Buenas. Planeo hacer un viaje en moto atravesando Francia el año que viene a mediados de mayo. En principio, subiría por la zona Oeste de Francia, visitaría Burdeos, La Rochelle, Nantes, Rennes, Saint-Malo, Mont Saint-Michelle y las playas de Normandía, con sus museos sobre el desembarco y los cementerios y demás cosas temáticas. Luego tomaría un ferry hasta Poole o Portsmouth, y me iría a ver el Tankfest en Bovington. La vuelta sería en ferry hasta Bilbao, que ni los dineros ni las vacaciones dan para volver por el Este de Francia. Si la experiencia es buena, al año siguiente
La cuestión es que necesito esos pequeños trucos de supervivencia en territorio francés: Cómo funcionan los hoteles, los campings, los bares, los restaurantes, horarios, qué hacer, qué NO hacer, qué llevar por si acaso, etc.
¿Hay algún librito que solvente todas mis dudas?
No es sobre Francia, pero ya que estamos: ¿Es muy complicado el conducir "al revés" en UK? Porque de eso dependería ir en ferry hasta Portsmouth o hasta Poole, pues Poole está a sólo media hora de Bovington, pero tengo que irme a Cherburgo a coger el Ferry.
Soy todo oídos, chicos.
Muchas gracias anticipadas.
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DIARIO DE UN VIAJE Y DESVENTURAS DE UN VIAJERO. Aprende qué NO hay que hacer de la mano de un motero novato y torpe.
He decidido elaborar un pequeño diario de viaje para dar consejos útiles a los futuros viajeros, para que no caigan en los mismos errores en los que estoy cayendo yo, y de paso, os cuento lo que voy viendo para que les pueda servir de guía.
El punto de partida es el de un inconsciente al que se le mete en la cabeza hacer un gran viaje en moto....sin haber montado en moto nunca. Sí, como suena. Así que se saca los carnets de moto para poder montar las motos más grandes, se compra una custom muy bonita y muy aparatosa, y se lanza a la aventura. Para complicar las cosas, por motivos ajenos a su voluntad ("historias" varias que le impiden comprar la moto hasta 3 meses antes del viaje, trabajo, climatología adversa, etc.) apenas puede hacer unos cientos de Km de rodaje antes del gran día.
Comienza la aventura.
Día 1. Sábado 14 de abril de 2018. Cáceres-Burgos
La cosa ya empezó mal. A pesar de levantarme una hora antes de lo previsto porque los nervios no me dejaban retomar el sueño, el rematar las cosas de trabajo pendientes me lleva más tiempo del previsto.
No tengo el equipaje montado y prepararlo me cuesta una eternidad.
Al final tengo que dejar muchas cosas, porque la cosa se había ido de madre y lo que iba a ser una bolsa grande llena al 80% se ha transformado en una bolsa grande llena al 105% y una mochila. ¿Cómo coño se me ha ocurrido llevarme un portátil para volcar fotos y vídeos a un disco externo y poder trabajar en caso de emergencia? ¿Tantas fotos voy a hacer? ¿Qué es esa estúpida idea de tratar de hacer un motovlog a la vuelta? Si no tenes ni puta idea de hacer vídeos y nadie va a verte. Y más importante todavía: ¿Trabajar durante el viaje?
Montar todo en la moto no me cuesta demasiado, porque, gracias a Cthulhu, había hecho un simulacro de viaje llevando el bolsón en la moto en uno de mis paseos largos para practicar.
Al final, entre unas cosas y otras, salgo casi hora y media tarde con respecto la hora más catastróficamente tardía que había previsto.
Durante el trayecto, tengo que parar dos veces porque el mono impermeable, que he colocado con una red encima del la bolsa, tiene un trozo que se suelta y va ondeando, cosa que me pone muy nervioso. En la primera parada, aparecen de la nada dos beneméritos motorizados sin que me dé cuenta, y casi me da un infarto cuando una voz me pregunta "¿Tiene usted algún problema?" Menos mal que había salido a una rotonda de las de cambio de sentido para parar y la razón de la parada es aceptable. Si me pillan en el arcén en plena autovía no sé si no me hubiera llevado una "receta".
El paisaje extremeño está ahora precioso, gracias a las copiosas lluvias. Todo está verde y lleno de flores. Lástima que sea un espectáculo efímero que sólo puede disfrutar poco tiempo y no todos los años.
Llego a la altura de Béjar, y la sierra está preciosa con su manto de nieve. Tal vez por eso y porque las nubes empiezan a ocultar el sol, empiezo a pasar frío. Pero no puedo pararme porque amenaza lluvia y algún iluminado ha dejado, con las prisas, la ropa de abrigo para tener a mano en lo más profundo de la bolsa, con lo que habría que desmontar todo el equipaje para acceder a ella. Así que decido seguir adelante hasta pasar la sierras, y así escapar de la zona oscura y fría. Pero siempre puedo aprovechar para tomar una bonitas tomas de las cimas nevadas.
Me dispongo a accionar el botón de la cámara de acción que llevo en el casco (¿todavía con esa estúpida idea del motovlog?) como ya he hecho varias veces durante el viaje, cuando resulta que no palpo la cámara, y siento un ligero golpeteo en el pecho. ¡¡¡¿DONDE ESTÁ LA CÁMARA?!!! ¿Qué me golpea el pecho?
Al apagarla la otra vez, o al empezar a encenderla esta última, he debido empujar hacia abajo la cámara y se ha soltado una de las dos pegatinas (una sobre otra, para se adapte mejor a la forma del casco) que sujetan al casco la pieza de la que sale el "brazo" al que va sujeta la cámara, así que, milagrosamente, ha quedado colgando del cable del micrófono. Tengo que parar a guardar la cámara y el instalache en la mochila, a la espera de tratar de arreglarlo cuando pare a comer. Afortunadamente
Paro a comer en un sitio casi en Salamanca que me resulta familiar de cuando parábamos con mis padres hace muchísimos años, cuando sólo había la carretera nacional. Al final decido desmontar completamente el equipaje, me pongo una capita más de ropa, meto unos guantes especiales para el frío y la lluvia en los bolsillos de la chaqueta y, aquí estoy sembrado, pongo el impermeable, bien enrrolladito, delante de la bolsa, de modo que ni ondea, ni está tan alto, y además me sirve de apoyo de las lumbares. Ole, ole y ole. Y de remate, recompongo el instalache de la cámara de acción, pero de aquí en adelante, usaré la cámara lo menos posible y con mucho cuidadito. (Cuando se te caiga la próxima vez y no se quede colgando y se vayan a la mierda 160€ ya se quitará la tontería de la camarita)
Aquí, mi moto antes de retomar el viaje:
El resto del trayecto se realiza sin novedad, salvo que vuelve a salir el sol, a pesar de lo cual el ponerme una camiseta más ha sido buena idea, porque voy bien, pero sin ir sobrado.
¿Sin novedad? No exactamente. En mi emoción viajera, planeé hacer el recorrido turístico de Burgos (catedral + ciudad) a partir de las 17:00. Debido al retraso en la salida, que en moto se va un poco más lento que en coche, las paradas para revisar el equipaje, etc, finalmente llego a las 18:35 al hotel, con lo que me es imposible hacer las visitas hoy. Les llamé cuando veía que no iba a llegar y, afortunadamente, la "reserva" es solamente para que se hagan una idea de cuánta gente va a ir, por lo que no les genero ningún trastorno ni me cuesta dinero. Afortunadamente mañana a las 11:30 puedo hacerlo, pero ya tengo que modificar los planes. Menos mal que tengo días de sobra y no he hecho reservas en previsión de imprevistos.
El hotel es cojonudo (Mesón del Cid) y está en la misma plaza de la catedral. Me doy un lavado y salgo a dar un pequeño paseo, en el que constato que burgos es muy bonita, y hago un par de fotos, pero algo falla...me está dando un bajón.
Estoy cansadísimo y desganado, así que ceno en un restaurante cercano que tiene precios baratos (y tras probar la comida, caro me parece) y me vuelvo al hotel a eso de las 21:00, cuando todavía no es de noche completamente.
Y aquí ando, que no sé no cómo se me ha ocurrido empezar a redactar esto, cayéndome de sueño, en vez de meterme a la cama. Iba a escribir un par de comentarios cortitos mientras volcaba los vídeos (¿todavía con los vídeos?) y la cosa se me ha ido de las manos.
Lecciones que he aprendido hoy y que espero que los demás tomen en cuenta:
1) El día del viaje, es el día del viaje. Mezclarlo con trabajo sólo reporta descuadres de horarios, estress y cansancio.
2) El equipaje hay que dejarlo hecho en vísperas. Y hay que tener muy claro qué llevar y qué no. Ésto último se logra con experiencia. experiencia de la que yo carezco. Afortunadamente tenía muy claro que "menos es más", pero aún así, la cosa se ha desmadrado un poco, a causa del portátil y algunos zarrios más.
3) Hay que tener muy claro qué necesita uno tener a mano para organizar el equipaje de modo que pueda sacarlo rápidamente en caso de necesidad.
4) Hacer planes o reservas que dependan de cuándo se llega al sitio, es muy arriesgado. Pueden fallar muchas cosas y costarte tiempo y dinero. Afortunadamente no es mi caso, porque sé que mi planificación es una verdadera porquería y actué en consecuencia para las cosas importantes del viaje: mi plan es que, en el fondo, no hay plan fijo.
5) No por ser el último, el menos importante. Me he desenvuelto muy bien en la moto, pero estando muy atento y en tensión en algunos momentos. Aunque al final notaba el cansancio. Esto, junto a la falta de práctica, es lo que me ha llevado al agotamiento físico y mental de hoy. Medid bien los trayectos del viaje o lo lamentaréis. Tampoco viajéis teniendo que estar en un sitio a un hora salvo que sea estrictamente necesario. Yo ya he tomado nota y el viaje de vuelta (Bilbao-cáceres) lo haré en dos días. Hoy era el día de prueba para ver cómo resistía una panzada de Km, y la experiencia ha sido negativa. Si en algo menos de 500Km estoy hecho polvo, en los 800 del Bilbao-Cáceres me puedo morir. Es más, en vez de volver a Cáceres, volveré directamente al pueblo donde trabajo y así me quito una hora viaje.
Si no me arrepentido y estoy de vuelta hacia Cáceres, mañana Burgos-Pamplona.
Me voy a la cama.
Día 2. Domingo 15 de abril de 2018. Burgos-Pamplona
El día ha salido neblinoso, con el cielo cubierto y llovizna suave.
Me preparo, me doy un festín en el buffet, y me voy a dar un pequeño paseo por la ciudad. El día está desapacible y frío y, aún así, hay gente corriendo una media maratón. Hay que tener los cojones bien grandes. Chapeau.
Las visitas guidas que no pude hacer ayer por llegar tarde, toca hacerlas hoy. A las 11:30 en el Arco de santa María, es donde me dicen que debo estar y buscar a la mujer con el paraguas rojo. Suena muy a peli de espías de los 80, la verdad.
El Arco de Santa María es, junto al conjunto catedralicio, probablemente el monumento más llamativo de Burgos. Es tradicionalmente la puerta principal de entrada a la ciudad. Seguro que os suena: tiene forma de castillito y tal.
Detalle del Arco de Santa María por dentro:
Parte posterior del arco:
He hecho montones de fotos y resulta que no tengo ninguna del arco por delante. hay que joderse. Como es algo digno de verse, pongo una foto cogida de la red:
Observo unos grupitos de jóvenes de unos 18 años con los teléfonos en la mano, que aparecen periódicamente por la zona. La curiosidad hace que esté un poco atento para ver si me entero de qué traman. Parece que hablan de animales o algo así. De repente me doy cuenta: ¡¡SON CAZADORES DE POKEMON!! Yo pensaba que la moda había terminado, pero en Burgos hay muchos grupitos que parece se dedican a eso.
Finalmente encuentro la misteriosa mujer con el paraguas rojo y me llevo una decepción al descubrir que simplemente es Fátima, la guía turística. No podré hacer mi numerito de James Bond hoy
Fátima nos lleva a visitar el centro de la ciudad, y luego nos lleva a visitar la catedral. Burgos me sorprende gratamente. Bonitas calles en en centro, bonitos edificios, me encanta el efecto de los plátanos de sombra en el paseo junto al río.
