El Consejo de Ministros ha aprobado hoy varias modificaciones de gran calado en la normativa de consumo que afectan directamente a los plazos de garantía y reparabilidad que cubren los productos. Concretamente, las garantías legales pasarán de dos a tres años, mientras que el periodo durante el cual deben ofrecerse piezas para su reparación se duplica, incrementándose de cinco a 10 años.
Asimismo, el Ministerio de Consumo también regulará los contenidos y servicios digitales adquiridos en base al uso de datos personales y no mediante un pago, aunque no hay más información al respecto.
Según informa
Europa Press, los cambios serán introducidos mediante un Real Decreto-ley ómnibus que traspone varias regulaciones europeas relacionadas con plazos de garantías legales y falta de conformidad en el comercio online.
El documento aún no ha sido publicado en el sitio del Ministerio, por lo que todavía no podemos leer la letra pequeña (ni de ningún otro tamaño). No obstante, desde el
canal de Twitter oficial se explica que el plazo de garantía de los bienes aumenta de dos a 3 años que las empresas deberán disponer de piezas de repuesto durante 10. Asimismo, según Europa Press los contenidos y servicios digitales estarán cubiertos por dos años de garantía, aunque los detalles al respecto son todavía nulos.
De igual forma, la nueva normativa de consumo aumentará el plazo de prescripción para ejercer los derechos de falta de conformidad de tres a cinco años, mientras que el plazo de inversión de carga para acreditar la falta de conformidad pasará de seis meses a uno o dos años dependiendo del objeto contractual, detalla la agencia de noticias. Este periodo es el utilizado por un usuario para demostrar que un bien o servicio digital no se ajusta a lo acordado con el vendedor.
Los cambios en la ley llegan después de que desde el Ministerio de Consumo se anunciara que se está trabajando en un sistema de etiquetado de
reparabilidad al estilo francés. Diseñado para su uso en dispositivos electrónicos y aún sin fecha de activación, mostrará en
una escala de diez puntos su sencillez a la hora de ser reparado en base a criterios como la documentación oficial, la disponibilidad y el precio de los repuestos, la facilidad de desmontaje y determinados aspectos relacionados con el software.