Es deprimente observar lo adictiva que es la anécdota de un joven desvergonzado en busca delplacer carnal a manos (o boca) de una desconocida.
Venga, hombre, que resulta que la chica es vertedero nacional a los 14 años, pero nadie le ha cepillado más que los dientes, y, además, ¿Te persiguió por la playa para darte su MSN?
Tendré que hablar con Poisson, que sabe mucho de distribuciones con probabilidad despreciable.