¿Y qué decir del conjunto catedralicio? Una verdadera maravilla. Os recomiendo encarecidamente que vayáis. Además, el sábado había un ambiente fantástico, con charangas y muchísima gente por los bares. Me cuentan que son despedidas de solteros y cachondeos similares.
El famoso Papamoscas de la catedral:
A cada hora, el muñequito pequeño toca repetidamente la campana y luego el Papamoscas toca la campana y abre la boca con cada campanada.
Llega el momento de la partida. Son ya más de las dos de la tarde, así que como una hamburguesa en un sitio del paseo junto al río y recupero el equipaje que me guardan en recepción. Sí, amigos, todo era demasiado bonito. Ahora empiezan los problemas.
Como hace frío y llovizna, monto en la moto el equipaje (a estas alturas ya lo hago bastante rápido), me pongo una sudadera debajo de la chaqueta de cuero, y me dispongo a ponerme el mono impermeable. Y aquí empieza el caos amigos. Resulta que he debido comprarlo demasiado pequeño, porque las piernas entran relativamente bien, pero meter los brazos por las mangas es un suplicio. En tan larga y extenuante tarea, con un montón de ropa y dentro de un garaje, me pongo a sudar copiosamente, con lo que logro tener mucha agua DENTRO del mono impermeable. Agua que no va a salir y que me va a acompañar el resto del día. Al menos no me mojará la lluvia.
JAJAJAJAJA ¿La lluvia? Para cuando salgo del garaje, ya ha parado de llover, y hasta empieza a asomar el sol. En todo el resto del día apenas caen un puñado de gotas.
Me resigno y emprendo viaje hacia Santo Domingo de la Calzada. El viaje transcurre sin incidencias, salvo que al meter el móvil en el bolsillo debí pulsar la pantalla varias veces, por lo que se han creado varios puntos intermedios en la ruta y me doy cuanta porque el GPS me trata de llevar por sitios raros.
Aaaahhhh, no es tan sencillo. Paro a corregir la navegación y echar gasolina en una gasolinera a las afueras de Burgos y allá descubro otra curiosa circunstancia: con el mono puesto...¿cómo saco la cartera del bolsito pernera? Su puta madre. Casi me discloco un hombro intentándolo, pero lo consigo. Aprovecho para traspasar el móvil también. aún así, sacar cosas de la chaqueta de cuero, con el mono impermeable puesto, me da problemas a lo largo del reto del día.
Santo Domingo de la Calzada es una pequeña localidad en el Camino de Santiago. Tiene una parte vieja maja, un campanario separado de la catedral, y la catedral. Ah, también tiene un resto de muralla medieval bastante aparente. Hago el recorrido completo de campanario + catedral. Las vistas desde el campanario son muy bonitas. Campos verdes con grandes manchas amarillas que, preguntando al señor que vende las entradas para el campanario, me indica que son colza; y de fondo la sierra toda nevada. Muy bonito. Espero que en las fotos se vea igual.
Continúo hasta Puente la Reina, otra localidad en el Camino de Santiago. Llego con el sol ya muy bajo, pero puedo disfrutar el magnífico puente medieval y pasear por el casco viejo, a pesar de ya ha caído la noche. Muy bonito el sitio. También lo recomiendo como sitio para dar una vuelta.
De ahí salgo para Pamplona, a la que llego sano y salvo, aunque con un par de horas de retraso con respecto al horario previsto, teniendo que conducir algo más de una hora de noche.
Hoy han sido relativamente pocos Km, así que no me siento cansado como ayer.
Lecciones que he aprendido hoy y que espero que los demás tomen en cuenta:
1) Puede que un dos piezas sea mucho más interesante que un mono impermeable. En cualquier caso, en la tienda hay que probarlo con el equipo que se vaya a llevar en le viaje, y comprobar que pone y quita con facilidad. y hay que prever dónde meter cartera, llaves, móvil, y lo que sea que lleves en los bolsillos del pantalón, chaqueta o en el bolsito pernera.
2) No lleves demasiada ropa bajo el impermeable y póntelo en ambiente frío, o sudarás como un pollo, y ese sudor se quedará DENTRO.
3) Con los guantes gordos para frío y agua se pierde mucha sensibilidad, por lo que no se puede accionar la cámara de aventura (¿Todavía con tonterías? ¿Crees que le vas a hacer la competencia a AlbertoMESELL?)
Si no hay contratiempos, mañana Pamplona-¿Bayona?. La idea era llegar a Burdeos, pero sé que me voy a levantar tarde, me voy a liar en mi pueblo cuando pase a saludar a la familia, y saldré de allí tardísimo, y eso si no me lían para quedarme a comer.
Me voy a la cama, que ya son más de la una de la mañana. Hablando de horas, un minuto de silencio por mi reloj Casio con termómetro. Esta mañana he encontrado en el suelo de la habitación un trocito de algo que no sabía que era, y unas horas después, en mitad de la catedral de Burgos, se me ha caído el reloj al suelo. Resulta que se ha arrancado la pieza de la caja con el agujero para meter el pasador que sujeta la pulsera, así que el reloj funciona, pero no puede volver a ponérsele una pulsera.
Día 3. Lunes 16 de abril de 2018. Pamplona-Bayona
Como ayer me acosté casi a las 2, me he levantado a las 9. Entre que desayuno, me ducho, hago las maletas y monto los cacharros en la moto, se me hacen las 11 y poco. Además, antes de salir tengo que hacer unas llamadas para atar unos cabos del trabajo. para que luego digan que los funcionarios no trabajan. Hasta en vacaciones. Mecagüen la puta.
El cielo está cubierto con nubes blancas y algunas gris claro, pero no amenaza lluvia, empezándose a abrir unos tímidos claros. así que parto alegre hacia el pueblo más bonito del mundo. Seguro que pensáis que el vuestro es el más bonito, pero siento decepcionaros. EL MÍO ES EL MÁS BONITO. Y PUNTO.
Cuando llevo unos 10 Km, el cielo se oscurece un poco, con lo que enfría bastante, y caen 4 gotas. Me paro en una especie de raqueta a ponerme una capa más de ropa y evaluar si ponerme el impermaeble. Llevo apenas un minuto cuando aparecen...¿los beneméritos? No, hombre: La Policía Foral. Se limitan a echarme una mirada y se largan al ver qué es lo que estoy haciendo. No sé qué coño tengo que atraigo a las autoridades.
El caso es que me pongo una capa más de ropa y, como parece que las 4 gotas han parado, retomo el camino (Ay, amigo, la cagaste) . La ruta es dirección a las montañas, con lo que, en menos de 5 minutos, empieza a llover. Pienso: bueno, serán 4 gotas. 4 gotas mis cojones. Empieza a llover "normal", con zonas de lluvia fuerte, y subiendo el puerto me encuentro hasta con nieblas además de la lluvia.
A punto de pasar el paso de Dos Hermanas, en Irurtzun. Es el paso a la Navarra de montaña. Si no me equivoco, en la película "Ocho apellidos vascos", es el paso montañoso que ponen con rayos y tal en plan peli de miedo xD :
Y los camiones, coches, y todo bicho viviente que me adelanta salpicando no ayudan. En algunos momentos no veo apenas nada con la visera llena de gotas de agua. Y no es plan de pararse en mitad de la lluvia a ponerse el impermeable. Terminaría con más agua dentro que fuera.
A pesar de todo, el paisaje es maravilloso. Esos valles verdes y húmedos, esas nieblas, ese olor a verde...es el hogar amigos.
Llego sin más novedad al pueblo más bonito del mundo. Os estaréis preguntando, ¿pero qué pueblo es ése? Pues es Leitza. Mundialmente conocido por ser cuna del levantador de piedras (y carnicero, presentador de televisión, bertsolari, escultor, y a saber qué mas cosas) Iñaki Perurena, por haberse filmado escenas de "8 apellidos vascos" (El pueblo interior y la casa de la chica son todo tomas de Leitza, pero el puerto ya es de un pueblo de la costa de Euskadi que no recuerdo ahora) y de la película "La buena nueva", con Loquillo haciendo de oficial nacional en la guerra civil, si no recuerdo mal.
Pero ya son las 12:30 y, entre que mi tía se empeña en que seque los pantalones y los calcetines, que coma allí, que espere a mi prima para que vea la moto tan molona que tengo, etc. También esperamos a que deje de llover. Al final deja de llover a eso de las 17:30, pero espero a ver si sale el sol. Parece que no, pero al menos no llueve. Ahora toca visitar a mi otra tía y mis otros primos, etc. Ya véis: me lié y salí tarde. Sí, es la historia de mi vida. Estoy por ponerlo en mi epitafio.
Son las 18:30 de la tarde y parto para Bayona. Mi idea de tirar hasta Burdeos es claramente irrealizable, así que en casa de mi tía reservé un hotel que estaba muy barato en el centro de Bayona. Veo que en todos los hoteles parece indicar que a las 21:00 cierran la recepción. No pasa nada. ¿Cuándo he llegado yo tarde a algún lado?
Desde que empecé a organizar el viaje, tuve clarísimo que a Francia entraría por la carretera vieja, recorriendo las curvas sinuosas, rodeado de bosques con colores rojizos, caseríos, prados verdes con ovejas, los olores a la vegetación impregnándolo todo...Es que me emociono sólo de escribirlo. La experiencia es espectacular. Puede que el viaje haya valido la pena sólo por eso. El único inconveniente es que voy muy lento y me está atardeciendo, además de que voy con sólo unos 20 minutos de margen.
Y aquí es cuando el GPS empieza a dar por culo, amiguitos. Se queda callado en bifurcaciones, hace referencias a carreteras que no aparecen en los carteles, si coges una bifurcación mal, ¿para qué decirte que des la vuelta si te puede llevar a tomar por culo y decirte que te metas por un camino rural lleno de barro? El caso es que, finalmente tengo que navegar a la vieja usanza, mapa y sentido común en mano. He visto un par de pueblos muy majos que no estaban en el itinerario, pero he perdido lo menos 20 minutos.
Retomo hacia Francia, y como veo que no voy a llegar, a través de la app de Booking, pido que me cambien la hora de entrada de 21 a 22h, y, de paso, les indico que quiero plaza de parking. Así me curo en salud. La carretera sigue siendo preciosa, llegándome a topar con caballos sueltos en mitad de la vía (como los ví de lejos, más que peligroso, me pareció bonito), y ya en territorio Francés, ya anochecido, me sale un cervatillo. Éste en un me asustó, porque le ví los ojos de lejos y pensé que era un gato, cuando, de repente, el bicho salta a la carretera. Lo tengo todo grabado (Sí, sigo grabando de vez en cuando, pero la idea del motoblog se desvanece, como lágrimas en la lluvia)
A velocidad de caracol porque de noche con las luces de la moto no se ve un pimiento y no tengo claros los límites de velocidad en Francia y tienen fama de meter unas multas majas, sigo mi camino, llegando a Bayona. En un momento determinado, veo que el GPS no va dando instrucciones, así que yo voy siguiendo los carteles hacia el centro de ciudad, que, como es todo recto, puede ser que por eso el GPS no diga nada, a pesar de lo parlanchín que es.
En una bifurcación, ya muy dentro de bayona, de repente vuelve a hablar, pero ya he cogido mal, así que continúo un rato esperando que diga algo. Nada. Paro y veo un extraño mensaje en el Maps que dice que "No se ha podido calcular nueva ruta". Pensando que puede ser un problema de cartografía, decido volver tras mis pasos a la calle que tenía que haber cogido la otra vez. Tras un rato, sigo sin indicaciones, así que paro de nuevo y sigue el mismo mensaje de "No se ha podido calcular nueva ruta". Me empiezo a mosquear y veo que al entrar en territorio francés, uno de los sms que te llegan dice algo de que no se puede poner la itinerancia de datos o algo así. Se me enciende la bombilla: el cabrón está sin datos. Le digo que elija automáticamente operador y que active la itinerancia de datos, y, por arte de magia, todo vuelve a la normalidad. Ya son casi las 22:00h
Cuando parece que estoy cerca, el navegador ha vuelto a la normalidad y casi voy a llegar a la hora, resulta que hay un montón de obras en el centro que me obligan a desviarme y andar dando vueltas como pollo sin cabeza, y cuando finalmente encuentro la calleja de acceso la hotel, es de acceso restringido a obreros y residentes. ¿Un usuario del hotel es un residente? Y además hay un cartel que pone algo como que prohibidos vehículos a motor a partir de las 21:30. Genial. Son las 22:20h. No me atrevo entrar con la moto, así que aparco en un sitio que no sé si se puede aparcar, pero hay una moto ya, así que ahora hay dos. Me acercaré a la recepción del hotel a preguntar si puedo entrar o dónde está el parking.
