He acabado el segundo tomo de
Emilio o La educación, que comprende el cuarto y quinto libro (este último dedicado a Sofía, la educación de la mujer) y un último libro dedicado a los viajes (aunque en realidad se habla más de los gobiernos y los países).
Ha sido una lectura pesadísima y tediosa, máxime cuando el autor intenta compensar con filosofía sus carencias en la vida real, porque de los cinco hijos que tuvo con Thérèse Levasseur, todos fueron entregados a una casa de beneficencia.
Claro que luego se permite la libertad de escribir cosas como:
Dadme un chico de doce años que no sepa nada de cosa ninguna; a los quince os lo vuelvo sabiendo tanto como el que desde los primeros años habéis instruido
Por las razones que antes he expuesto, contempo que (...) puede a lo menos dilatarse hasta los veinte años la ignorancia de los deseos y la pureza de los sentidos
Resulta paradójico que alguien que dice estar en posesión de un método educativo tan fabuloso, ni siquiera se digne a aplicarlo.
Vamos, lo que viene siendo un claro ejemplo de: "
Haced lo que yo digo pero no hagáis lo que yo hago".
Ahora leeré
Don Gil de las calzas verdes / Antona García, de
Tirso de Molina.
-----k_nelon escribió:Actualmente: Una columna de fuego
Cuando lo acabes, postea tu opinión por aquí, ya que he leído los dos anteriores y tengo curiosidad sobre si merece la pena.