Confieso que me rindo. No en general, que tampoco es para tanto,... pero si en mi periplo por esta racha de "no parar de intentarlo" desde que me quedé soltero (hace ya un año y medio).
Mucho rollo de ser abierto, buscar oportunidades de conocer gente, meterme en apps del tema; tener alguna que otra "cita" vacía, someterme a juicio continuamente o conversaciones insulsas que no llevan a ninguna parte (entre las que sólo conocen un amplio catálogo de monosílabos como forma de comunicación rollo "Arrival", las que a la mínima mención de "vamos a conocernos en persona" directamente desaparecen del mapa - da igual el tiempo que lleves "entreteniéndolas" de manera online, etc...). Al final ningún resultado, ninguna oportunidad, nada. N-A-D-A. En un p*to año y medio.
Así que en mi mente he tirado la toalla, al menos de momento. Fuera Tinder, fuera mierdas de apps, y fuera el intentar socializar por socializar ("por si suena la flauta"). Aunque a veces mi vida me parece el día de la marmota (ir al curro, volver, gimnasio, pilates, algún juego que otro, quedar con gente y poco más), creo que puedo llegar a acostumbrarme a tener esto y nada más. Que al final no dejo de ser un privilegiado, aunque en el fondo sienta este vacío que me queda al no estar "con alguien".
Tampoco ayuda que mis últimas dos relaciones no hayan sido más que un espejismo (casi 4 años de espejismo, tócate los cojones). Cuánto más pienso en ellas dos (últimamente lo hago más de la cuenta), más malestar siento por dentro. Hasta el punto que creo que si ahora tuviera oportunidad de tener algo con alguna chica "apañada", saldría huyendo por miedo a repetir esos errores.
Pues no queda otra que intentar aceptar todo esto, quizás con el tiempo pueda simplemente vivir con ello y disfrutar del resto de gente, aficiones y cosas buenas que tiene mi vida; sin sentir que hay un malestar de fondo por esta estúpida necesidad que me impone la biología.
Taiyou