Y aquí empieza la fiesta. El hotel está a unos 50m, y ...LA RECEPCIÓN ESTÁ CERRADA. En la puerta hay un cartelito en francés, inglés y español en el que se indica que la recepción está cerrada y que llamemos al número de atención al cliente de Booking. Un número de Francia. Ya está liada, señores: En territorio extranjero, de noche, sin tener ni idea de francés, la moto aparcada en sitio dudoso, gente rara por la calle, todos los bártulos encima de la moto, que está fuera de mi visión. Yo me cagué vivo. A ver qué hago ahora. Y buscar otro hotel implica que el dinero de la habitación a la que no voy a entrar seguro que me lo cobran, y los demás hoteles seguro que también tienen las recepciones cerradas. Veo que en la app de booking los del hotel responden en francés algo así como que si voy a llegar tarde, que les avise. Esto...¿PARA QUÉ COÑO ESTÁ LA OPCIÓN DE LA APP ENTONCES? En cualquier caso, ya es tarde.
Desesperado, llamo al número de teléfono, temiéndome lo peor. Sale la típica locución hablando muchas cosas en francés. Yo, pensando: ahora las últimas frases serán algo como "Para atención en español, pulse 6" o "For english assistance, press 7". Y UNA MIERDA ASÍ DE GORDA. Me parece entender, o más bien deduzco del torrente de palabras que sueltan y mi experiencia peleándome con centralitas de atención al cliente, que las operadoras están ocupadas, así que espero estoicamente a ver si aparece la virgen encarnada en una operadora. Pasados unos minutos, me sale un señor hablando en francés. Le digo en francés que no sé hablar francés (esto siempre me ha parecido algo verdaderamente contradictorio) y le pregunto en español si habla español. Me responde algo en francés que me suena a "no tenemos atención en español" y se me cae el mundo al suelo. Estoy a punto de colgar y me llega la inspiración: No hay más cojones, así que hay que recurrir al último cartucho: mi inglés cutre salchichero. Así que, para no aburriros más con mis penas, tras un buen rato intercambiando datos, yo con mi inglés de mierda y él con el suyo, y un buen rato en espera (como sea un número de tarificación especial la hostia va a ser maja), me dice que no ha logrado contactar con los del hotel (casi lloro) pero que a través del ordenador accede al código a introducir en el teclado numérico de la puerta de acceso al hotel y decirme cuál es mi habitación (ahora casi también lloro, pero de felicidad cuando introduzco el código y la puerta se abre). Todo es felicidad entre nosotros. Él por salvarme el culo, y yo por que él me lo ha salvado. Me dejaría follar por este amable señor. Lo amo profundamente. Tras muchas risas y muchas "thank you", cuelgo y ya estoy en mi habitación.
Por supuesto que ni me planteo buscar algo de cena, así que estoy comiendo un sobao que mangué del buffet del hotel de Burgos. De estar en el bolsillo de la cazadora, está todo aplastado y reducido a migas, pero me está sabiendo a gloria.
El día ha tenido un final feliz.
Lecciones que he aprendido hoy y que espero que los demás tomen en cuenta:
1) Si amenaza lluvia y parte de tu equipo no vale para lluvia, ponte el equipo para lluvia que tengas. De mis experiencia a lo largo del viaje, la próxima vez me pondré sólo los pantalones del mono, y el resto lo ataré a la cintura, de modo que quede bajo la chaqueta de cuero, que ha demostrado ser impermeable.
2) Si vas mal de tiempo, llegarás tarde con toda seguridad. Murphy acecha y es cruel.
3) No hay que perder la esperanza. Hay gente amable que te puede salvar el culo cuando los das todo por perdido.
4) Amo el servicio de atención al cliente de Booking, aunque no hablen en cristiano.
Me voy a la cama, que ya he logrado estar hasta las tantas haciendo el tonto otra vez.
Día 4. Martes 17 de abril de 2018. Bayona-Burdeos.
Llevo desde poco más de las 6 dando vueltas en la cama, así que me decido a ponerme en marcha temprano para variar, que hoy tocan unos cuantos Km y estoy preocupado por la moto, pues no sé si está bien aparcada.
El desayuno, para el precio que tiene, me decepciona un poco: Una taza de "colacao", un croissant, una rodaja de bizcocho, un trozo de pan partido a la mitad, 3 ladrillitos de mantequilla, un yogur y una cosa que, tras esperar a quedarme solito para probarla y no parecer un aleto, resulta que es una especie de mosto. 8 €.
Al montar todo en la moto, veo que el cielo está despejado, pero la moto está fría y cubierta como de rocío. Parece que va hacer fresco a pesar de todo, así que me pongo la sudadera entre las dos camisetas y la chaqueta.
Pensaba que salir iba a ser un suplicio, pero salgo en un santiamén y en nada estoy recorriendo las carreteras secundarias en dirección a Burdeos. En mi cabeza suena la canción "Slow ride" de Fog hat, mientras voy casi a velociad de paseo. Atravieso el Parc Naturel Règional des Landes de Gascogne. Es una enorme superficie arbolada atravesada por las carreteras. Es bonito, pero a la larga se hace repetitivo. Más adelante empiezan a aparecer explotaciones agrícolas, que le dan color al paisaje. En una de ellas tienen un montón de caballos que, a mi paso, se ponen a correr. Me parece precioso.
Empieza a hacer calor. Me tengo que quitar la sudadera e ir con la chaqueta un poco abierta. El termómetro de la moto marca 20ºc. Es de Aliexpress, así que no sé el grado de precisión que tiene
Junto a una rotondita, me cruzo lo que parece una especie de urogallo. Alucinado me quedo, porque mucha prisa el bicho no llevaba.
Atravieso muchos pueblitos majos de casas bajas e iglesia con campanario apuntado.
A unos 75 Km de Burdeos, logro el primer hito del viaje: ¡¡¡1000Km!!! ¡A por los 2000!
Me paro a comer en un pueblito llamado Belin-Beliet, en un resaurante con una terracita a la sombra muy maja.
Tranquilos, que esa NO es mi moto. La mía estaba aparcada frente a la iglesia.
La pequeña Blauer Max es ésta:
El hombre del bar apenas sabe 4 palabras de español, y otras 4 en inglés, así que entendernos tiene su cosa, pero sale bien.
La iglesia de este pueblito parece un poco más elaborada que las demás, así que echo un vistazo por dentro. Me sorprende la sencillez de la estructura, que son tres simples bóvedas de cañón. El templo apenas tiene decoración salvo unas vidrieras de colores muy vivos, y unas imágenes, pero en la zona del altar, los pilares y los arcos están todos policromados con motivos vegetales. Muy bonito, la verdad.
Prosigo mi camino hasta Burdeos, y comienza mi pesadilla.El camino es una sucesión de barrios dormitorio que debo atravesar, y luego, ya en la ciudad, atascos y obras por doquier. Hace calor y me tengo que quitar el forro interior de la chaqueta. Aún así, estando parado, como estoy casi todo el tiempo, me cuezo.
Tras lo menos una hora de atascos y vueltas que me hace dar el GPS por no poder tomar las calles que él quiere al estar cortadas por obras, finalmente, a lo lejos aparece mi objetivo:
-Música de Jurassic Park cuando aparecen los dinosaurios- LAS DÁRSENAS DE SUBMARINOS ALEMANES DE LA SGM.
El complejo es sencillamente alucinante, tanto por sus dimensiones como por el espesor de sus muros y su cubierta de hormigón reforzado con acero. Desgraciadamente sólo se puede visitar una pequeña parte, en parte porque el resto es más de los mismo.
Y lo más curioso, en el exterior:
Monumento a los soldados republicanos.
El sufrimiento ha valido la pena. La meta ha sido conseguida. Hace mucho calor, así que, a falta de otra cosa, me bebo entera la botellita de agua que llevo en la mochila, con el agua caliente ya como una sopa. Pero hay que hidratarse como sea. Ahora toca aparcar la moto cerca del hotel y registrarse. Qué fácil, ¿verdad? Pues no. Otra hora larga esquivando obras, calles cortadas, etc., con la batería del móvil tiritando y yo rezando para que no se agotase. Así que aparco en un parking cercano distinto al proyectado, y tengo que cargar todo mi equipaje unos 200m. Llego a recepción con sólo un 3% de batería. Por los pelos.
La gente del hotel amabilísima. Hasta me trae la mujer una vaso de agua según me ve entrar sudando a mares cargado como un burro. Debía tener un aspecto horroroso. Y me ayudan a subir el equipaje, porque, ésa es otra...UN CUARTO SIN ASCENSOR. La habitación es pequeña y con una decoración tropical absurda.
Mirad si estoy sudoroso y hasta los huevos, que me doy una ducha en cuanto llego a la habitación, cosa que no he hecho en mi vida.
Salgo a cenar algo rápido y entro en un MacDonalds petado de gente. A la media hora de esperar, que el número de mi pedido aparezca como para pasar a recoger sin haber aparecido primero como en marcha, que a pesar de ello no esté lo mío, y que seguro que no hablan español, me largo a dar un paseo y en un minuto pillo un kebap de pollo y patatas.
Paseo por la ciudad de noche, y os puedo asegurar que tiene cosas muy bonitas. Pero estoy has las narices y no vuelvo al hotel por mi cámara de fotos. He hecho un par de fotos con el móvil y ya está.
Y aquí termina mi día. Era todo bonito hasta que lo jodieron los atascos y las obras. Pero me he dado el placer de visitar las dársenas de submarinos, que las tenía pendientes. Ahora no sé si ir a ver las de Sant-Nazaire o las de Lorient, que creo que están mejor habilitadas y son museo.
Ah, y antes de salir a cenar, en uno de los bolsillos de la chaqueta ha aparecido la llave del hotel de Bayona
, así que ni la recepcionista me las pidió, ni yo me acordé de dárselas. Le he enviado un email, a ver qué hacemos.
Lecciones que he aprendido hoy y que espero que los demás tomen en cuenta:
1) Decimos del nivel de inglés en España, pero en Francia no van muy por delante. O son unos tocahuevos que se callan para joder a los españoles. Para venir a Francia hay que haberse estudiado las 20 frases básicas, tal como yo NO he hecho.
2) Empiezo a estar harto del equipaje.Traer el ordenador puede que no haya sido una buena idea. Y el bolso no tiene unas correas decentes. Era un bolso sin correa al que le he puesto una réplica de correa de AK-47 chino que me sobraba de airsoft. Queda demasiado larga y molesta mucho. Y rezo para que no se partan las tiras a las que la engancho.
3) Me estoy replanteando las visitas a ciudades grandes. He terminado hartísimo hoy.
4) También me estoy replanteando el ir a hoteles céntricos. Me estoy gastando el doble de lo que planeaba, y los hoteles, la verdad, son mediocres, y hasta malos por detalles como lo de no tener ascensor. Mañana veré si voy a Saumur directamente o pasando por Saint-Nazaire. Y creo que cogeré hotel barato en la periferia. Son más baratos y se puede aparcar gratis en la calle.
Joder. Otra vez de me hace la madrugada. Buenas noches.
P.D.:
Siento que hoy no tenga anécdotas tan graciosas. Según uno va aprendiendo, deja de cagarla constantemente.
Bueno sí: no sé que coño le he hecho al candado con alarma, que no lograba abrirlo en el parking y me he estado peleando con él unos 5 minutos mientras me dejaba sordo. Y nadie ha venido a ver qué pasaba. No parece que la alarma vaya a proteger mucho la moto.
Día 5 (y tiene una rima maja). Miércoles 18 de abril de 2018. Burdeos-La Rochelle.
Ayer estuve pensando si partir directamente hacia La Rochelle o si darle una oportunidad a Burdeos, porque el tema del tráfico me quemó mucho. Al final decido preparar el equipaje, pero acercarme a la oficina de turismo, que está a unos 200m del hotel, a ver si tienen algún tour a pie en español.
