reflejos y la distancia a la que se efectúe el tiro). Por ello, se opta por buscar disparos a priori más complicados de atajar.
Pero cuando un jugador tiene la intención, pericia, precisión y acierto necesarios... Pues pasa lo que ha sucedido en este encuentro, que el guardameta se la come con patatas. Un disparo cercano y que apunta deliberadamente al túnel que tienes entre las piernas, es gol seguro, porque no hay capacidad de reacción humana que te permita cerrar las piernas a tiempo.
Como digo, quizá peco de vieja escuela y los modernos dirían que compensa el riesgo a cambio de ganar maniobrabilidad en otro tipo de acciones... Pero lo que tengo claro es que con las piernas cerradas... Nunca entrara ningún gol por esa zona. Lo óptimo es tenerlas entreabiertas, no abiertas de par en par, para así tener capacidad de reacción y movimiento (por ejemplo ante un centro lateral), pero sin exponer la guardia baja.
En cuanto al tercer tanto, pues que decir, manual básico del portero: o sales o no sales, pero si sales, es con todo. Lo que no puede ser es que te la juegues a salir y apenas metas el pie, lo que conlleva que el delantero se adelante y prosiga la jugada. Se ve claramente como Rulli duda en golpear y eso le condena. Otro mal de los porteros actuales, por cierto, dudar en las salidas porque temen ser expulsados y que quizá su suplente les desbanque.
En resumen: muy desafortunado Rulli, acometiendo una actuación de las que cuestan partidos y eliminatorias.