EL CONFESIONARIO: Confieso que...

-Me muero de sueñoooo... oh, sí... sueñoooo (léase como un canturreo demente).
-He tenido una minirecaída en este rollo absoluto que es convivir con una depresión endógena desde hace milenios. Y como consecuencia de ello me han cambiado las drogas. Y me atacan todos los efectos secundarios del universo. Bueno, en realidad solo estoy cansada y duermo mal, pero qué sería de este confesionario sin dramatismo. Debería lanzar algún cadáver al escenario para que quede todo más trágico. O quizá solo quedaría gore. Aunque no es mala opción tampoco.
-Aunque sea mini, es muy raro todo. Disfruto, hago cosas... pero tengo una sensación extraña, como una tristeza constante que no está motivada por nada pero que se resiste a largarse. Yo no la he invitado, pero parece que le importa poco. Ayer se lo describía al melón como esa situación en la que estás triste porque acabas de romper una relación o te han dado una mala noticia y, sin embargo, puedes reír en un momento dado si alguien te dice algo gracioso. La risa es sincera, te hace gracia... pero no borra esa congoja que te atenaza por dentro. Pues algo así.
-Tampoco me quiero quejar mucho, lo llevo bien. La apatía que me invade a ratos se pasa rápido y no me han dado ganas de escuchar flamenco cutre, así que tengo salvación.
-Todo esto lo confieso porque la vida no siempre es estupenda y maravillosa. Y, pese a ello, considero que merece la pena luchar y sacar provecho a lo que tenemos. Incluso si se tiene un cerebro defectuoso como el mío. Que ya me gustaría que no me pasaran estas cosas por las buenas, salidas de la nada y sin ningún motivo en particular. Pero quejarme no cambia la situación, así que mejor centrarme en qué puedo hacer para llevarlo mejor. Ser rica ayudaría. Bueno, no. Pero no está de más que me sobren los millones. Diría que siempre me he querido lanzar a una piscina de monedas en plan Tío Gilito, pero la verdad es que no. Seguro que duele.
-Hay veces que me agota mentalmente toda esta situación. Seguir con el día a día como me si nada, ignorar la pérdida de motivación... acaba desgastando. Pero mientras me quede aliento, ahí que me arrastraré, en plan licker (pero un poco más agraciada ).
-Resisto la tentación de cerrar la ventana y pasar de todo. No quiero ocultar cómo me siento. Además, siempre hay merluzos que usan este hilo para seguirme la pista (sois unos cutres, que conste ).
-Y ahora a lo positivo. No convivo con drogadictos aficionados a las sardinas asadas. Ni me ha atacado el cobrador del frac. No tendría motivo para atacarme, pero nunca se sabe, puede que se levante violento un día.
-Mi merluzo sigue siendo adorable. Y cutre. Pero adorable. Aunque no me deja que me lance sobre él en plan voladora, dice que es muy violento. Ni que lo hiciese con cuchillos en las manos. Hmm... es una idea para la próxima ocasión.
-Estoy muy enganchada a la triología de Mass Effect. Aún no he terminado el tercero, tendré que ver si el final es tan polémico como se dice. Pero he ligado con Garrus, hecho eso yo creo que ya he alcanzado una meta vital y que todo lo demás es secundario.
-¡Ya queda menos para que acabe el verano! Sí, para mí eso es positivo. Quiero que vuelva el frío. Al menos ya ha empezado a anochecer a una hora decente, que eso de que hubiese luz a las diez me descolocaba mucho. A la gente le suele pasar al revés, le entristece que anochezca antes. No es que arda en deseos de que a las siete esté oscureciendo, pero existe un término medio.
-No sé qué diablos hago por la noche, pero tengo un hematoma gigantesco en la pierna. En forma de C, ocupa casi medio muslo. Igual es mi marca de superhéroe. O la marca de la carpa.
-Me acabo de dar cuenta de que ayer hice cuatro años con mi melón. Ueeee. Si es que somos de un detallista y un romántico...
-El portátil da calor.
-Skyrunner no viene a verme. Snif. Jancio tampoco. Más snif. Esto es lo que ganas cuando te llevas bien con tus ex. Porque Skyrunner no lo sabe, pero mantuvimos una tórrida relación en mayo de 1466. Duró casi dos minutos.
-Sigo teniendo sueño. Pero quedan 20 minutos para que suene la alarma, así que a seguir confesando.
-Hace poco acogí a un eoliano en casa y no me intentó matar ni tampoco quitarme al novio. Pero temí por mi vida, en un momento dado se pusieron a hablar de lenguajes de programación y casi no lo cuento.
-Quiero volver a Japón. A ver qué fechas me dan para poder convertir al melón en mi esclavo legal, con papeles que indican que sus posesiones y su alma pasan a pertenecerme. Es taaaan lento el proceso...
-Las serpientes son muy monas.
-Me he aburrido de confesar.