Llego allí y me pongo a la cola para las visitas guiadas, y observo unos señores hablando en español con una chica que está fuera de las ventanillas como dando la bienvenida a la gente. La mujer habla español, sí, pero como yo el inglés. Mal pinta la cosa. Es mi turno y me atiende una mujer atractiva, simpática pero que, por supuesto NI PUTA IDEA DE ESPAÑOL. En inglés me dice que el único tour que encuentra, está comenzando en ese mismo momento a 50m, que conoce a la guía y si quiero me acerca hasta allá para ponerme en contacto con ella, pero cuesta 35€ porque es para grupos reducidos. Una oportunidad mejor no puedo tener, así que me dejo llevar hasta la plaza frente al teatro, donde está la guía.
A pesar del, en mi opinión, gran fallo de no hablar español, un 10 para la señorita y la atención que me presta.
Empiezo a creer que a los españoles nos tratan mal a propósito en este sentido. No puede ser que hablen inglés y alemán, pero no español.
El caso es que, finalmente, hago el tour con Leonor, la guía (no es la princesita), y un matrimonio de señores mayores de Cataluña. El tour está bastante bien, pero, en mi opinión, debería haber sido más largo y haber visto un par de cosas más que la mujer nos explicó, pero no nos llevó a ver. Es como si tuvieran las dos horas como tope, a pesar de dejar cosas fuera. Coño, hazlo de 3 horas y ya está. Sospecho que es porque así termina justo a la hora de comer.
Os cuento algunas cosas que vimos en el tour:
¿Recordáis la iglesia que puse ayer, tomada de noche? Pues es la Iglesia de Notre dame, y por dentro es muy bonita.
También hemos visto la catedral:
Y la plaza que os enseñé de noche en la panorámica, es la Place de la Bourse. Y el suelo mojado que se ve es el Espejo de agua. Es algo muy bien pensado. Es una especie de gran piscina, pero que se llena sólo unos 2 dedos de altura. A la gente le sirve para refrescarse y también tiene unos nebulizadores que hacen una especie de nube de agua de cosa de 1m de altura. Cuando dejan que el nivel de agua baje lo suficiente, el suelo mojado hace el efecto de un espejo. El asunto es una idea genial. La gente se refresca los pies, los críos se lo pasan pipa jugando, los turistas podemos sacar fotos...
Resumiendo, que Burdeos me ha parecido muy bonita, que se están esforzando en que esté bonita, pero el tráfico es simplemente demencial. Ni se os ocurra ir en coche y meteros al centro.
El caso es que después de comer monto todo en la moto y salgo para La Rochelle. Afortunadamente los del hotel me dicen que puedo acercar la moto hasta la puerta y así no tengo que volver a hacerme los 200m cargado con todo el equipaje.
La salida es sorprendentemente rápida. Como del hotel se sale prácticamente a la avenida junto al río, es todo tirar hacia adelante y cruzar un puente, aunque el tráfico es bastante denso. En unos 15 minutos estoy fuera del casco, pero luego tengo que recorrer todos los polígonos junto al río, pero es casi tirar todo para adelante sin parar.
Para ahorrar tiempo, esta vez cojo autopista de pago, que quiero poder fotografiar la caída del sol en el puerto de La Rochelle (JAJAJAJA qué iluso). Así que recorro la autopista a 120 Km/h (se puede ir a 130, pero con 120 me sobra) a través de un paisaje más bien llano, pero bastante verde, con muchas explotaciones agrarias a los lados. Me vuelvo a encontrar con enormes campos amarillos. ¿Serán también de colza?
Tengo que poner combustible, y paro a unos 60 Km de La Rochelle. Miro y la 95 que tienen es la E10 de la que un eoliano me advirtió (si no recuero mal me dijo que trae un 10% de etanol y no es para vehículos "normales"), así que pongo 98. "Sólo" está a 1,74€/l. Su puta madre. La cosa es que los surtidores son de autoservicio, no tienen para pagar, están a unos 100m de la tienda/bar, con los aparcamientos en medio, y tienen un cartelón puesto de "Pagar en la tienda". Veo a alguno que se va andando hasta la tienda a pagar, pero yo, que ya voy aprendiendo, cojo la moto y la aparco en los aparcamientos para motos justo frente a la tienda. Bajo de la moto, comienzo a caminar hacia la puerta y sale de ella una dependienta medio corriendo que me mira y se da la vuelta.
La jodída se creía que me había largado sin pagar. Pero eso no es todo, porque tras pagar la gasolina y comprar unas chocolatinas y una botella de agua, me voy a un rincón resguardado de la zona de mesas a comer una de las chocolatinas, beber mucha agua y hacer la reserva del hotel desde el teléfono.
¿Adivináis quién volvió a parecer medio corriendo, me mira y se da la vuelta? Efectivamente. Pero, dado que ya había pagado, ¿Se pensaría que me estaba comiendo una mesa? ¿Follándome un taburete? ¿Tengo pinta tan chunga despeinado y con ropa de motero?
El caso es que llego a La Rochelle justo a la caída del sol, por lo que el plan de fotografiarla, al garete. Qué sorpresa ¿verdad?
El Hotel du Paris está muy bien situado (he cronometrado 7 minutos andando hasta el puerto, a paso normal), es el más barato que salía, tiene baño privado, pero...me toca habitación en una segunda planta. Y por supuesto, el hotel no tiene ascensor y las escaleras son en curva y estrechas, como en el hotel de Burdeos. Al menos tiene una zona de carga y descarga delante, con lo que no tengo que andar acarreando el equipaje mucho. No tiene parking, pero hay una zona par aparcar motos y bicis muy cerca. Como mañana no esté la moto, veréis qué risa.
Y como curiosidad, mirad el taburete semioculto bajo una de las baldas que hacen de mesillas de noche:
El caso es que me aseo un poco y me voy con la cámara a ver un poco el pueblo. Os adelanto que es muy bonito. Mezcla esa arquitectura francesa del S XVIII con algunas casas de muros entramados muy anteriores.
Hay mucho ambiente en las terrazas, con gente cenando y tal. Me había propuesto cenar una chocolatina y un yogur de vainilla del desayuno, pero el olor a pescado a la plancha de un puesto con una terracita mona me pierde, así que me meto dentro y...me echan porque es muy tarde. Son las 21:35. MECAGOENSUPUTAMADRE. Me dicen que vuelva mañana a las 12. Todo en inglés macarrónico, por supuesto. Y ya ni me he atrevido a entrar en otro sitio. Así que ya sabéis qué he cenado mientras escribía el comienzo de la crónica:
El caso es que me doy un paseo, hago unas fotos, y me vuelvo la hotel, que ya es tarde.
Como veis, voy a profundizar un poco en el tema de los hoteles, por si a alguien le sirve como guía.
Por cierto, a la llave que todavía no he devuelto de Bayona, le ha salido un amiguito aquí en La Rochelle:
Me dan ganas de comenzar una colección de pececitos
Me había propuesto firmemente comer en el puesto del que me han echado, pero he visto que hay unos tours en barco a unas islas de la zona, y uno de ellos va también a las dársenas de submarinos, por lo que podría ahorrarme el viaje posterior. Pero eso creo que implica llegar casi a las 13h a comer, y estos tíos seguro que me la juegan otra vez. Ya veré qué hago.
Cosas que he aprendido hoy:
1) Lo de los horarios de los sitios de comer es una tocada de huevos. Están cocinando, está medio local vacío, y no te dejan entrar.
2) Cuidado con las dependientas de las estaciones de servicio: traman algo.
3) Lo de los hoteles sin ascensor y las escaleras en curva y estrechas parece que es una tónica de los hoteles algo añejos. Pero tengo que estar sacando unos músculos de la hostia. Entre la pérdida de peso y los músculos, voy a volver hecho un Tarzán.
P.D.:
He descubierto el secreto de la decoración de la habitación de Burdeos, pero me lo guardo para otro momento, que es muy tarde.
Mañana: La Rochelle de día, posible tour a ver islitas y dársenas, posible comilona de pescado en el puerto y viaje a Saumur (que creo que se pronuncia "saimiug"). Allí creo que haré dos noches.
Día 6. Jueves 19 de abril de 2018. La Rochelle-Saumur. Una serie de catastróficas desdichas.
Antes de nada, quisiera hacer unos comentarios sobre el Hotel París, que es en el que he dormido este día, como ampliación a lo que mostré ayer:
-Tiene secador de pelo. Para mis pelos de loco es muy importante, pues es la única forma de domarlos tras la ducha. El Hotel du Theatre de Burdeos no tenía secador y me fastidió mucho.
-El WiFi va un poco lento.
-El jabón de manos y ducha es por medio de dosificadores. A mí eso me jode mucho porque soy coleccionista de botecitos de gel de hotel.
-Aunque la recepcionista de ayer no hablaba español, los dos hombres de hoy lo hablan muy bien. Uno de ellos ha estado viviendo en Venezuela.
La rutina de siempre: Me levanto, me ducho, bajo a desayunar, mango algo del buffet para luego, hago el equipaje y lo dejo en recepción. Todo normal, ¿no? Pues aquí empieza mi primera desventura del día.
Al hacer el equipaje, descubro que me faltan las llaves de la moto. Tranquilidad, que, en el peor de los casos, llevo encima un duplicado. Pero…¡no del candado con alarma! Ya me empiezan a salir los sudores fríos. Rebusco por toda la habitación, los bolsillos de la chaqueta, etc. Que no cunda el pánico. Recapitulemos cuándo las vimos por última vez. Dejé la moto aparcada, puse el candado y me vine al hotel. Por tanto, las llevaba cuando puse el candado, ¿verdad?...¡NO! El candado se pone sin la llave. Entonces la última vez segura que las llevabas fue al arrancar la moto. Uhm… Entonces se habrán perdido de camino al hotel, ¿verdad? Salvo que…¿qué gilipollas se las dejaría puestas? JAJAJAJA…jajaja…ja… ¡MIERDA! Voy corriendo al aparcamiento y allí estaban: puestitas en el contacto. 16 horas en mitad de la calle, a la vista de todo el mundo, con las llaves puestas.
Ya recuperado del susto, y tras haber pedido casi ½ hora con el asunto de las llaves, retomo el día.
Hoy toca ver en condiciones La Rochelle, que lo que vi anoche prometía. Tras darle muchas vueltas, en vista de que al barco llego malamente ya, y que vuelve casi a las 13h, me olvido del barco. ¿Sabéis por qué? Porque por mis cojones que hoy como en el chiringuito del que me echaron ayer. Se me ha metido en la cabeza, y cundo me pongo cabezón, soy tenaz.
Me dirijo dando un paseo a la oficina de turismo, a preguntar por visitas guiadas en castellano, me pasa algo curioso. Llevo una bolsa pernera de GIVI, y uno de los compartimentos lo llevaba abierto porque acababa de sacar el móvil. Un señor con una txapela roja con una ikurriña bordada me dice algo en francés señalando la bolsa que interpreto como “cuidadín, que la llevas abierta”. Y luego me empieza a decir cosas. Le digo en francés macarrónico que no sé francés, pero le pregunto en euskera a ver si lo habla. Me dice que no, pero que habla algo de español, que sus padres son de Córdoba. Un poco rocambolesco todo.
Como era de esperar, en la oficina de turismo no hablan español, y no hay visitas guiadas en español. Al menos tienen un librito muy majo con todas las actividades, lugares de interés y una autoguía para que te hagas tú mismo la visita, leyendo qué es cada cosa. Así que decido ver las torres, hacerme la visita corta de las dos que hay en el librito, y ver el museo que han montado en el búnker que usaba la 3ª Flotilla de submarinos alemanes como refugio de bombardeo
Visito la Torre de San Nicolás, una bonita torre usada para protección de la entrada al puerto. Ayer me volví loco porque las torres me salían torcidas en las fotos, y resulta que…¡están torcidas! Hice la visita con una audioguía n español, y la cosa es muy interesante, porque te cuenta muchas cosas, ya mí me gusta la Historia. Puede que a otro le parezca un coñazo.
Luego, ya que eran las 12:20, me fui corriendo al chiringuito de ayer: Le p’tit bleu. Estaba abierto y funcionando a tope.
