Azpiri es la prueba palpable. El día y la noche entre sus maravillosas portadas, y lo que eran los juegos (limitados por la tecnologia, con la diversión, y el arte, talento e ingenio de los programadores al margen).
Luego, eso de vender los juegos sólo por la portada durante la época de los micros y primeras consolas de 8 bits fue lo que precisamente acabó desgastando al sector, creando en el usuario una sensación de engaño.
Hasta que llegó Nintendo, haciendo esto:
Una vez reconquistado al público con esa honestidad temporal, y puesto que la jugabilidad y rendimiento lo compensaban, Nintendo hizo lo mismo que todo el mundo, intentar atraer a compradores con artworks vistosos, en vez de seguir con las composiciones fieles a los juegos:
Si las portadas no sirven para llamar la atención y hacer sentir atracción por los juegos... ¿para que valen entonces?