Analizar este juego no es fácil, y es que tiene dos vertientes muy diferentes que por un lado engrandecen al título y por otro lado lo afean.
Jugablemente no deja indiferente a nadie, es exquisito, la vibración de los gatillos, la sensación de velocidad, la diferencia entre conducir un Ford, un BMW o un Honda, el peso del coche, el desgaste de neumáticos, etc. Todo está en perfecta armonía para dar lugar al mejor simulador de conducción de consolas. El Drivatar es una de las mejores ideas que se han parido para un juego de conducción (aunque también echo de menos a M. Rossi
). Y eso que no he podido probarlo con volante, que tiene que ser una gozada (a ver si se curra Microsoft un parche para que podamos usar volantes de 360, aunque viendo el percal, lo dudo). Audiovisualmente solo hay una palabra que pueda definir a este juego: Porno Automovilístico. Desde el modelado de los coches a la iluminación te pueden dejar con la boca abierta muchas veces. El interior de los coches es increible y los detalles de los circuitos alucina (con salvedades, ese público...).
Pero, por mucho que técnicamente ha mejorado bastante, la sensación de tener un juego incompleto entre manos está ahí y no se puede negar. No tanto por la cantidad de coches, con ausencias importantes como el Bugatti Veyron (excepto para los de la edición coleccionista que tienen la versión Super Sport), sino por el escaso número de circuitos y variantes de los mismos. 14 circuitos van a acortar la vida del título bastante, aunque nos guste mucho conducir, acabaremos cansados de la versión de Forza 4 de Silverstone o de un Test Track que solo tiene un recorrido, bastante absurdo en este sentido.
Aunque sin duda esto puede achacarse a las prisas por sacar un juego en la salida de la consola, es en las políticas que se han seguido en el juego lo que realmente me preocupan. Por un lado está el hecho de haber sacado un DLC el primer día con un coche importante, dado el escaso número de coches nuevos (LaFerrari), el resto son coches de los que ya disponíamos en FM4. Uno de los detalles más desafortunados de este descargable es el hecho de no ofrecer un coche de regalo como en los anteriores Forza y aumentar el precio del descargable un 30%. Otra política cuestionable es ofrecer más circuitos mediante DLC de pago, cosa que puede dividir a la comunidad online y, a efectos prácticos, destrozar el corazón de Forza.
Quitando coches y circuitos de pago encontramos el tema de los micropagos, a priori inócuos. Pero si que he notado que la economía del juego se ha roto un poco, haciendo que los coches más golosos sean difíciles de conseguir con créditos. Para el jugador de fondo esto no debe suponer ningún problema, para el jugador esporádico si lo es. Además, el hecho de que los coches de alquiler en el modo libre se reduzcan a un número limitado, puede hacer que el impaciente compre los coches con dinero real (y no son baratos). Todo en este juego está hecho para que gastes más dinero, dando la sensación de ser un free to play por el que has pagado 60 euros.
El contenido perdido de una entrega a otra y las políticas de sangrado de cartera aplicadas, no sabemos si por Microsoft o por Turn 10 (o ambos), afean el resultado final de la primera iteración de Forza en la nueva generación. El término acuñado por algunos foreros, Forza 5 Prologue, le viene como anillo al dedo a este juego. Aunque si nos centramos en el juego a secas, sin duda es un buen reflejo de lo que podremos ver en futuras entregas de Forza y gusta bastante. Pero la sensación de ser un paso atrás en la franquicia duele, sobre todo a los fans acérrimos de esta saga como el que escribe.
Esto es una opinión personal, pero son las sensaciones que me da el juego. Un saludo.