Se coge el pedido en la parte de delante, te vas a la mesa con los cubiertos, la bebida y una conchita con un número que ellos usan para saber qué número tiene cada mesa, y esperas en la terraza a que te traigan la comida. Yo me pedí un bollito, mantequilla, una cocacola y una ración de sardinas a la plancha (6 sardinas). Todo por ¿12€?. No está mal. La ración me pareció un poco justa, pero pedirme dos hubiera sido demasiado. ¿Me lo parece o los platos que ponen en Francia son escasos en comparación con España?
El sabor de la victoria:
Luego visité la torre-faro “de la Lanterne” y la torre de la cadena “de la Chaîne”. No cogí audioguías y no las disfruté tanto. Además, ya me estaban entrando las prisas para no salir muy tarde hacia Saumur.
Recomiendo visitar las tres torres. El billete de las tres torres es más barato que comprar cada una por separado. Las vistas son impresionantes.
Luego hice la versión abreviada de la visita corta del librito, y me fui a ver el museo del búnker.
La verdad es que, como museo, es un poco escaso. Lo que es genial es que el búnker está tal como lo dejaron abandonado los alemanes en el 45. Le han puesto algunas vitrinas, maniquíes y algo de cacharrería para recrear, pero los techos, la decoración de la cantina, etc., son todos originales. Como los paneles y los vídeos están en francés, te dan un cuaderno plastificado con todo traducido al castellano. Es muy interesante, pero cuando llevas leyendo media hora, agobia, porque es MUCHO texto. Eso sí, muy interesante si te gusta el tema.
Y aquí comienza otra tanda de desventuras. Con lo tranquilo que parecía el día tras el incidente de las llaves. El caso es que le digo al Maps que me lleve a las dársenas de submarinos, aunque creo que no son las mejores, pues están cerradas. Pero me hacía ilusión y no ir a verlas es un pecado para un aficionado a la SGM como yo. El caso es que, como siempre, el navegador me pone a dar vueltas como un tonto, pero más bien por mi cuenta, como veo a lo lejos el complejo, llego al sitio. En comparación con el de Burdeos, un desastre. No parece visitable y todo alrededor lo han aprovechado para hacer instalaciones portuarias. No luce nada. Un fiasco total.
He dejado la moto aparcada en una zona con un bordillito, y salgo bastante paralelo al mismo, y Murphy me la juega: con la moto cargada hasta arriba, al bajar el bordillo, cabecea y no puedo sujetarla, con lo que cae al suelo, pero suavemente. Afortunadamente la compré con barras protectoras y alforjas, con lo que, a lo sumo, tendrá alguna rayita el paragolpes. La agarro y la levanto a la primera como el macho que soy. De puta madre. PUES NO. No sé qué coño hago, que al enderezar la dirección, se me viene encima y vuelve a caer. Sospecho que es también a causa del puto bordillo, pues una rueda estaba encima y otra abajo. El caso es que esta vez me cuesta horrores levantarla. Menos mal que un señor apreció y me la sujetó un poco cuando la logré enderezar.
Bueno, ya estamos de camino a Saumur. La parte antigua de La Rochelle es una maravilla que hay que visitar: su arquitectura, su ambiente con terrazas llenas de gente, su todo.
Ya nada puede ir mal, que estamos ya saliendo de La Rochelle, camino de Saumur. Estoy en el borde de la zona portuaria, y paro para que pase una chica por un paso de cebra. Y ¡CLACK! ¡ME HAN DADO POR DETRÁS! Una señora despistada no frena a tiempo y me golpea la matrícula. Ya estaba un poco tocada, pero ahora parece estarlo más. Me da su nombre y móvil, porque la mujer no habla ni español ni inglés, el daño parece insignificante, parecía reacia a hacer parte y, si hago parte… ¿Qué pasaría? ¿Tendría que dejar la moto parada hasta que me la vea un perito? Un follón. Lo malo es que, luego me paro y veo que, aparte de doblarse un poco más la chapa, se ha doblado la pieza a la que se sujeta la matrícula, la que sujeta el marco al guardabarros, y el tornillo de abajo, con el golpe, ha golpeado el guardabarros, haciéndole marca. No va a ver esa marca, pero me da por saco. Me estoy pensando si llamar mañana al seguro, a ver qué me dicen. Lo malo es que, con los nervios ya situación del idioma, no tomé la matrícula. En el vídeo, se ve su parachoques empujando mi matrícula, pero no se puede ver la suya, aunque sí la cara de la señora y el modelo de coche que es.
Ah, y lo más raro del asunto. Estamos hablando la señora y yo, cuando aparecen dos macarrillas en moto. El primero me pregunta algo que no entiendo y le digo que no hablo francés, así que sea va. Y llega inmediatamente el segundo, dice algo a la señora que me suena a “Este tío es amigo mío y como no arregles el problema te rajo”, y algo así debía ser, porque la mujer puso cara de alarmada y me preguntó lo que yo entendí como “¿Tú conoces a ese tío?”. Y le dije que no. Tal vez debí haber dicho quera mi primo Jean Paul.
Resignado, salgo de La Rochelle, completamente acojonado por qué más puede salir mal hoy. Sí, van salir más cosas, amiguitos. Murphy ayer se quedó con ganas, el muy hijoputa, y hoy se las cobra todas juntas.
Entre pitos y flautas, al final voy tarde como siempre.
El paisaje es muy bonito, muy llano, lleno de sembrados de cosas que no sé reconocer, y también aparecen enormes prados de plantas amarillas. Sospecho que son también colza, pero me huelen a mimosa. En España la mimosa es considerada especie invasiva a erradicar, así que supongo que en Francia también. Y casi me quedo sin combustible, hasta que recuerdo que aquí llaman a las estaciones de servicio “Aire”, y el sentido del humor francés les impide ponerles un dibujo de un surtidor la mayoría de las veces, o ponerlas justo al lado de la carretera, para que la gente las vea bien.
El caso es que da gusto conducir con paisajes así.
Tengo que conducir 30 minutos en noche cerrada. Afortunadamente, he cogido un hotel en las afueras esta vez, para llegar antes y más sencillo. Llego relativamente bien, y al hablar con la chica de recepción, Murphy pega otra puñalada: la chica no habla ni español ni inglés. Tócate los cojones. Nos entendemos como podemos y voy a mirar dónde está mi habitación.
El hotel Campanile es un conjunto de varios edificios de dos plantas destinados a habitaciones, y uno de una planta destinado a recepción y restaurante. Alguien ha tenido la feliz idea de no señalizar qué habitaciones hay en cada edificio (o no de una manera que de noche sea visible), por lo que tengo que volver a recepción a que la chica me trate de decir dónde está mi habitación. Tiene que venirse conmigo y señalármelo: no tienen un puto croquis.
Menudo día. Menos mal que se terminó. NO. Primero, la habitación está en la planta primera, con lo que tengo que subir todos los bártulos escaleras arriba. Al menos la escalera es amplia y cómoda. Y la última perrería de nuestro amigo Murphy: Descubro que en la documentación no me han rellenado los datos para el WiFi. Y ya estoy en pijama. Que le den por culo. Además, a ver cómo me entiendo con ella. Les he enviado un correo electrónico desde mi móvil, pero ni puto caso han hecho.
Me he cenado una magdalena y otra chuchería mangadas del buffet del desayuno. Hablando de “buffet”: Me dice la chica que si quiero desayuno incluido. Le pregunto si es buffet y…¿No entiende la puta palabra “buffet”? Al final, por terminar, le digo que sí, que me apunte el puto desayuno, que me quiero ir a la cama.
Os dejo, que quiero que el día termine, que todavía puede joderse algo. Pero hay que pensar en positivo. Estamos ya en Saumur, donde está el mejor museo de blindados de Europa. O eso dicen.
P.D.:
Tiene secador de pelo. ¡BIEN!
Tienen dispensadores de jabón. ¡MAL!
El WiFi ha empezado a funcionar por arte de brujería. ¡GENIAL! Pero ya lo había tenido que redactar todo en Word GRRRR.
Y, como curiosidad, el inodoro está en cabina separada.
Joder, me dejaba las enseñanzas:
-Hay que aprender algo de francés de viaje para sobrevivir entre los nativos. Yo no tuve tiempo y ahora pago las consecuencias.
-Guarda SIEMPRE las llaves de la moto y siempre en el mismo sitio.
-Conviene llevar una mochilita para no ir con las manos llenas de folletos y similares todo el día.
Día 7. Viernes 20 de abril de 2018. Saumur. Me gusta que los planes salgan bien.
Como el desayuno es hasta las 9:30, me tengo que levantar a las 8 para estar allí a las 9. Entre unas cosas y otras, sólo he dormido 5 horas y ando como un zombi. Hoy tiene que ser un día tranquilo y de relax, volviendo tempranito al hotel.
Llego al comedor y...¡SORPRESA! Resulta que es de tipo buffet. Deduzco que la chica de noche está para lo básico y ni sabe si el desayuno es buffet o no y por eso se me cortocircuitó la pobre cuando le pregunté. Desayuno, mango un yogur de vainilla que me voy a comer cuando termine la narración, y me vuelvo a la habitación.
La verdad es que tengo sueño y estoy cansado, y éste se supone que es día de descanso. Por un momento se me pasa por la cabeza la idea de volver a meterme en la cama y activarme en unas horas. ¿Tengo el Musee des Blindès aquí al lado y me voy a la cama? Y UNA MIEEEEERRRDA. Esto es la guerra, caballeros, y se viene a morir. Ya descansaré por la tarde. Así que me pongo el equipo, cojo la mochila (previamente he vaciado todas las porquerías que había dentro) con la cámara de fotos y un botellín de agua y salgo para allá.
El recorrido es de apenas 10 minutos por los barrios periféricos de Saumur. Hace un día espléndido, pero sólo con la camiseta y la chaqueta de cuero abierta uno ya suda un poco.
Cada poco hay carteles que indican la dirección, pero por hacer caso al navegador, me meto por una calle incorrecta y tengo que dar unas vueltas de más. Tengo en la alforja un cacharro para poner el teléfono en el manillar e ir viendo la pantalla mientras conduzco, pero era reacio a ponerlo por el gasto de batería y las posibles distracciones. Pero las indicaciones en ciudad son imprecisas verbalmente (por ejemplo, te dice que salgas en la tercera salida de la rotonda y es la segunda en la que tienes que salir, o que salgas en una calle con un nombre que no se ve en ningún lado, etc.), por lo que es vital tener el mapa delante y fiarte de él en vez de de las instrucciones habladas.
El caso es que voy siguiendo las señales, y llego al sitio. Por fuera es algo sosete, sólo destacando por los tanques algo estropeados que tienen en el aparcamiento como decoración.
La taquilla está en la tienda de recuerdos. Una tienda con miles de juguetes de la SGM, en especial maquetas y copias de LEGO. Gracias a dios que voy en moto, porque me gastaría una fortuna.
Primeramente nos encontramos una pequeña sala de preámbulo donde empiezan a calentar el ambiente con un M24 Chaffee del que se puede ver el interior gracias a unos paneles transparentes.
Y los franceses vuelven a demostrar que son mala gente:
¿Para esto sí sabéis hablar español, eh, cabrones?
Si sólo va a a ser un momentito. Y me limpio las suelas antes. Sniff.
Luego, una sala sobre los tanques franceses de la WWI muy interesante, aunque algo pequeña (es normal, pues los tanques se empezaron a utilizar al final de la guerra).
Y, de repente, se entra al paraíso del gemanófilo friki de la WWII:
Música de Parque jurásico, por favor:
La emoción me embarga. Me tiemblan las piernas. Los ojos se me humedecen. Panzer II, III, IV con Schutzen a los lados, Luch, Panther, Tiger, Tiger II, Goliath, StuG III 75mm largo, StuG III con cañón de 105mm, JagdPanzer IV, Hetzer, Wespe, Flakvierling, los distintos Marder, FLAK 88, NebelWerfer, etc. etc. etc. ¡¡¡EL PUTO PARAÍSO!!! Al que no le guste la WWII estos nombres no le dirán nada, pero para el que sabe, es como nombrar a Maradona, Cruiff, Beckenbauer, etc.
