HPoirot escribió:Empieza a haber un poco de luz sobre este caso a tenor de lo que escuche ayer en la trece por la noche. Para empezar el delincuente era una piltrafa enferma que difícilmente podía poner en riesgo la vida del condenado, tal como este afirma. Segundo y aquí esta la clave, el condenado era experto en artes marciales. Vamos que tenia ganas de soltar ostias, con la mala fortuna de que se lo cargo. Una persona normal no corre detrás de un ladrón por un puto bolso. De hecho la condena podría haber sido mucho mayor y probablemente ni siquiera llegue a ingresar en prisión.
De todas formas, lo ideal sería poder leer la sentencia, donde se aclaran todos los puntos.
Estaría bien que desarrollaras un poco más esa afirmación.
Qué es una “persona normal”para ti?
Por qué motivo una “persona normal” no correría detrás de un ladrón?
Yo soy una persona que me considero “normal” y, con 15 años, salté un torno del metro de Barcelona para perseguir a un ladrón que había abierto la mochila de una señora que estaba delante mío y no conocía de nada. No lo pensé, simplemente lo hice, supongo que influenciado por la enseñanza que he recibido toda mi vida de ayudar cuando otro lo necesita, auxiliar a quién está en peligro.
No quise hacerme el héroe ni pensé en posibles medallas o reconocimientos, simplemente vi que sacó algo de la mochila de la señora, que echó a correr y por instinto yo salí detrás suyo.
Lo trinqué en unas escaleras justo cuando 2 policías lo cogieron también.
Al volver donde mi familia, mi madre y mi hermana me echaron una de las mayores broncas que he tenido jamás. Mi padre estuvo callado todo el tiempo y después habló conmigo. Me preguntó que porqué había salido tras el ladrón y que si había pensado las posibles consecuencias (que me hiciera algo se refería). Le dije que fue instintivo, por todo lo que siempre me habían inculcado suponía. Me dio un abrazo y me dijo que lo entendía. Que no me iba a prohibir hacer eso porque sabía que, aunque me lo prohibiera, volvería a hacerlo por puro instinto.
Después de aquello he ayudado a detener a dos personas que estaban huyendo de la policía. Con esto no quiero ir de héroe, solo explicar que hay gente que actúa de una manera ante este tipo de situaciones y no son personas raras ni unos inconscientes, simplemente consideran que deben ayudar aún a riesgo de su integridad. Su sentido del deber está más desarrollado que el de supervivencia por decirlo de alguna manera,