Jacal au Andrómeda escribió:@Quintiliano Sigues sin ofrecerme una respuesta, ¿cuál es el beneficio de sentirte orgulloso sobre algo de lo que como han dicho antes, es una lotería? Yo solo puedo toparme con el motivo cavernícola de pertenencia a un grupo y rivalidades varias que han acabado degenerando en conflictos a lo largo de la historia.
Te lo expondré de modo inverso, con un razonamiento al revés.
Imagina que naces en un pueblecito de menos de 100 habitantes, en una provincia muy pobre de España, en la que prácticamente no hay nada... apenas los servicios públicos mínimos. No hay empleo, no hay industria... ¡nada! salvo trabajar la tierra y ser un esclavo de ella como lo fueron tus padres, tus abuelos y tus antepasados.
Pero tu familia logra pagarte la estancia en una buena universidad. Entonces, tus compañeros de clase, cuando se enteran de que vienes de ese pueblecito -que mucha gente ni siquiera sabía que existía y que no figura en algunos mapas- te dedican frases como:
- "Tú, paleto, a ver, ¿sabes leer?"
- "En tu tierra sois unos muertos de hambre"
- "Mira bien mi coche -señalando un Mercedes- que en tu pueblo pocos vas a ver"
A esto súmale que tienes como compañeros de clase a hijos de aristócratas cuyos nombres tienen apellidos compuestos -incluso alguno tiene título nobiliario- e hijos de grandes empresarios, que aparcan sus coches de alta gama en el campus.
Ah, y no te invitan a sus fiestas porque eres pobre, pero ellos tienen una "paga" generosa de sus papás.
Y tú eres un pobre chaval de 17 años y no entiendes a qué viene tanto odio, tanto desprecio... lo único que comprendes, es que no te aceptan, porque no encajas allí. No te quieren admitir como un igual.
Tienes dos opciones: una, aceptar que te mereces ser despreciado, porque naciste en un pueblucho, en una provincia deprimida, y tú mismo desciendes de gente humilde, y tragar.
Dos, huída hacia adelante. Afirmar tus orígenes con orgullo. Hablar de tu pueblo como si fuera el mejor lugar del planeta. Nombrar a tus padres como si fueran los representantes terrenales de la bondad y la honestidad.
Si optas por la opción dos, con el tiempo todos los desprecios cesarán y en poco tiempo se te tolerará, y luego se te tratará con respeto.
Como acabo de demostrar con este ejemplo, enorgullecerse de tu patria, de tu localidad natal, de tu familia, no sólo es un derecho, sino una buena técnica psicológica para defenderse del abuso moral por parte de terceros.