Tienen también un maniquí con la cara de Otto Carius. Para el que no lo sepa es un famoso comandante de tanques Tiger que sobrevivió a la guerra y escribió el famoso libro "Tigres en el barro". Cuando volvió a la vida civil, abrió una farmacia en su pueblo llamada "La farmacia del Tigre". Si os mola el tema, ¡corred a comprarlo, insensatos!
¿No es dolorosamente hermoso este Tiger II?
Y dicen que es el único en el mundo en orden de marcha. Habrá que volver para verlo de paseo algún día
Snifff. Me emociono.
No exagero si os digo que me paso casi dos horas sólo en esta sala babeando, haciendo fotos y viendo cosas que nunca había visto salvo en libros o juegos de ordenador.
Luego hay una sala muy pequeña con un par de vehículos italianos, y pasamos a una sala mediana sobre Francia en 1940. Esta sala está muy bien, porque hay, entre otros, Somua S35, Renault R35 y el temible y pesado Renault B1 Bis. Muy bonitos todos.
Pasamos a una sala sobre el pacto de Varsovia, con modelos soviéticos: T34/85, T54, T54/55, BMPs, etc.
A continuación una sala sobre los aliados, con los famosos, Lee, Sherman, Matilda II, Valentine, Crusader, Churchill MK IV, etc. y un par de rusos como el KV-1 y el cazacarros SU-100, en un diorama.
Para no aburriros, decir que hay más salas (Francia contemporánea, sala de motores y mundo contemporáneo), pero no tienen tanto interés para mí.
Un Merkava israelí:
El caso es que salgo a las 16:00h aproximadamente sin haber comido nada, así que pienso desquitarme con la cena. Como me queda tiempo, voy a darme una vuelta por Saumur. Me acerco a la oficina de turismo y sorprendentemente, una señorita habla castellano. Me indica que no hay tours guiados en castellano, pero que en 1/2 hora llega el trenecito turístico que sale justo de ahí mismo, y que tiene locución en castellano. Así que decido apuntarme. La señorita me indica un sitio mejor para aparcar y me voy a aparcar la moto mientras llega el trenecito.
Y aquí llega el momento idiota del día. Me meto en la zona de aparcamiento con parquímetro, saco mi ticket de un par de horas, me empiezo a acercar a la moto y...a ver, adivinad. Exacto: ¿Y DÓNDE COÑO SE LE PONE UN TICKET A UNA MOTO? Como hay que meter la matrícula para el ticket, confío en que el asunto esté automatizado y no me multen por no dejar el ticket en el parabrisas.
Cuando llega el trenecito, una segunda moza jovencita, lozana y con los labios muy pintados de rojo, le indica algo a la compañera que habla castellano, con cara de preocupación. Y me dan la mala noticia: No se sabe por qué, no hay locución en castellano. Sólo francés e inglés. Llamadme paranoico, pero ya pienso que a los españoles nos sabotean a propósito. Así que, finalmente, la cosa tendrá que ser en inglés. En el fondo lo que quiero es que me paseen por lo más interesante y me lo expliquen un poco.
El trenecito es el típico de cualquier ciudad y nos lleva por la avenida paralela al río, cruza el río Loira (se pronuncia "luag") por uno de los puentes, se va por una especie de parque en las afueras, vuelve y nos mete por un par de calles del casco antiguo y sube hasta el castillo, para luego volver a bajar y volver a la oficina de turismo.
En total, casi una hora. No está mal por 7€, y además entiendo casi toda locución en inglés. Pero por lo que he vislumbrado pasando con la moto, Saumur tiene muchas calles bonitas y sitios que ver que ni se mencionan. Es un sitio para pasar un día entero viendo cosas y paseando. Pero estoy recreándome mucho en ver medianamente bien los sitios que visito y el margen de reserva que tenía lo he agotado, así que tengo que retomar el plan maestro y ver sólo lo principal, o saltarme alguna ciudad para ver mejor otra.
Son las 18:10, así que me decido a cenar en una terracita cubierta en un calle cercana, y de paso espero a ver qué pasa con la climatología, pues hay un par de nubes oscuras. Nada más meterme bajo los toldos, empieza a lloviznar durante un rato. Aquí empiezo a demostrar que he estudiado un par de horas de francés y le pido al hombre el filete de pollo con patatas. Y no sólo parece que me entiende sino que...ME TRAE UN FILETE DE POLLO CON PATATAS. Además, me siento realizado por algo secundario: ahora es él el descolocado por la hora de la cena. Me dice que tardarán 15 minutos. Jajajajaja. Ahora se joden ellos.
Ahora toca la filigrana: Le pido en francés la cuenta. Toma ya. Lo entiende perfectamente (o lo deduce por el contexto xD )
El caso es que son las 20:00 y ya estoy en el hotel, así que limpio un poco los mosquitos y la costra del faro y el parabrisas de la moto y decido retomar el asunto de nuestro amigo acuático. Efectivamente: El llavero Pesesín. Os habíais olvidado del pobre, ¿verdad?
Me acerco a recepción, y hay otra chica que apenas habla inglés. Le indico que quiero enviar el llavero a la dirección que me han dado, enseñándoles el correo electrónico con la dirección. Y ésta también entra en cortocircuito. Pide ayuda a una señora que trabaja en cocina, la cual me dice como puede que lo tendré que enviar yo mismo mañana acercándome a correos, y me da unas indicaciones de por dónde cae la oficina, y que abren a las 9.
Y así termina el día. Y al final ya son las 23:00. me voy ya mismo a la cama, que mañana tengo que estar descansado para la siguiente etapa: Saumur-Saint-Nazaire, pasando por los pocos castillos de la famosa ruta que hay al Oeste de Saumur.
Da gusto tener un día sin sobresaltos.
Día 8. Sábado 21 de abril de 2018. Saumur - Saint-Nazaire. Día raro.
La rutina de siempre: Me levanto, ducha, desayuno en el comedor...pero hoy no mango nada. Hoy es un día muy especial: No se puede estar en Francia y no comprar una baguette y un poco de queso.
Además, hoy va a ser un día glorioso: ¡Vamos a enviar a Pesesín su casa! Él es feliz conmigo, viendo mundo, pero los dos sabemos que esto tenía que terminar.
Está planificado al detalle. La oficina de Correos está al lado de un supermercado, con lo que podemos hacerlo todo junto.
La oficina de Correos está en una avenida que parte de la rotonda de acceso al hotel, así que es cosa de tomar la salida y tirar todo recto unos 400m.
Mi ego se llena cuando estoy cargando las cosas en la moto. Por allí ronda un señor mayor con pintas un poco hippis, que se queda admirando la moto y me pregunta en francés si es mía. Le entiendo a la segunda, y le respondo que sí. Entonces me dice en inglés que es muy bonita :_) Ya tengo las pilas cargadas para un buen rato.
A pesar de todo, sólo he dormido unas 7 horas. Entre redactar el diario y leer un rato (tengo cogido el vicio de leer un buen rato antes de acostarme, sea la hora que sea), me acosté un poco tarde a pesar de todo. Al menos no llevaba cansancio de conducir en moto largas tiradas.
El caso es que llego al sitio y el supermercado tiene una zona de aparcamiento. Genial.
En la oficina de Correos le suelto a a la mujer el saludo y la frase que tenía preparada y... la mujer la entiende perfectamente. Ole. Pero luego me empieza a preguntar cosas y se jodió el asunto. Por supuesto, era el tipo de envío que quería. Afortunadamente la mujer habla algo de español y conseguimos un bonito sobre urgente para Pesesín. Te echaré de menos. Cuéntale a tus amiguitos lo bien que lo hemos pasado juntos. Sniff.
Si queréis ver el camino de vuelta de Pesesín, seguid el tracking:
https://www.laposte.fr/particulier/outi ... vos-envois1K02405652877
Con la primera misión completada satisfactoriamente, había que tomar al asalto el supermercado. Todo va como la seda, y logro el botín:
Como podéis ver he añadido un par de manzanas y un roll-on de desodorante
Hoy vamos hasta Saint-Nazaire, y tal vez algo más allá, pasando por varios castillos de la famosa Ruta de los castillos del Loira. Antes de salir me he puesto a hacer cuentas y voy mal de tiempo, porque el 26 por la noche embarco en Caen, y ya estamos a 21 y sin ver Mont Saint-Michel ni las playas. Tengo que aligerar mucho. De hecho, tenía pensado acercarme hasta tours para empezar un recorrido en dirección Oeste para ver más castillos, porque los mejores están al Este de Saumur, pero veo que implica un día entero más, como mínimo. Tengo un comodín en la manga para optimizar tiempo en las playas, pero no quiero arriesgar por si no me sale la jugada. Además, me he dado cuenta de que hoy es sábado. Y mañana domingo (joder, qué listo que soy). Lo que implica que es probable que las atracciones turísticas mañana estén cerradas, y hoy puede que cierren antes.
Así que ya voy con el mal rollo en el cuerpo, porque también quería recorrer la costa Oeste, como me recomendó un eoliano, pero me temo que haya que eliminarlo del itinerario. Además, a Saint-Nazaire voy a ir por autopista, para ahorrarme una hora. Así espero llegar a eso de las 16:00.
Primeramente llegamos a Brissac, que es un pueblo que tiene muy buena pinta.
Y al acercarnos al castillo, la puerta está cerrada. El acceso es de 10-12 y de 14:15-16:00, si no recuerdo mal. El problema es que son las 12:25. Unos franceses muy listillos, meten la zarpa por la verja y accionan la manilla, porque ven que dentro hay gente en los jardines, con lo que entran al recinto y van a Recepción. Los echan de allí y les dicen que vuelvan luego
Así que sólo puedo hacer una foto rápida y seguir mi camino:
Seguimos hacia Angers. El día es fabuloso, pero me da el sol en la cara muchísimo. Menos mal que me he puesto crema. El campo sigue siendo bastante plano y una sucesión de prados verdes y amarillos. Llego al castillo bastante bien, y las murallas son imponentes.
Me decido a verlo por dentro, que ya veremos luego qué pasa. Por dentro sorprende porque es muy distinto a las murallas. Tiene unos jardines no muy grandes y varias edificaciones.
Lo que más me llama la atención es que van anunciando que exponen El tapiz del Juicio final. Con ese nombre, hay que ir a verlo, por Dios. Tienen un edificio bastante grande para exponerlo, siendo 1/4 la tienda de recuerdos, y el resto una sala climatizada para exponer el tapiz. Pero, ¿tan grande es? Juzgad vosotros mismos.
Y ahí se ve la mitad. Es algo para admirar durante horas. Me ha quedado el resquemor de tener que irme. Es una verdadera maravilla de la artesanía. La de trabajo que tiene eso. Una locura.
Antes de salir, bebo un montón de agua en los aseos. Menos mal que he ido a echar un trago por si acaso. Uno no se da cuenta de lo deshidratado que está hasta que se pone a beber.
Salgo hacia el último de los castillos que voy a ver hoy: El de Serrant. Se me ha olvidado ponerme más crema solar y siento cómo me está achicharrando el sol. Es un castillo "pequeño", más bien una especie de mansión. Está rodeado de un río, que hace se foso, y jardines y praderas de hierba. Muy mono. La chica de recepción habla algo de español, y me ofrece guardarme la chaqueta y el casco. Genial, porque estaba a punto de pedírselo yo.
Es bastante cuco, y en su interior guardan muchos enseres originales de distintas épocas, todos de mucho lujo. Los muebles de madera de peral ennegrecida me han encantado. Un saloncito cualquiera:
Por hoy ya he visto suficiente, y son las 16:25. Tengo que tratar de llegar a Saint-Nazaire a ver si veo las dársenas. Además, por no perder tiempo, ni he comido. A ver si hago una merienda-cena allí.
El sol me sigue achicharrando la cara, pues se me ha vuelto olvidar ponerme más crema y no es plan de parar en mitad de la autovía, cuando me falta tan poco, pero llego al sitio sin novedad. La primera alegría al ver la mole de hormigón se va cuando compruebo que no sólo la mayoría del edificio está en uso como salas de exposiciones, salas de conciertos y demás historias, sino que han construido una rampa gigantesca que une una de las calles de la zona con la parte superior del edificio, donde han montado cosas, que no puedo ver bien porque a estas horas ya está cerrado. Pero sospecho que son en plan centro comercial o parque de atracciones. además, no hay ni rastro del submarino francés que debería estar expuesto aquí.
Se me cae el alma al suelo y me viene el bajón. Creo que se me ha juntado la deshidratación, que siento la cara quemada, el cansancio, que veo que ando pillado de tiempo y tengo que dejar cosas sin ver, con el bajón de encontrarme las dársenas hechas un cristo. Tampoco esperaba al mismísimo Heinz Prien y su U-47 esperándome en la puerta, pero la cosa me ha dado mucha pena.
Aquí podéis ver parte de las instalaciones desde la rampa gigantesca que han montado:
Allí mismo hay una oficina de turismo (cerrada, por supuesto), pero veo en un cartelón que el submarino está en otras instalaciones del puerto, con lo que no todo está perdido. así que me meto en una bar que tienen también allí mismo y me pido una cocacola mientras busco hotel cercano y MUY barato. Me quiero ir a la cama cuanto antes a descansar. Llevo un rato con el teléfono mirando hoteles. Hay uno justo a unos 100m, con buena pinta, pero cuesta 90€. De repente, me doy cuenta de que estoy solo en el bar, y las dos camareras están tomándose una copa. Se me enciende la luz: Coño, si seguro que esta gente cierra ya o debería haberlo hecho. Así que le pregunto a la mujer a qué hora cierra, y, muy educada, me dice que en unos 5 minutos, que se están tomando una copa. Les pido mil perdones y me voy a abandonar el local, cuando me preguntan si estoy buscando algo en el teléfono. Les cuento que un hotel barato, y me recomiendan varios, entre ellos, uno de la cadena Campanile, que es en el que he estado durmiendo los dos días de Saumur. Así que les doy las gracias, abandono el local, y reservo en ése. El de la cadena F1 es más barato, pero no tiene baño privado.
Llego (porque le pongo el teléfono con la pantalla encendida en el manilla, que el cabrón ya ne estaba mareando de nuevo) y me encuentro que el sistema de edificaciones independientes se mantiene, pero éste es en plan motel de peli americana.
La cosa me parece simpática, pero enseguida me doy cuenta de que es una mierda porque todo el que pasa por el pasaje, puede verme a través de la ventana. El edificio es más viejo que el anterior y todo parece más cutre.
Precio: Bien
Que sea estilo motel: Mal
Dispensadores de jabón: Mal
No tienen secador de pelo: Mal
Y ahora los momentos torpes del día:
-Hay un pulsador que activa un calentador de infrarrojos en el baño. Lo he pulsado pensando que era el de la luz. Como no pasaba nada, lo he vuelto a pulsar. En eso que se ha encendido el calentador y veo que hay un pulsador con piloto (qué agudo que soy) y enciendo la luz (esta vez de verdad) . Debajo del pulsador del infrarrojo hay una cartelito con mucha literatura, pero paso de leerla y vuelvo a pulsar el pulsador a ver si así se apaga. No pasa nada y da un calor insoportable. Leo el cartelito y pone: "Una pulsación, 7 minutos. 2 pulsaciones, 14 minutos. Tres pulsaciones, 21 minutos." Mierda, la hemos liado muy gorda. Así que bajo a recepción y me tiene que atender una cocinera, que habla italiano. En espaliano le digo lo que pasa, y me comenta que se apaga sólo, así que sólo que toca esperar.
Llego a la habitación y...¡ESTÁ APAGADO! Se ve que al haber mucha separación entre las pulsaciones, sólo se activaron los primeros 7 minutos. Entre eso y el calor que hace, he tenido la puerta y la ventana abiertos un buen rato. Lo malo es que no dejaba de pasar gente.
-El WiFi va distinto que en el otro hotel. aquí te sale también una web, pero no basta con pinchar en "conectar", sino que pide el número de habitación y el nombre. tras varios intentos infructuosos, tengo que volver a bajar a recepción. resulta que por "nombre", hay que meter el apellido y todo en mayúsculas. Me cago en su padre. ¿No podrían escribirlo en la tarjetita que te dan?
Cosas que hemos aprendido hoy:
-Hay que tener en cuenta en qué día de la semana está uno para no toparse con fines de semana o fiestas, y saber a qué dedicar el tiempo en esos casos.
-La voz del Maps es una verdadera zorra. Hay que usar el mapa, aunque se coma las baterías. Es la única forma de no perderse.
-Hay que informarse bien de los sitios que va a ver uno antes de ir. Yo no lo he hecho para no estropearme la sorpresa, y vaya si había sorpresa, pero desagradable.
-Cuando se va en moto, hay que beber muchísima agua. se suda a mares y uno no se da cuenta de la pérdida de líquidos.
Me voy a la cama ya, que me pasa lo de siempre. Hasta mañana.
Día 9. Domingo 22 de abril de 2018. Saint-Nazaire - Dinan. ¿No ibas a ir hasta Mont Saint-Michel? Sí, pero la aventura tiene vida propia y te lleva por senderos sorprendentes y inescrutables.
Me levanto con energía. He dormido bastante bien, aunque tengo cogida la hora de levantarme en el trabajo y las dos últimas horas son un duermevela.
El plan está claro: Para que a cosa sea viable, nos saltamos la visita a Saint-Nazaire y Lorient. Y hacemos un viaje de unas 4 1/4 horas desde Saint-Nazaire a Mont Saint-Michel por bonitas carreteras secundarias.
Ya estoy hecho un maestro montando el equipaje en la moto, y he logrado la colocación óptima de los cacharros para tener a mano lo que puedo necesitar.
El día está cubierto, ha refrescaado y corre una ligera brisa que trae olor a mar. Esperemos que no llueva. Según el pronóstico del tiempo, hay posibilidad de lluvia.
Hoy es día para disfrutar el paseo. Gracias al cacharro para el teléfono, la salida es perfecta, sin un sólo error. Recorro preciosos paisajes de verde y amarillo, con algunos sectores en los que los árboles hacen una especie de bello túnel que me encanta recorrer.
Cruzo un montón de pueblitos. En algunos veo casas típicas bretonas, con sus tejados vegetales grises (¿son de paja?). una cosa que me llama la atención es que los carteles indicadores tienen los nombres en dos idiomas, como en Euskadi y Navarra. Deduzco que allí hablan también otro idioma ¿Bretón?
Por el camino, cerca de vannes, empiezan a caer unas gotitas. Paro para ver si me pongo los pantalones del mono impermeable o si sigo adelante. Parece que para y prosigo el camino. Llego sin novedad a Vannes. Desde el Maps en el PC, he trazado una ruta que pasa por Vannes y llega a Mont Saint-Michel, y la he enviado al teléfono. Nunca había utilizado esta opción, y me parece fantástica. Puedes meter hasta ¿5? puntos intermedios, cuando desde el teléfono sólo te deja inicio y destino. No tengo intención de meterme mucho por Vannes, así que el punto central de la localidad que da el programa debería ser suficiente, porque si entro y veo un casco antiguo bonito, la liamos. Es ya casi la hora de comer, pero creo que comeré ya saliendo.
He decidido tratar de tener unas rutinas normales de sueño y alimentación, para minimizar el agotamiento. Tal vez sea una tontería, pero por probar...
Llegados a la última rotonda en el centro, para dar ya la vuelta y tomar camino hacia Mont Saint-Michel, escucho música. Giro la cabeza y veo que en una especie de gran plaza hay algo parecido a fiestas regionales, con música, trajes regionales y unos puestos de comida. ¿Qué más puedo pedir? Comida, algo interesante que ver y, con suerte, alguna foto bonita. Aparco junto a una rotonda, donde hay aparcadas dos furgonetas con gente con trajes típicos, y me dirijo cámara en ristre al mogollón. Según llego, como la curiosidad me puede, me dirijo a un grupo de chicos y chicas con trajes muy llamativos que están haciendo una especie de picnic en el césped.
Le digo al primero que pillo que no hablo francés y a ver si habla español o inglés. Entonces pregunta a los demás del grupo, y uno dice que habla español. Me acerco a él y suelta un "merde" JAJAJAJAJA. Estaba despistado y no sabía que era para que lo interrogase. Se confirma mi sospecha de que muchos saben español, pero no lo hablan por vergüenza o por joder. Me dice que es una especie de concurso regional de toda Bretaña.
Hay muchos grupos con trajes muy distintos y llamativos. Empiezo a hacer fotos y, de repente, se pone a llover con bastante intensidad. La gente corre a refugiarse bajo los vuelos de un edificio cercano (que creo que es una especie de teatro) y en el parking bajo la plaza. Yo me pongo bajo el voladizo, donde hay mucha gente comiendo y charlando, y voy haciendo fotos a los pocos que quedan por allí.
En eso ando cuando...ZAS. Algo me golpea en el pecho. MECAGÜENSUPUTAMADREYTODASUESTIRPE. Una descomunal cagada de pájaro ha impactado en mitad de mi pecho, acertando en la cámara de fotos y en la chaqueta. Por el tamaño, o es una puta cigüeña o una puta gaviota. Es que no os podéis hacer una idea de cómo me ha puesto la hijalagranputa. No tengo nada con qué limpiarme, así que me acerco al césped y me limpio con puñados de hierba que arranco (truco de gente de campo). Aún así, habrá que rematar la limpieza en destino.
Foto ya "limpio"
Parece que casi ha dejado de llover, pero la gente está como escondida. De repente, empieza a salir música del parking subterráneo. Me acerco y veo que muchos grupos han entrado a practicar en el interior. Es una curiosa visión el parking con tanta gente así vestida, algunos de ellos tocando música y bailando. Aprovecho para hacer algunas fotos y vídeos.
Escampa y se retoma la actividad. En la plaza hay un escenario por el que van pasando los distintos grupos, cada uno con sus trajes regionales, pero...hay una cosa que no me cuadra. Cada grupo va con ropa distinta, y lleva a sus propios músicos, pero....¿Todos bailan la misma canción? Al menos los 4 que vi bailaban la misma canción. Sin embargo, en el parking y luego en el exterior, vi grupos que tocaban y bailaban otras canciones. ¿Alguien sabe cómo funciona la cosa?
El caso es que estoy hecho ya un campeón. Me acerco al puesto de tickets y pido uno para una cola y otro para una galette con jamón y queso. confieso que no tengo ni puta idea de qué es, pero tengo hambre y algo que contenga jamón y queso no puede estar malo. Y no sólo me dan los tickets, sino que además le pregunto a la señora dónde se piden las galettes, y me lo dice. Toma moreno... al final hasta voy a prender a defenderme.
Lo curioso es que esta gente tiene hasta una cola local: Breizh cola
Galette de jamón y queso:
El caso es como y me quedo un rato para ver algunos bailes y hacer unas cuantas fotos.
En eso que me llama mi padre con voz de preocupado preguntándome si estoy bien. Me cuenta que ha habido un atentado en Mont Saint-Michel. Vaya faena. Si había pocas posibilidades de llegar a tiempo, aunque llegue, puede haber un follón montado que no veas. En la prensa española no encuentro nada, pero en la francesa:
Si resulta que lo cierran dos horas por un tipo con pinta sospechosa, cuando llegue yo cierran todo el norte de Francia
Prosigo mi ruta, pues ya he invertido más de hora y media en el festival y ando justo. El paisaje cambia poco, pero parece que aumenta la cantidad de flores amarillas y, aprovechando que son carreteras secundarias poco transitadas, me paro a ver las plantas de cerca. Me ha dado cosa coger alguna, pero os juro que mañana me cojo alguna de recuerdo
La navegación con la pantalla del teléfono es magnífica, pero veo que llevo la mitad escasa del camino y me queda un 25% de batería. No pasa nada. Apagamos la pantalla y tiramos de instrucciones verbales, consultando la pantalla en los cruces dudosos. Ya son más de las 18:00 y busco sitios para cenar y recargar el teléfono, pero es domingo y todos los bares de pueblo que encuentro están cerrados. Pero el camino es muuuyyy largo. Me lo estoy pasando muy bien, pero, al llegar a un cruce...NADA. El teléfono se ha quedado sin batería. Milagrosamente, en ese mismo cruce hay un bar abierto. Puedo recargar un rato el teléfono mientras me tomo una Breizh cola. Con un 25% de batería espero llegar bien lejos. Y UNA MIEEERRRRRDA. ¿Os habéis fijado en el detalle? Logré pedirle a la señora que me dejase un enchufe. Aunque creo que el gesto de los dos deditos y enseñarle el cargador fue decisivo xD
En cosa de 1/2 hora el teléfono vuelve a morir. Estoy en un pueblito en el que no se ve ni un alma, sin batería, sin conocer el idioma, en domingo...y con pinta de motero macarra. Gracias a los consejos de Pavlin del canal de youtube Motorcycle adventures (si no concéis el canal, echadle un vistazo, pues ha recorrido todo el mundo en moto y da unos consejos muy coherentes y valiosos), llevo en la mochila un mapa Michelín de Francia. Suelto media mochila de las sujeciones, la abro, saco el mapita, y me pongo a cotejar el plano con los carteles que veo. Parece que estoy en algún lugar indeterminado al suroeste de Dinan, que, según el mapa, es una localidad relativamente grande e importante. La cosa está clara: en los sitios grandes hay muchos bares y restaurantes que abren tarde. Y está en el camino a Mont Saint-Michel, y si no, poco le falta.
Recorro varios Km siguiendo únicamente los postes, a la antigua, y, a medio camino, en un pueblito, me parece oir un ruido atrás. A la vez del ruido, un coche que viene detrás empieza tocar el claxon insistentemente. Miro por el retrovisor, y veo un bulto negro en mitad del carril...HOSTIAS, LA MOCHILA. Saqué el mapa y no recoloqué la mochila
. Milagrosamente todo sigue dentro e intacto, aunque estaba abierta. Hasta hace 48h la cámara de fotos iba dentro de la mochila. Con la nueva ubicación de cacharros, la llevo sobre el impermeable, a mi espalda. Menos mal. Si no está el coche, ponte a buscar la mochila.
Llego sin más sobresaltos a Dinan. Por lo que veo, tiene una zona medieval bien aparente y mucho que ver. Francia no deja de sorprenderme. Empiezo a entender por qué a la gente le gusta tanto. El caso es que me meto hasta el centro histórico, pero sin saber a dónde ir. Hay una plaza que es un parking, y hay una Gendarmerie. En caso de emergencia, les daré la tabarra. Aparco en la plaza/parking y me doy una vuelta por los alrededores. Afortunadamente hay bares y restaurantes abiertos, pero con las horas que son, las 19:35, no voy a poder cenar. Finalmente localizo un bar abierto todavía, y me tomo una cocacola mientras cargo otro rato el móvil. Además de pedir el enchufe, aclaro que "Je suis perdu. Le GPS est mort." para que la señora sepa qué me pasa xD Me pregunta en inglés a dónde quiero ir, y le digo que a Mont Saint-Michel, y me dice que es muy difícil para ella darme indicaciones.
Me pongo a recapacitar y veo que son ya casi las 20:00, estoy a más de una hora de camino, el teléfono apenas tiene un 20% de carga y estoy ya un poco cansado. Así que tomo la opción más lógica: me busco un hotel barato en el mismo Dinan. Y mañana dios dirá. Y para cenar, MacDonalds siempre está abierto.
Resumiendo, estoy en un hotelito muy cuco llamado Hotel La quebecoise, tras haberme comido una ¿McFish? y unas patatas. Es una especie de granja rehabilitada (deduzco), compuesta por tres edificios. Uno es la casa de los propietarios y cobertizo; otro cobertizos, y el tercero recepción y varias habitaciones. Todo en planta baja. No y que cargar el equipaje escaleras arriba, pero te pueden ver por las puertas balconeras si no echas las gruesas cortinas que tienen.
El hotel está en las las afueras y es cuco: BIEN
Te pueden ver por las ventanas si no echas los cortinones: MAL
Parking gratuito, y me han dejado meter la moto en uno de los cobertizos : BIEN
Los jabones son unos sobrecitos que me puedo llevar de recuerdo: BIEN
El WiFi funciona de pena : MAL
No hay secador de pelo cuando se supone que lo había: MAL
¿Qué hemos aprendido hoy, niños?
-Siempre hay que llevar un mapa en papel por si nos quedamos sin GPS.
-Siempre hay que llevar una powerbank encima o tener en la moto una toma USB.
-El equipaje, siempre bien sujeto. En cuanto se saca lo que sea, se cierra y asegura.
-Siempre hay que llevar una escopeta cargada PARA MATAR A LAS PUTAS GAVIOTAS.
No pongo más fotos porque no soy capaz de subirlas. el tinypic me está dando muchísimos problemas. no sé si es de la web o porque tengo poca cobertura.
Por cierto. se me olvidó comentar que en el hotel Campanile de Trignac, alguien tuvo la feliz idea de poner carteles con flechas indicando dónde están las habitaciones. Parece que cada hotel lo regenta gente distinta con distintos sistemas, aunque pertenezcan a la misma cadena.
Por cierto:
¡¡¡2030KM!!!
A por los 3000Km.
Os dejo, que es ya muy tarde.
Mañana: Dinan - Mont Saint-Michel - Zona del desembarco.
Día 10. Lunes 23 de abril de 2018. Dinan-Carentan. Un deseo hecho realidad
El hotel descubre un par de flaquezas. Ha refrescado y hace frío, y tras la arboleda pasa una autovía, con lo que se escucha a los camiones y coches ruidosos pasar. No es grave lo del ruido, pero estropea la imagen de pequeño sitio recogido en mitad del campo que transmite. Como no hay mantas y la cama es de matrimonio, lo que hago es doblar el nórdico (o como coño se llame esta cosa que no es sábana, manta y edredón, sino que es como un edredón gordo), de modo que tengo uno el doble de gordo pero la mitad de ancho. Así puedo dormir de puta madre.
A la mañana, duchita y desayuno. El WiFi sigue funcionando como el culo. Tengo que hacer la reserva de hotel en Carentan desde un sillón en recepción, pero aún así no va fino. La mujer dice que no se lo explica porque en casa les va bien. No sé si creérmelo, la verdad.
Salgo para Mont Saint-Michel. El cielo está algo cubierto, pero no parece amenazar lluvia. Parece que seguimos teniendo una suerte asombrosa con la climatología. El paisaje poco ha cambiado. Mucho verde y manchas de amarillo. No puedo resistirme, y paso en un orillo a coger unas flores amarillas de recuerdo. al salir de un pueblito, veo a lo lejos un Porche. Resulta que detrás va otro. Y otro. Al final, son cosa de una docena. Será alguna quedada o algo.
En cosa de una hora, comienza a verse a lo lejos la aguja del monasterio. Es algo muy emocionante, porque hace años que quería conocer el lugar. Para no estropear el entorno y que todo quede hecho polvo, lo tienen organizado de la siguiente manera: Tú llegas a una zona de aparcamientos a cosa de 1Km del monasterio. Allí puedes elegir ir andando, en unos coches de caballos, o en unos "navettes", que son unos autobuses como disfrazados de barco, con tablas de madera y tal. Muy curiosos. Pasan cada 10 minutos y son gratis.
Yo quise ir andando para hacer algo de ejercicio, ir viéndolo acercarse poco a poco e ir haciendo fotos. Disfruto mucho el paseo, recorriendo la pasarela de madera.
¿Qué decir del paisaje? ¿Qué decir del sitio? Es una preciosa ciudadela amurallada con un monasterio en la parte más alta. Preciosas casa de piedra y muros de madera entramada, y cubiertas de piezas de pizarra o de piezas de madera con unos detalles muy curiosos. Me han encantado los triangulitos que rematan las ventanas y algunos vuelos.
Es algo impresionante y precioso. El único problema es que, a pesar de ser lunes, está petadísimo de gente. Cuesta moverse por la calle principal, y sacar una foto sin que salgan 4534563767 turistas por medio, ni os cuento. Afortunadamente, yo soy más de detalles constructivos y bóvedas y tal, con lo que me afecta bastante menos.
Las vistas de la zona, con la marea baja, son muy curiosas, al menos para el eoliano de tierra adentro:
Ver, no se ve mucha policía, salvo un grupito de 3 ó 4, pero estoy seguro que unos tipos de paisano que estaban en algunos sitios sin hacer nada, eran "secretas".
Hago la visita al monasterio con audioguía. En total, son 13€.
El caso es que salgo con los últimos grupos guiados, compro unos recuerdos para amigos y familia, y voy saliendo, pero haciendo el recorrido a lo largo de la muralla.
Ahora sí se puede caminar a gusto por las calles. Hay la tercera parte de gente, porque todo el mundo se está yendo.
Regreso en un "navette" por dos razones: porque así me ahorro unos 20 minutos, y porque, ya que es gratis, quiero ver cómo es el cacharro por dentro
Por cierto, un truco para las aglomeraciones en Mont Saint-Michel: La gente suele ir por la calle principal como borreguitos, amontonándose todos. Hay muchas calles adyacentes muy curiosas también, que están mucho menos transitadas. Lo más bonito está en la calle principal, claro, pero hay mucho que ver también en las secundarias.
Son las 18:00 y estoy listo para salir. La duda está en si acercarme a Saint-Malo o si tirar directamente hasta Carentan. mientras consulto el teléfono, aparece un grupito de 3 motoristas que aparcan junto a mí. Llevan BMW F1200GS y similares. Por lo que hablan, son italianos. Al poco, aparecen otros 4. No sé qué coño habrán hecho, que, al poco, aparece un señor en bicicleta y les dice algo así como que no han sacado ticket todos. Creo entender que los italianos dicen que ha habido un problema con la máquina. No ´sé si será verdad xD . La cosa es ¿La máquina cuenta cuántos vehículos van pasando y se chiva de si uno se cuela? parece que sí. al menos uno del grupo parece que lleva una moto más bien tipo racing. Le van a quedar los riñones y la epalda buenos.
El caso es que me queda menos de la mitad de batería, incluso por autovía, Carentan está a hora y cuarto, y si fuera a Saint-Malo, serían casi dos horas hasta Carentan. Así que deshecho la idea y me voy directo a Carentan. Por el camino tengo que parar a ponerle el forro interior a la chaqueta, pues está enfriando un montón. Poco después, incluso así me estoy quedando "pajarito". Creo que es por las altas velocidades a las que se circula. En carreteras secundarias, seguramente no sintiera tanto frío.
Llego por los pelos, en lo que a batería se refiere. 3% me queda, y porque al 25% he apagado la pantalla, porque por autovía es difícil errar las indicaciones. Tengo hambre, así que paso de ver la ciudad, ceno algo en el restaurante (son las 20:22 pero me dejan entrar), y subo los bártulos a la habitación. De tanto hacerlo, ya casi ni pesan.
El Hotel L'Escapade es un hotel pequeñito no demasiado céntrico. Lo regenta un señor multitarea: atiende en recepción y atiende todas las mesas del salón restaurante contiguo. No sé cómo lo hace.
Escaleras estrechas, con tramos en espiral, etc. Primera planta. Menos mal que estamos echando músculo. La habitación es más bien pequeña, aunque no es ilógico ya que es una habitación individual. La zona de hotel, está un poco gastada, así como la habitación.
Tiene un baño curiosísimo, ya que es una especie de módulo prefabricado plantado en un lateral. Y es muy estrecho. Estoy convencido que es de caravana o de estación espacial.
Ubicación del hotel: BIEN
Estado del hotel: REGULAR
No hay secador de pelo: MAL
Hay dispensador de jabón y está vacío: MUY MAL
Tiene un patio privado posterior en le que he podido aparcar la moto gratis: BIEN
Precio: Me ha costado 30€
No se le puede pedir más. MUY BIEN.
A ver cómo me organizo mañana, porque la empresa de visitas guiadas a la que envié un correo, no ha respondido, y cuando les llamé por la tarde, ya habían cerrado. Al final me veo yendo por libre. Pues así será.
¿Qué hemos aprendido hoy?:
-Sigue siendo importante llevar un powerbank o una toma de USB en la moto.
-Lo de las playas debía haberlo dejado atado y bien atado con tiempo.
-Hay que llevar una regleta siempre a mano, para poder cargar varios cacharros a la vez.
-Yo soy muy de pagar en efectivo, salvo los hoteles y la gasolina, y veo que han fallado los cálculos. Al final, por poco que hagas, te gastas 35€ al día. Entre comida, cena, entradas y aparcamiento, se te van en nada. Y eso que alguna vez no como o ceno y cuando lo hago, muchas veces es alguna guarrería de puesto ambulante.
Mañana: Las playas del Día D. A ver cómo me organizo.